martes, 1 de abril de 2014

Un análisis muy completo de la Semana Santa en Guadalajara

De especial relieve podríamos calificar el trabajo que José Ramón López de los Mozos acaba de ver publicado en la Revista “Motril Cofrade” que se está distribuyendo por gran cantidad de entidades relacionadas –en toda España- con la Semana Santa, sus expresiones y su historia.
Titulado “Algunos aspectos de la Semana Santa en la provincia de Guadalajara”, ocupa las páginas (de tamaño folio) 35 a 47, con numerosas fotografías a color, acabando con una página completa de bibliografía. –tras una presentación del tema, con referencias históricas y literarias, el etnógrafo alcarreño pasa a analizar esos “aspectos” iniciando su recorrido por “La Religiosidad en la calle”, recordando muchos cánticos, pasos y atuendos propios de las ciudades más emblemáticas como Guadalajara y Sigüenza.
Sigue con la visión, ya en detalle, de los actos religiosos y especialmente de las procesiones, de la Semana Santa arriacense, de la que nos dice que apenas dos cofradías y procesiones (la Soledad y los Dolores) son antiguas, de varios siglos de antigüedad, pero que las demás son modernas, de después de la Guerra. Describe títulos, recorridos, pasos y atuendos de los capuchinos, y sigue con un capítulo no menos interesante en el que agrupa otras manifestaciones, más recientes, como son las “Pasiones Vivientes” y otras representaciones, entre las que incluye los “Soldados de Cristo” de Budia, y especialmente la Jornada del Viernes Santo en Hiendealencina, que sigue siendo, 40 años después de su creación, uno de los más impactantes aspectos de la Semana Santa española.
Relacionado íntimamente con ella, pero con un trasfondo más primitivo y ancestral, López de los Mozos analiza la serie de celebraciones de la “Quema del Judas” en muchos pueblos de Guadalajara. Lo vimos estudiando la de Pareja, hace poco, en una publicación específica, y lo vemos ahora, en este gran trabajo, haciéndolo sobre las “Quemas de Judas” de muchos otros pueblos, como Berninches, (con la lectura del “Testamento de Judas”), Sigüenza, El Bocígano, Cifuentes, Zaorejas y muchos otros lugares.



El último capítulo de este trabajo etnográfico de López de los Mozos se dedica a la visión, en retazos, de los aspectos antropológicos de las procesiones, que suelen pasar desapercibidos para muchos, pero que indudablemente laten en el fondo de estas actitudes religiosas, que no dejan de ser sociales y culturales: por ejemplo el sentido de “peregrinaje” de las procesiones, la sensación de “cambio de tiempo” cuando tras la muerte [de Cristo] viene su Resurrección, como ocurre en la Naturaleza, en la que tras el invierno silencioso y muerto aparece la primavera riente y espectacular. Son muchos elementos del vital discurrir de los humanos lo que se evidencia en los ritos, de predominio religioso, de la Semana Santa. López de los Mozos sabe analizar el río ancestral que corre bajo todos ellos, y aquí lo expresa.
Sin duda estamos ante un estudio que trasciende la Semana Santa en exclusiva, y se alza como un análisis certero de la expresividad popular de nuestras gentes. Lástima que la Revista en cuestión donde publkica, “Motril Cofrade 2014” sea de difícil acceso entre nosotros. Esperamos que, al menos, los repertorios habituales de la bibliografía provincial (Biblioteca de Investigadores de la provincia de Guadalajara, y Sección Local de la Biblioteca pública Provincial de Guadalajara) lo puedan añadir a sus anaqueles.


A.H.C.

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