OLMO ENCISO, Lauro,
GÓMEZ DE LA TORRE-VERDEJO, Amaya, CASTRO PRIEGO, Manuel y GÓMEZ GARCÍA, Laura, Recópolis. Guía del parque arqueológico.
Ciudad visigoda, medina andalusí, castillo calatravo, Toledo, Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha (Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha,
03), 2008, 83 pp. (ISBN: 978-84-7788-497-2).
Afortunadamente, el
visitante de Zorita de los Canes puede disfrutar de tres muestras del pasado y
la historia de Guadalajara de una sola vez: la ciudad visigoda de Recópolis; la
misma ciudad, pero en su fase de ocupación andalusí, y el posterior castillo
calatravo, además de otra serie de elementos unidos a los anteriores, que en
algunos casos sirvieron para irlos conformando como las canteras, el acueducto,
amén del propio Centro de Interpretación y del territorio donde se encuentran
enclavados.
Un viaje por el tiempo
que merecerá la pena.
La guía, que es la
número tres dedicada a de este tipo de Parques Arqueológicos de Castilla-La
Mancha, se divide en tres partes, de las que dos, son muy breves en cuanto a su
espacio: Recópolis esencial y Recópolis práctico, mientras que la tercera:
Recópolis a fondo, constituye la guía
propiamente dicha, que se centra en el momento del descubrimiento de la ciudad
y de sus posteriores investigaciones, los orígenes de la ciudad -su fundación-
y el lugar que se eligió para su fundación, así como las fases de su
construcción hasta llegar a la ciudad visigoda, que se da a conocer a través de
su urbanismo, en el que destaca el conjunto palatino que engloba a su vez al
palacio, la iglesia y la puerta monumental.
Junto a este conjunto
principal hay otro conjunto que correspondería a lo que fue la zona comercial
donde se establecieron las viviendas y los distintos talleres existentes, de
los que han encontrado interesantes vestigios de talleres destinados a la
fabricación de vidrio y a la orfebrería. Dicho conjunto habitacional estaría
rodeado de una amplia muralla. También se deja constancia de la existencia de
una construcción destinada a ceca.
Se estudia el suministro
de agua, llevado a cabo gracias a un acueducto del que se conservan numerosos
restos, así como también los de una cantera próxima.
Dentro de este mismo
apartado se ofrecen datos acerca de la Recópolis andalusí, especialmente de su
fortaleza, que se llevó a cabo mediante la transformación y fortificación de
los anteriores edificios destinados a oficinas y administración palatina de la
ciudad visigoda. Protegida por dicha fortaleza, que mira al talud del río Tajo
para mayor capacidad defensiva, se encuentran los restos de la ciudad andalusí,
en cuchas de cuyas viviendas se han encontrado numerosos silos de
almacenamiento.
Después, tanto los
restos visigodos como musulmanes servirían como cantera, hasta la llegada de la
época cristiana y moderna en que la anterior ciudad se convertiría en una
minúscula aldea de carácter rural campesina cuyos restos basilicales se verían
transformados en una sencilla ermita románica dedicada a Nuestra Señora de la
Oliva, puesto que tal es el nombre de su asentamiento: Cerro de la Oliva.
Después vendría el
traslado a Zorita de los Canes, donde el conjunto del castillo y las murallas
que lo defienden constituyen sus monumentos más importantes.
En este mismo apartado
se propone al visitante la visita al Parque Arqueológico, siguiendo un
itinerario que puede durar entre 45 minutos y una hora y cuarto, ampliables si
se opta por visitar el castillo de Zorita o los lugares más alejados, donde se
encuentran las canteras, el acueducto o los molinos medievales.
El itinerario
recomendado comienza ascendiendo al cerro de la Oliva, atravesando las primeras
murallas, todavía sin excavar.
Allí se encuentra el
ábside de lo que fuera basílica y posterior ermita, junto al que se encuentra
la necrópolis. Siguiendo el camino habilitado se llega a un cruce de calles
donde puede contemplarse una vivienda con patio porticado, delante de la que se
conserva una cisterna que servía para el abastecimiento de agua de esta zona
urbana. Desde allí, subiendo la calle principal, pueden verse dos edificios
comerciales, uno a cada lado, que constan de dos habitaciones -no muy amplias-
que dan a la calle, quedando las habitaciones mayores en la parte trasera, como
almacenes y talleres. En una de ellas apareció un horno circular para la
fabricación de vidrio.
En la parte más alta de
la calle puede verse el basamento de una gran puerta monumental que daría
acceso a la gran plaza, distribuidora del conjunto palatino. Traspasada la
puerta se llega a un largo edificio, -el de mayores dimensiones de la Europa
occidental de esta época-, cuya segunda planta debía sostenerse sobre pilares
centrales de sección rectangular.
En este punto se
recomienda un paseo por las dependencias palatinas, así como la contemplación
del río y la geografía circundante.
Al Oriente de la plaza
se encuentra la basílica, con planta de cruz latina, de tres naves, y el acceso
a la cabecera. A los pies se conserva el baptisterio, por inmersión, donde en
1946 se encontró un importante tesorillo de trientes aúreos.
A partir de aquí, se
recomienda nuevamente volver a la calle principal y observar las
transformaciones del periodo musulmán.
La gira por Recópolis
puede completarse con un recorrido por el castillo de Zorita de los Canes,
antigua medina fundada a mediados del siglo IX, en la que aún es posible
observar la reutilización de diversos materiales constructivos de la antigua
Recópolis.
No lejos de allí se encuentra la villa de
Almonacid de Zorita donde pueden contemplarse testimonios de los siglos XIII y
XIV, así como la “Ducal” Pastrana, en cuya colegiata pueden contemplarse los
famosos tapices, recientemente instalados tras su restauración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión sobre este libro nos interesa. Escríbela aquí.