Un repaso a la intimidad de Tendilla
Victor Vazquez Aybar nos regala un libro que ha escrito y editado por su cuenta, pulcro y sabroso, cuajado de información sobre su pueblo, lleno de sabiduría y meticulosidad. Se lo agradecemos y se lo aplaudimos- Y lo recomendamos a cuantos coleccionan libros sobre la Alcarria y les encanta saber más de nombres, de historias, de viva humanidad antigua. El libro se titula “La toponimia menor de Tendilla”, es de tamaño 17 x 24 cms. y consta de 352 páginas. Lleva muchísimas fotografías en monocromo, y, sobre todo, mucha información de primera mano: cosas que ha sabido el autor preguntando, anotando, subiendo y bajando cuestas, fotografiando, verificando sobre el terreno. Declara al final que está muy agradecido a Angel Nuevo, Cipriano Catalán y Antonio Peña, porque con sus saberes de “hombres de campo de los de antes” le han completado la información que él, más urbanita, ha tenido que sudarse a base de erudición y caminatas.
La obra es novedosa en nuestros lares, porque ofrece un listado, enorme y muy sustancioso, de los nombres que en Tendilla le dan, o le han dado, a los sitios de que se compone el término. Hay tantos (no los he contado, pero son miles) que por poner un ejemplo encuentra y explica 40 fuentes, o 10 puentes… de cada sitio explica su historia, su aspecto, el porquè de su nombre, los usos dados al elemento, etc.
Las palabras que nos ofrece y explica Vázquez Aybar están convenientemente agrupadas en temas, y así nos dice primero los topónimos de la Naturaleza, y luego los de los seres humanos. En los primeros, pone delante los orónimos (relacionados con el relive) seguidos de los hidrónimos (con el agua) los fitónimos (con las plantas) y finalmente los zoónimos, relacionados con los animales. Pero luego sigue con los relativos a la gente, y así nos da todos los topónimos tendilleros hagionómicos (relacionados con los santos y santas), antropónimos y patronímicos (del nombre de las gentes), históricos, de actividades económicas, y relativos a caminos (los famosos “carras de los que hay docenas) y vías de comunicación. Nos ha interesado muy especialmente el tratamiento del topónimo “El castillo” pues hace una revisión histórica del tema como no se había hecho hasta ahora. Recuerda el término del Cerro de Barabañez que en alusión al conquistador medieval de la Alcarria aún se le da a un lugar en el que viejas crónicas dicen que hubo otro castillo.
Termina su libro Vázquez Aybar con un análisis metódico del topónimo "Tendilla”, que es tarea difícil y comprometida, pues tiene que hacer crítica de lo que otros especialistas han dicho antes, y de lo que él piensa que significa, para finalmente dejar todas las teorías sobre el tapete y al lector ofrecerle la libertad de que escoja. Al hilo del topónimo, vuelve a lanzar su idea del desarrollo del pueblo, a partir de unos humildes caseríos en el Barranquillo. Una larga bibliografía avalora el estudio de Vázquez que ya desde aquí calificamos, con la seguridad de no equivocarnos, de libro serio, erudito, sabio y entretenido. Una suerte haberlo tenido, tan pronto, en nuestras manos. Más datos sobre este libro
La obra es novedosa en nuestros lares, porque ofrece un listado, enorme y muy sustancioso, de los nombres que en Tendilla le dan, o le han dado, a los sitios de que se compone el término. Hay tantos (no los he contado, pero son miles) que por poner un ejemplo encuentra y explica 40 fuentes, o 10 puentes… de cada sitio explica su historia, su aspecto, el porquè de su nombre, los usos dados al elemento, etc.
Las palabras que nos ofrece y explica Vázquez Aybar están convenientemente agrupadas en temas, y así nos dice primero los topónimos de la Naturaleza, y luego los de los seres humanos. En los primeros, pone delante los orónimos (relacionados con el relive) seguidos de los hidrónimos (con el agua) los fitónimos (con las plantas) y finalmente los zoónimos, relacionados con los animales. Pero luego sigue con los relativos a la gente, y así nos da todos los topónimos tendilleros hagionómicos (relacionados con los santos y santas), antropónimos y patronímicos (del nombre de las gentes), históricos, de actividades económicas, y relativos a caminos (los famosos “carras de los que hay docenas) y vías de comunicación. Nos ha interesado muy especialmente el tratamiento del topónimo “El castillo” pues hace una revisión histórica del tema como no se había hecho hasta ahora. Recuerda el término del Cerro de Barabañez que en alusión al conquistador medieval de la Alcarria aún se le da a un lugar en el que viejas crónicas dicen que hubo otro castillo.
Termina su libro Vázquez Aybar con un análisis metódico del topónimo "Tendilla”, que es tarea difícil y comprometida, pues tiene que hacer crítica de lo que otros especialistas han dicho antes, y de lo que él piensa que significa, para finalmente dejar todas las teorías sobre el tapete y al lector ofrecerle la libertad de que escoja. Al hilo del topónimo, vuelve a lanzar su idea del desarrollo del pueblo, a partir de unos humildes caseríos en el Barranquillo. Una larga bibliografía avalora el estudio de Vázquez que ya desde aquí calificamos, con la seguridad de no equivocarnos, de libro serio, erudito, sabio y entretenido. Una suerte haberlo tenido, tan pronto, en nuestras manos. Más datos sobre este libro
Presentación
El libro se ha presentado el sábado 26 de febrero, en el Ayuntamiento de Tendilla, en el transcurso de la Feria de San Matías. En un salón de actos abarrotado, y en la presidencia el alcalde de Tendilla, el autor por supuesto, el senador por Guadalajara don Juan Pablo Sánchez Sánchez-Seco, el cronista provincial Herrera Casado, y el investigador y etnógrafo López de los Mozos, Vázquez Aybar ha explicado con detalle el sentido de su libor y las anécdotas que contiene. Un largo episodio de preguntas y respuestas ha dado consistencia al acto, en el que todos los asistentes han aprendido, un poco más, sobre Toponimia y sobre Tendilla.
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