Un catálogo detallado y sorprendente
A nuestra redacción llega, años después de ser editado, un ejemplar de la “Heráldica de Hita”. Apareció en 1991, de la mano de AACHE, como número 6 de su Colección de libros “Archivo Heráldico de Guadalajara” y con el patrocinio de Ibercaja, que hizo posible que la edición saliera adelante. Porque el libro, todo hay que decirlo, no es para un público mayoritario: es un libro para eruditos, o para alcarreños que quieren saber todo lo que atañe a la historia de su tierra. En las 110 páginas que tiene la obra, el autor, que no es otro que Antonio Herrera Casado, manifiesta su conocimiento de la historia de Hita, de sus personajes más señalados, y aporta un esfuerzo que aquí debemos agradecer como merece, y es la reseña minuciosa, detallista, erudita, de todos los escudos de armas que quedan o quedaban en esa época, desperdigados por la villa castellana.
La mayor parte de los 44 escudos estudiados se conservan adosados a las paredes y en el suelo de la iglesia parroquial de San Juan, la única que actualmente tiene culto en Hita. Muchos de estos epitafios, cuajados de leyendas y tallas heráldicas, proceden sin embargo de la vieja iglesia de San Pedro, que fue la más céntrica y principal de la villa, y que quedó absolutamente destruida durante la Guerra Civil española. Tal abundancia de lápidas, con emblemas y títulos, nos demuestran que la importancia de Hita no fue exclusivamente ligada a la memoria de un poeta medieval, Juan Ruiz, “Arcipreste de Hita” que posiblemente tuvo poco que ver con la villa, sino que esa importancia era manifiesta en la abundancia de hidalgos, de aristócratas, de militares y cortesanos mendocinos que habitaban sus palacios y casonas.
Hita tuvo la mala suerte de resultar gravemente herida en la contienda civil de 1936-39, al quedar durante muchos meses, en 1937, en línea de frente, siendo prácticamente reducida a escombros toda la población. En la década de los cuarenta, recibió el apoyo de la Dirección General de Regiones Devastadas con la construcción de un barrio residencial en la parte baja, junto a la carretera, y la precaria reconstrucción de su portal mayor, de entrada a la villa. Pero todo lo demás quedó en ruinas, y poco a poco ha ido renaciendo, con reconstrucciones, rehabilitaciones y apoyos progresivos, que se han concretado gracias al entusiasmo, todo hay que decirlo, de don Manuel Criado de Val, quien hace más de 50 años creó los “Festivales Medievales de Hita” que ha dado lustre y prestigio a la villa.
Este libro de Herrera es erudito, pero ofrece una memoria cierta de la historia de Hita y de la Alcarria. Por sus datos, dibujos detallistas y novedad de la información, merece ser tenido en cuenta por los coleccionistas de libros alcarreñistas, que todavía los hay…
A nuestra redacción llega, años después de ser editado, un ejemplar de la “Heráldica de Hita”. Apareció en 1991, de la mano de AACHE, como número 6 de su Colección de libros “Archivo Heráldico de Guadalajara” y con el patrocinio de Ibercaja, que hizo posible que la edición saliera adelante. Porque el libro, todo hay que decirlo, no es para un público mayoritario: es un libro para eruditos, o para alcarreños que quieren saber todo lo que atañe a la historia de su tierra. En las 110 páginas que tiene la obra, el autor, que no es otro que Antonio Herrera Casado, manifiesta su conocimiento de la historia de Hita, de sus personajes más señalados, y aporta un esfuerzo que aquí debemos agradecer como merece, y es la reseña minuciosa, detallista, erudita, de todos los escudos de armas que quedan o quedaban en esa época, desperdigados por la villa castellana.
La mayor parte de los 44 escudos estudiados se conservan adosados a las paredes y en el suelo de la iglesia parroquial de San Juan, la única que actualmente tiene culto en Hita. Muchos de estos epitafios, cuajados de leyendas y tallas heráldicas, proceden sin embargo de la vieja iglesia de San Pedro, que fue la más céntrica y principal de la villa, y que quedó absolutamente destruida durante la Guerra Civil española. Tal abundancia de lápidas, con emblemas y títulos, nos demuestran que la importancia de Hita no fue exclusivamente ligada a la memoria de un poeta medieval, Juan Ruiz, “Arcipreste de Hita” que posiblemente tuvo poco que ver con la villa, sino que esa importancia era manifiesta en la abundancia de hidalgos, de aristócratas, de militares y cortesanos mendocinos que habitaban sus palacios y casonas.
Hita tuvo la mala suerte de resultar gravemente herida en la contienda civil de 1936-39, al quedar durante muchos meses, en 1937, en línea de frente, siendo prácticamente reducida a escombros toda la población. En la década de los cuarenta, recibió el apoyo de la Dirección General de Regiones Devastadas con la construcción de un barrio residencial en la parte baja, junto a la carretera, y la precaria reconstrucción de su portal mayor, de entrada a la villa. Pero todo lo demás quedó en ruinas, y poco a poco ha ido renaciendo, con reconstrucciones, rehabilitaciones y apoyos progresivos, que se han concretado gracias al entusiasmo, todo hay que decirlo, de don Manuel Criado de Val, quien hace más de 50 años creó los “Festivales Medievales de Hita” que ha dado lustre y prestigio a la villa.
Este libro de Herrera es erudito, pero ofrece una memoria cierta de la historia de Hita y de la Alcarria. Por sus datos, dibujos detallistas y novedad de la información, merece ser tenido en cuenta por los coleccionistas de libros alcarreñistas, que todavía los hay…
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