viernes, 23 de agosto de 2013

Diocesanos de Sigüenza

PECES RATA, Felipe-G., Algunos personajes ilustres en la diócesis de Sigüenza (1410-1915), Sigüenza, El Autor, 2013, 256 pp.

El canónigo-archivero de la catedral seguntina Felipe-Gil Peces nos regala nuevamente otra muestra de su quehacer, puesto que hace muy poco, algo más de un año, dio a la imprenta otro trabajo suyo acerca de los obispos de Sigüenza, un episcopologio que partía desde el año 589 y llegaba hasta la actualidad.
Hoy, vuelve al tema, pero en este ocasión los biografiados, micro-biografiados, para ser más exactos -dada la extensión de alguna biografía-, son nada menos que noventa y dos personajes relacionados con la diócesis seguntina desde 1410 hasta 1915, aunque, en realidad comience, quasi honoríficamente, por Santa María de la Cabeza, la esposa de San Isidro Labrador que, nacida en Caraquiz, murió en 1175, siendo elevada a los altares por Inocencio XII, a finales del siglo XVII.
El prólogo, escrito por el también canónigo de la catedral de Sigüenza Jesús de las Heras Muela, director del semanario Ecclesia y de Ecclesia Digital, ofrece una visión general del libro, señalando su valor por tratarse de personajes unidos por un denominador común: el “amor a su tierra y, en concreto, a la Iglesia de su tierra”. Muchos fueron eclesiásticos, la mayoría, pero otros muchos fueron fundadores, literatos, músicos, políticos, historiadores, “nobles y plebeyos, santos y hasta pecadores”.
Traspasado el pórtico continua el libro, que consta de once capítulos más un apéndice y finaliza con un apartado bibliográfico, con una isagoge, o sea, una introducción, brevísima, en la que el autor manifiesta que su deseo al escribirlo fue principalmente “ponerlo al alcance de los amantes de la multi-secular diócesis de Sigüenza”, así como poder identificar “las efigies de algunos de sus muchos personajes ilustres (…) ejecutadas en soportes pétreos, textiles y papel”, aunque no todos la tengan (en cuyo caso han sido suplidas -en papel apergaminado- por las pendolistas benedictinas del madrileño convento de la Natividad).
El capítulo II, “A guisa de proemio”, constituye un auténtico homenaje a la figura de aquel agustino descalzo que fuera obispo de Sigüenza y autor de la voluminosa Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos: fray Toribio Minguella y Arnedo, cuya obra fue continuada por el benemérito canónigo-archivero Aurelio de Federico Fernández, con un cuarto volumen.
Como continuación del capítulo precedente, un tercer capítulo -“Presentación”- sirve para informar al lector acerca del presente libro, que viene a ser un complemento a la obra de los citados investigadores, “recogiendo y ordenando las fotografías de sus efigies [las efigies de los noventa y dos personajes que micro-biografía], que he podido sacar de fuentes auténticas y fidedignas, completándolas con otros datos recogidos en legajos, papeles antiguos, corroídos y desordenados”, con vista a la nueva instalación de tan magno elenco, actualmente ubicado en la “Contaduría” del Cabildo, que fue Palacio y Casa de Estudios en la propia catedral; exposición de la que, en 1994, Fernando Sotodosos Ramos escribió elogiosamente: “Está instalada en el marco incomparable (no podía darse otro mejor) del Palacio Episcopal, antigua Universidad de San Antonio de Portacoeli, en el piso alto del armonioso claustro toscano”, y que “Comprende los personajes que prestigiaron, con su nombre, sus anales: Obispos auxiliares, Obispos promovidos desde Sigüenza o pertenecientes a ésta, canónigos insignes, colegiales de San Antonio, hijos preclaros, Santos diocesanos, etc., etc…”.
El quinto capítulo lo dedica Peces Rata a profundizar en las biografías de los distintos personajes que componen el grueso del libro, es decir, de “los Santos y personas eminentes en virtud, y las de algunos personajes ilustres que nacieron, vivieron, trabajaron y murieron en la diócesis de Sigüenza” con el fin de que no desaparezcan del todo. Por eso inicia la serie, precisamente, con la breve biografía de Santa María de la Cabeza.
