sábado, 11 de junio de 2016

Cultura desde el Museo

Boletín de la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara (B.A.A.M.GU.), nº. 6 (Guadalajara, Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara, 2015) [pero 2016], 224 pp. [I.S.S.N.: 1889-173X].
Un nuevo número del Boletín de la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara ha visto la luz. En esta ocasión consta de una decena de colaboraciones que, por su contenido, contribuyen a que cada día tenga mayor interés para los amantes de los temas relacionados con la provincia de Guadalajara, especialmente en lo referente a su Arqueología, Arte, Historia y Etnografía.

Comienza el citado Boletín con un extenso trabajo del profesor Juan Manuel Abascal Palazón, de la Universidad de Alicante, titulado “El despoblado de Santas Gracias (Espinosa de Henares, Guadalajara) y las obras del ferrocarril de 1859-1860”, págs. 9-30, referente a los trabajos que se llevaron a cabo en la ribera del río Henares para proceder a la instalación del tendido férreo -la primera vía que se trazó- entre Madrid y Zaragoza (MZA), en los que aparecieron numerosos restos arqueológicos cuyo estudio fue encargado por el Gobierno a la Real Academia de la Historia. Dichos estudios dieron como resultado un interesante expediente en el que destacan los estudios efectuados en el paraje conocido por Santas Gracias, en el término municipal de Espinosa de Henares, donde, posiblemente, se encontrase el emplazamiento de la mansión viaria de Caesada. El trabajo de Abascal contiene un análisis muy detallado del mencionado expediente, -que se acompaña de un croquis del trazado de la vía romana a lo largo del valle del Henares, entre Guadalajara y Bujalaro, remitido a la Real Academia de la Historia por Ángel Rodríguez Arroquia y fechado el 6 de abril de 1859 (RAH-9-7373-92)-, así como de dos apéndices: una relación de objetos hallados en las excavaciones del “camino de hierro” de Madrid a Zaragoza, 2ª. sección desde Guadalajara a Jadraque y puente de Bujalaro en la carretera de Francia (en el que se citan pormenorizadamente los objetos encontrados: en la Campiña, frente a los Parrales; en Peñahora, en la confluencia de los ríos Sorbe y Henares; en el pontón viejo de Cerezo; en Santas Gracias, frente a Espinosa; al otro lado del río Aliendre; en Carrascosa; al otro lado del río Bornoba, y en Castilblanco, en el desmonte entre Jadraque y el puente de Bujalaro, además de restos de construcciones en los Parrales, frente a la casa; más adelante, entre las viñas de los Castillejos; antes de llegar a Fontanar; en Peñahora; en el pontón viejo de Cerezo; cerca del puente nuevo -aunque han desaparecido debido a las riadas-; poco antes del molino de la Camarera; frente a Espinosa, en el desmonte de Aliendre (Santas Gracias); antes de Carrascosa; en el río Bornoba, de la parte de Jadraque; en el propio Jadraque; en Castilblanco, y en el puente antiguo de Bujalaro) así como la relación de los documentos que sobre estas obras se conservan en el expediente de la Real Academia.

Otro trabajo de arqueología, en esta ocasión realizado por Consuelo Vara Izquierdo y José Martínez Peñarroya, de CASTRVM patrimonio histórico S.L., titulado “Primeros indicios de la necrópolis hispanovisigoda de El Soto (Illana, Guadalajara)”, págs. 31-56, trata de los restos aparecidos gracias a un hallazgo fortuito, entre los que se encontró una sepultura de lajas de piedra, en un altozano a la izquierda del Tajo próximo al límite con la Comunidad de Madrid, enclavado aguas abajo de la ciudad de Recópolis. En el interior de dicha sepultura se encontró una moneda -un tremis de oro- fechada en el reinado de Egica, que ofrece la posibilidad de señalar un nuevo asentamiento del periodo visigodo en Hispania. El trabajo se acompaña de una copiosísima bibliografía temática.

Raúl Romero Medina, de la Universidad Internacional de la Rioja, participa en el Boletín con una colaboración titulada “El palacio tardogótico castellano como arma de proyección social del linaje. Del Infantado a Cogolludo”, págs. 57-74, que viene a ser una reflexión acerca del significado del palacio como lugar para habitar y también como espacio social entre la nobleza castellana bajomedieval, basándose para ello en el esquema arquitectónico empleado en el palacio de los Medinaceli, de Cogolludo, que parte de modelos decorativos mudéjares, aunque, en realidad se trata de una simbiosis de temas clásicos y mudéjares, concebidos por sus promotores como elementos demostrativos, socialmente, de su poder económico, especialmente a través de su rico ajuar doméstico, recogido en los apéndices.

