Sigue concitando estudios “La Batalla de Guadalajara” de marzo 1937, cuando el Cuerpo de Tropas Voluntarias de Italia intentó colaborar con el ejército de Franco en la toma de Madrid. No pudo ser, y en esa cruenta batalla de casi medio mes de duración, se perdieron muchas vidas, y bastante el tiempo, porque todo lo que sea entretenerle en batallas, es perderlo.
La Revista Desperta Ferro Contemporánea, en su número 16, le dedicó recientemente un número completo al tema. En su editorial se dice que “Este último choque por el dominio de la capital aconteció en un momento de profundas transformaciones en la contienda. Una de ellas tiene que ver con el avanzado estado de reorganización de los ejércitos contendientes, un devenir en el que las columnas y grupos de combatientes formados ad hoc pasaron a convertirse en unidades militares regulares: batallones, regimientos... hasta cuerpos de ejército, un proceso en el que el bando alzado sin duda tenía ventaja gracias a las tropas provenientes de África, y en el que las fuerzas republicanas tuvieron que esforzarse, primero para disolver la estructura militar preexistente y luego para crear una nueva a fin de incrementar la eficacia militar de sus mandos, muchos de ellos originarios de las milicias, y combatientes. Otra de las transformaciones fue la creciente internacionalización del conflicto, que en
Guadalajara tenía una plasmación manifiesta al tratarse de una operación largamente solicitada por el alto mando italiano en España y protagonizada por el Corpo Truppe Volontarie. Por su parte, desde el punto de vista republicano, se consolidó la participación del personal y los medios soviéticos, mientras que la presencia de las Brigadas Internacionales alcanzaba su cénit, quizá uno de los factores en los que encontrar el fracaso italiano en Guadalajara.
El desenlace de la batalla fue el último acto de un cambio de rumbo fundamental en el desarrollo de la guerra. Si en julio de 1936 se había pasado de un golpe de Estado a una contienda que debía ser corta y terminar con la conquista de Madrid, a partir de marzo de 1937, cuando los franquistas comprendieron que para vencer ya no bastaba con conquistar la capital, la Guerra Civil española se convirtió en un conflicto largo en el que iba a ser necesario operar en otros teatros periféricos y dominar el conjunto del país para vencer. Dadas estas circunstancias, no deja de ser interesante cierta complacencia de Franco ante el desastre sufrido por sus aliados, ya que si bien con aquella última batalla fallida se veía abocado a abandonar sus intentos por conquistar Madrid y acabar la guerra en poco tiempo, también desaparecía la posibilidad de deber su victoria a Mussolini, cuyo contingente de tropas iba a quedar ahora firmemente bajo control del Cuartel General franquista”.
La revista, de 66 páginas en gran tamaño y a todo color, cuenta con un plantel de autores y títulos de gran valor para el conocimiento profundo de este acontecer histórico. Estos son los elementos que conforman el Índice:
“Antecedentes y consecuencias de la batalla de Guadalajara” por Fernando Puell de la Villa
“El Ejército Popular ante la batalla”, por Michael Alpert
“La ruptura del frente y el avance del CTV” por Carlos J. Medina Ávila
“Apuntes sobre la guerra aérea en Guadalajara “ por Blas Vicente Marco y Carlos Lázaro Ávila.
“El contraataque republicano” por Hernán Rodríguez Velasco.
“La guerra celere y su aplicación en Guadalajara” por Artemio Mortera
“Guadalajara: ecos de una batalla en la propaganda” por Francisco Sevillano Calero.
“La derrota italiana” por Dimas Vaquero Peláez.
Todo ellos ilustrados con fotografías de la época y, sobre todo –y esto es lo más valioso– con amplio planos que muestran las situaciones de los ejércitos, los avances, las fechas, los medios, etc.
En resumen, un tema muy estudiado ya, pero aportando algunas visiones específicas hasta ahora inéditas. Un buen aporte.
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