sábado, 24 de diciembre de 2016

Un espléndido catálogo de exvotos

CASTELLOTE HERRERO, Eulalia, Exvotos pintados en la provincia de Guadalajara, Guadalajara, Diputación de Guadalajara. Servicio de Cultura. Centro de Cultura Tradicional, 2015, DVD [ISBN: 978-84-92502-40-0]
El trabajo que comentamos consta de dos apartados. El primero constituye su estudio preliminar y el segundo, el catálogo de los exvotos pintados, que Eulalia Castellote Herrero ha ido recogiendo a lo largo y ancho de la provincia de Guadalajara desde el año 1978 en que se centró en las pinturas votivas del santuario de la Virgen de Barbatona, en las cercanías de Sigüenza; tarea sobre la que volvió años más tarde, en 2004, con el fin de llevar a cabo un estudio en profundidad de las mismas, comprobando que algunos cuadros habían desaparecido de los muros donde antes se conservaban, al tiempo que encontró otros nuevos, hasta entonces desconocidos.
Indica nuestra autora que algunos más desaparecieron definitivamente, aunque se conservan sus referencias gracias al marqués de Santo Floro, que los dio a conocer en “La Milagrosa Virgen de Barbatona”, La Coronación de la Santísima Virgen de la Salud de Barbatona (Sigüenza, 1955), además de las fotografías tomadas por el Dr. Castillo de Lucas. Finalmente, una tercera fase correspondiente a 2007, se centró en la recogida de materiales dispersos a lo largo de toda la provincia, mediante la que fue posible constatar que, los dos centros más importantes por la abundancia de los exvotos conservados son el ya mencionado de Barbatona y el santuario de Nuestra Señora de la Hoz, en Ventosa (Molina de Aragón), puesto que del resto: Monsalud, La Salceda, La Peña, Sopetrán, Los Llanos o La Varga, son hoy simples testimonios del pasado.
En el estudio preliminar es interesante destacar la definición de exvoto como “… la manifestación, a través de un objeto, del agradecimiento por el favor recibido, de la reciprocidad (no hay exvoto si no se produce el milagro)”, es decir, la consecuencia de una promesa que sirve para agradecer y que, además, debe ser pública -de ahí su función propagandística de los poderes de la advocación correspondiente-, contar la historia del milagro y contener los datos necesarios de la persona, el lugar y la causa, con el fin de hacer que el hecho sea verificable.
También es interesantísima y clara la clasificación de las donaciones que todavía pueden encontrarse en los santuarios provinciales:
a)  Donaciones para la imagen y el templo consistentes en dinero, cera, aceite, flores, joyas, etcétera.
b)  Ofrendas metafóricas, cuya relación estriba en la semejanza: las figuras de cera que representan diversos órganos del cuerpo: cabezas, piernas, corazones, brazos, cuellos… En Guadalajara no existen piezas de metal, más propias de Andalucía.
c)    Artefactos relacionados directamente con el oferente: prótesis, muletas, radiografías, hábitos, trajes de comunión, uniformes, trenzas de pelo…
d)   Los testimonios escritos: collages, bordados, fotografías, manuscritos enmarcados, lápidas e inscripciones, tarjetas de visita y graffitis, entre otros muchos.
e)     Las fotografías de soldados en momentos bélicos o en el servicio militar. También los retratos, sustituidos en la actualidad por fotografías de carnet o fotocopias del D.N.I.
f)     Los exvotos pintados, con la representación del suceso, acompañado del texto explicativo del mismo.
Refiere Eulalia Castellote otra posible clasificación, que dividiría los exvotos en dos aspectos: a priori o de carácter protector (apotropaico) y a posteriori,  o nacidos como ofrecimiento tras una situación crítica, aunque algunos estudiosos consideran que los primeros no son propiamente exvotos puesto que no cumplen el protocolo pedir-recibir-dar, por lo que se consideran “ofrendas propiciatorias”, que agrupan en dos tipos:
            “Exvotos narrativos”, principalmente cuadros y textos, en los que aparece la descripción de los hechos que motivaron la solicitud de la ayuda divina, prometiendo la donación de algo y “exvotos simbólicos”, o sea, los que representan la parte enferma a través de un objeto.