Lo que podríamos considerar como el grueso del libro, su contenido fundamental, comienza en el capítulo VI, que se destina a los personajes datados en el siglo XV, relacionados con el antiguo Colegio de San Antonio de Porta-Coeli, fundado en 1476 por el canónigo Juan López de Medina, y elevado a la categoría de Universidad por Inocencio VIII en 1489, cuyo lema fue “Ex alto”, señalando con ello que la sabiduría viene de arriba.
La nómina contiene media docena de nombres (2 a 7) entre los que figuran el citado fundados Juan López de Medina, fray Francisco Jiménez de Cisneros, Juan Ginés de Sepúlveda, etcétera.
Abusando de la paciencia de nuestros lectores y con el fin de que puedan hacerse una idea del contenido biográfico del libro, mencionaremos los personajes más destacados de cada siglo.
Así, del siglo XVI recoge catorce (8 a 21): Diego Laínez, fray Diego de Landa, San Pascual Baylón, fray Melchor de Prego Cano, fray José de Sigüenza, fray Pedro de Urraca, entre otros, de gran importancia histórica.
Del XVII son ocho (22 a 29) en cuya relación figura una nómina de personajes algo menos conocidos que la anterior: la Venerable María Antonia de Jesús, Antonio Sanz Lozano, fray Diego Ladrón de Guevara Orozco y Calderón, fray Juan de Santa María, etc., que aumentan en los siglos siguientes.
En el XVIII son veinte (30-49), muchos de ellos verdaderos hombres de la Ilustración: Francisco Fabían y Fuero, Francisco Antonio de Lorenzana Butrón, Juan José Arias de Saavedra y Verdugo [de Oquendo], Ramón Falcón y Salcedo, Juan Bautista Sacristán y Galiano Martínez-Atance, Judas-José Romo y Gamboa y otros más; para pasar al XIX con treinta y tres personajes (50-82), con nombres como Mariano Juárez  López, Sor Patrocinio “la monja de las llagas”, el doctor Juan Creus y Manso, Narciso Martínez-Vallejo Izquierdo, Saturnino López Novoa, Eladio Mozas Santamera, Juan Catalina García López, Manuel Pérez-Villamil y García, Manuel Serrano y Sanz, Hilario Yaben y Yaben (cuya biografía es mucho más extensa que lo normal), Julio de la Llana Hernández, Juan José Ubierna y Eusa, Claro Abánades López, Juan Yela Utrilla, Francisco Layna Serrano, como más conocidos, y, finalmente, diez biografías de otros tantos personajes del siglo XX (hasta 1915), entre ellas las de los Beatos Marciano-José (Filomeno) López López, Julián Navío Colado, José María Ruiz Cano, Gonzalo Gonzalo Gonzalo y Gabriel Barriopedro Tejedor, además de la Beata Teresa de Jesús (Eusebia García García), Doroteo Hernández Vera, Ángel Hidalgo Ibáñez, Juan Ricote Alonso y Vicente Moñux Cabrerizo que, aunque más cercanos en el tiempo, son menos conocidos por el “hombre de la calle” y, de ahí, el mérito del libro que viene a ser un escaparate donde poder disfrutar de sus méritos y virtudes.
En total una extensa relación de noventa y dos personajes, de los que se encuentran multitud de datos, algunos muy llamativos por poco conocidos.
En el “Epílogo”, el autor explica al lector que “Aun cuando este libro no produjese otro bien más que el de rememorar a algunos de los muchos personajes ilustres, en la diócesis de Sigüenza, indudablemente su importancia no sería pequeña”.
No presume, por tanto, de haber hecho historia, ni de haber dejado una obra perfecta, pero piensa haber trabajado “con conciencia, y de no haber perdonado medio alguno para acercarme a la perfección posible y evitar, si no absolutamente todas, por lo menos aquellas faltas de más bulto a las cuales se niega la indulgencia con justicia”.
Bienvenido el libro de Felipe Peces a la ya amplia bibliografía seguntina que tanto contribuye a que sus gentes y sus obras lleguen a todo tipo de lector.


José Ramón López de los Mozos

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