El libro catálogo que ha servido de constancia impresa de la exposición que en los meses de abril y mayo de 2023 ha tenido lugar en la sala expositiva del Auditorio “Buero Vallejo” de Guadalajara, es una útil semblanza del camino que dos ciudades que llevan el mismo nombre, aunque separadas por las aguas del Océano Atlántico, han recorrido a lo largo de los siglos.
La exposición se ha hecho con motivo de haberse cumplido el 40 aniversario del hermanamiento entre la Guadalajara castellana, en España, y la Guadalajara tapatía, en México. Que nació, hace muchos años, por la voluntad y la gestión de algunos arriacenses, entre ellos Beltrán de Guzmán y Pedro de Oñate, castellanos viajados al Nuevo Mundo. Ese hermanamiento tuvo lugar en 1982, cuando aquí era alcalde Javier de Irízar, y allí Guillermo Vallarta. Antes hubo muchos contactos, embajadas y tratos, y luego han seguido habiendo comunicaciones, referencias y afectos siempre.
El libro que da consistencia de catálogo a la exposición tiene como tres partes. Una inicial, escrita por Jesús Peguero, se refiere a la historia de la Guadalajara jalisciense, que fue fundada en 1530 por Nuño Beltrán de Guzmán y gentes que con él habían llegado, atravesando el Océano, desde la Guadalajara nuestra. Una segunda, que viene a ser la crónica detallada y con fechas y nombres, del progresivo hermanamiento, que culminó en 1982 plasmándose en solemne documento de Hermanamiento. Y una tercera, que se debe a la pluma investigadora de Julio Martínez, y que trata en resumida pero perfecta síntesis, de la evolución histórica de esta ciudad en la que vivimos, la Guadalajara de Castilla, una que fue de las más importantes de España, en sus tiempos…
El presente y el futuro de ambas ciudades, y de sus relaciones, es destacado por Martínez García en el colofón de su trabajo, señalando esa permanente corriente de amistad y colaboración que sigue subsistiendo entre las Guadalajaras, y que se manifiesta en vivificante presencia, tanto de la urbe tapatía en Guadalajara (cuenta cuentos, presencia de autores y autoras, como de la alcarreña en América, a través de la editorial Océano Atlántico que ese autor ha creado y mantiene publicando estudios y esencias que revelan su permanente idiosincrasia colaboradora.
El libro está muy bien editado, es agradable de ojear (cargado va de imágenes a color, de muchos documentos y reproducciones de portadas de periódicos) y servirá de permanente recuerdo a la exposición que, más temporal y circunscrita, ha servido para evocar estas relaciones humanas.
A. H. C.
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