Del estudio llevado a cabo por Eulalia Castellote se desprende que la mayor parte de los exvotos corresponde a ofrecimientos realizados a la Virgen, aunque también se conserven algunos dedicados al Cristo (de Atienza; de las Lluvias, en Alustante; del Guijarro, en La Yunta) y a los Santos (Atienza a San Ramón, Cubillejo de la Sierra y Embid, a San Bernardo, Santo Domingo de Silos, San Francisco Javier y Santa Rita), es decir, a devociones locales o comarcales, aunque, en otros casos, su influencia sobrepase dichos límites y haya tenido como protagonistas a dos devotas de Madrid (Virgen del Madroñal de Auñón), mientras que la Virgen de la Hoz tiene su área de influencia en los pueblos del Señorío y en alguno de la actual provincia de Teruel y la Virgen de la Salud llegue a tierras atencinas y sorianas.
También, que los exvotos de la provincia de Guadalajara recogidos fueron ofrecidos en un periodo de tiempo comprendido entre los siglos XVII y XX, siendo el más antiguo uno de 1664 (conservado en el santuario de Nuestra Señora del Madroñal, de Auñón) y el más moderno a 1926, de la Virgen de la Vega (Cubillejo de la Sierra), aunque en los Libros de milagros se conserven datos acerca de exvotos anteriores al más antiguo citado.
Muchos coinciden con el reinado de Isabel II, que propició las devociones populares. Después se generaliza el exvoto popular: grabados y fotografías.
Otro dato, resultado del análisis de los textos contenidos en las catelas de los exvotos, indica que la mayor parte fueron ofrecidos por personas de las clases populares y medias. Sólo un 13% corresponde a las clases acomodadas y un 6%, a eclesiásticos. Generalmente es el interesado quien manda pintar el exvoto (46%); en un 30%, los padres y en un 14%, los esposos.
La causa principal del ofrecimiento son las enfermedades, hecho que supera a los demás en el santuario de la Virgen de la Salud, de Barbatona. Sus representaciones tradicionales son las denominadas como “exvotos de alcoba”, donde aparece el interior de un dormitorio, en cuya cama yace el enfermo acompañado en algunas ocasiones por otras personas que lo cuidan o velan por él, así como la imagen que ha concedido el milagro. Siguen los exvotos resultado de accidentes y peligros, los votos de tipo municipal (peligros sufridos por una población: peste, langosta, sequía, etcétera) y otros. Lógicamente el número de exvotos pintados por accidentes aumenta con el paso de los años, hasta su desaparición en 1900, gracias a los cambios sufridos por la cultura campesina y las nuevas expresiones de la religiosidad, además de la influencia de los adelantos médicos en el medio rural.
Los soportes que se utilizaron suelen ser de lienzo, seguidos de los de madera (tabla) y el cartón o papel, guardando relación con el tamaño del exvoto; los pigmentos más utilizados el óleo, la témpera, la acuarela, la tinta y el lápiz. La distribución espacial de la obra se suele resolver a través de dos áreas: la superior, donde se representa la advocación y corresponde al mundo celestial y la inferior, que es la que representa la escena donde se produce el milagro. En la parte inferior aparece la cartela con la pertinente explicación, la palabra “exvoto” o la frase “a devoción de…”, estas dos últimas en la comarca molinesa.
Suelen ser trabajos anónimos, aunque a veces aparecen algunos ejemplares firmados (A. López, en Cubillejo y La Yunta), E. Escalada, (en un dibujo fechado en 1847 conservado en el santuario de la Virgen de la Hoz) y C. Torres, (en la ermita de Santo Domingo de Silos, de Embid, de 1887, que escribe su dirección -seguramente en busca de encargos-).
El segundo gran apartado consiste en el Catálogo de los exvotos recogidos, un total de ciento veintisiete (127), localizados en quince (15) localidades: Retiendas (1), Atienza (8), Barbatona (61), Horna (1), Garbajosa (1), Alhóndiga (7), Auñón (5), La Puerta (1), Aguilar de Anguita (2), Maranchón (2), Embid (7), Cubillejo de la Sierra (6), Ventosa (21) y Alustante (1).
La autora del trabajo utiliza una ficha de fácil comprensión en la que recogen los siguientes datos: número del exvoto, lugar, advocación, texto de la cartela, medidas y tipo de soporte, descripción del exvoto e imagen fotográfica del mismo a color.
Finaliza el texto con una amplia y selecta bibliografía.  
Un trabajo de gran interés para la etnografía provincial dado el escaso número de trabajos sobre esta materia tan importante para el conocimiento concreto de una faceta tan compleja como la religiosidad popular y su evolución a través de los exvotos y su representación, aunque es una lástima que tan importante obra haya sido publicada en DVD y con tan escasa tirada.



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