La colaboradora habitual Elena García Esteban, restauradora y conservadora de obras de arte, es autora de “Restauración y apertura de una caja de caudales de la Edad Moderna en Guadalajara”, págs. 75-92, artículo en el que muestra los trabajos de restauración y conservación llevados a cabo por ella en una caja custodiada por el Ayuntamiento de Guadalajara. Los trabajos realizados, consistentes en la creación de nuevas llaves y la reparación de su cerradura, dieron lugar a su posterior apertura, tras la que surgieron una serie de descubrimientos tanto técnicos como funcionales, como el hallazgo de un maravedí de cobre de Felipe V, atrapado en la cerradura que quizá proporcione la clave de su uso: el transporte de caudal monetario de forma segura.

Normalmente son escasos los trabajos que se escriben acerca de las fiestas y tradiciones populares de la provincia de Guadalajara, aunque en esta ocasión, Amparo Donderis Guastavino, Archivera Municipal de Sigüenza, lo hace sobre “El folklore de Sigüenza a través de sus elementos festivos”, págs. 93-117. Un trabajo en el que da a conocer las fiestas que se celebran a lo largo del año, cumpliendo con las tradiciones heredadas de padres a hijos, cuyo origen permanece desconocido en tantas ocasiones, y que a pesar de su singularidad y características propias, conservan una serie de elementos comunes con fiestas semejantes que se llevan a cabo en otros lugares. Así, los arcos vegetales, las hogueras, las salidas de comparsas de gigantes y cabezudos, etcétera, que constituyen el objeto del análisis que se desarrolla a lo largo del presente artículo.

Al Equipo ADOBE ha correspondido la realización de un amplio trabajo sobre la “Alfarería insólita de Guadalajara”, págs. 119-170, en el que se da noticia, tal como indica su título, de multitud de piezas insólitas, inusuales y sorprendentes, que, por lo  general, surgieron como respuesta a las sucesivas necesidades del momento y que se idearon y fabricaron por distintos alfares de la provincia de Guadalajara, aunque de manera poco frecuente puesto que solían hacerse por encargo. Su resultado siempre fue acompañado por un alto grado de imaginación y creatividad.

Quien esto escribe participa con una “Bibliografía de la provincia de Guadalajara. Diciembre 2014-Diciembre 2015”, págs. 171-178, como viene siendo habitual en números anteriores. La presente serie bibliográfica, al igual que las anteriores, aparece dividida en tres apartados: Historia, Arte y Antropología, Etnología y Folklore y trata de ser una recopilación, lo más completa posible, de los distintos trabajos publicados en libros y revistas especializadas a lo largo del periodo que se indica, con la que se pretende dar a conocer y dejar constancia de los numerosos títulos publicados, de interés para el investigador, referentes a la provincia de Guadalajara que, en este caso, superan el medio centenar, incluyendo ediciones en formato digital y CD.

El Cronista Provincial Antonio Herrera Casado incluye, con motivo del fallecimiento de Dimas Fernández-Galiano Ruiz, director que fue del Museo de Guadalajara durante algunos años, una breve colaboración -titulada “Dimas Fernández-Galiano Ruiz. Una nota biográfica”, págs. 179-184- en la que analiza su trayectoria cultural, sus trabajos como arqueólogo, sus escritos en torno al tema de la musivaria española y su aportación a la defensa del patrimonio arqueológico y artístico de Guadalajara.

Fernando Aguado Díaz y Miguel Ángel Cuadrado Prieto, del Museo de Guadalajara, participan con “Una nueva exposición permanente para el Museo de Guadalajara, “El Palacio del Infantado: los Mendoza y el poder en Castilla”. Circunstancias de su creación y desarrollo expositivo”, págs. 185-212, hecho que tuvo lugar en mayo de 2015, en que el Museo abrió su segunda área de exposición permanente en las denominadas “Salas del Duque” con el fin de destinarlas a la interpretación del propio palacio y del linaje de la familia Mendoza, como constructora del mismo y mecenas de las artes.

Finaliza el Boletín con la “Crónica del Museo de Guadalajara 2014-2015”, págs. 213-224, en la que se dan a conocer los hechos más destacados, relacionados con el citado museo, durante ese periodo.
Un Boletín que año tras año va adquiriendo mayor “solera” y reconocimiento por parte de los investigadores, que edita la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara contando con la ayuda económica del Patronato Municipal de Cultura, dependiente del Ayuntamiento de Guadalajara.

José Ramón López de los Mozos

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