Cuentos del mundo, Guadalajara, Ayuntamiento de El Casar.
Concejalía de Mediación Intercultural, 2012, 76 pp.
El libro, breve pero libro, que
hoy presentamos es el resultado de una gratificante experiencia llevada a cabo
por los escolares de El Casar gracias al interés de su ayuntamiento, -a través
de su concejalía de Mediación Intercultural (algo que hace años ni nos
imaginábamos)-, hacia la cada día más numerosa población extranjera con la que convive
cotidianamente.
Dado el elevado número de niños y
adultos de otras nacionalidades a que nos hemos referido, la concejalía citada
-Mediación Intercultural a cargo de Mónica Ferariu-, en colaboración con algunos
colegios de la zona: “Maestros de El Casar”, “El Coto” y “Montealbir”,
convocaron en el mes de diciembre del pasado año 2011, el Primer Concurso de
Cuentos Multiculturales de El Casar.
El resultado fue abrumador,
especialmente por el importante número de participantes; de modo que se hace
necesario seguir convocando nuevas ediciones de este premio, cuyos fines
primordiales son la “transmisión de los valores interculturales y la
integración en la diversidad cultural”, al tiempo que hacer por un momento que
los niños sean los protagonistas de ese mundo mágico, de sueños e ilusiones,
que tan bellamente suele estar representado en la mente y en el mundo infantil.
El libro viene a ser el sencillo,
más ilusionado, premio o galardón a modo de recuerdo, que recoge los cuentos
que optaron a la categoría infantil.
Se trata de cuentos en los que
puede apreciarse un alto grado de madurez y una notable sensibilidad, a pesar
de tratarse, como decimos, de cuentos presentados por niños que, además, suelen
responder a historias reales, a experiencias personales, muchas veces narradas
en primera persona.
Experiencia como esta ya la
habíamos visto y leído anteriormente a través de un interesantísimo libro de
cuentos, que aprovechamos para recomendar al lector, relatados por estudiantes de distintos puntos
de la geografía provincial alcarreña, titulado La mujer del pez (CASTELLOTE, Eulalia y PEDROSA, José Manuel
(edición al cuidado de), La mujer del pez
y otros cuentos tradicionales de la provincia de Guadalajara, Guadalajara,
Palabras del Candil (col. Tierra Oral, n.º 1), 2008, 260 pp.).
Cuentos del mundo, a tamaño de bolsillo, recoge entre sus páginas
un total de cuarenta y siete narraciones situadas en todos los continentes, que
comienzan por el único Premio especial, titulado “El Congreso de los ratones”,
ganado por Laura García Andrés, y los tres primeros premios: “Un viaje de idas
y vuelta”, “La temida hora del recreo” y “Unión Multicultural”, logrados por
Lidia Izquierdo Goly, Patricia Talavera Sánchez y Andrea Fernández Martínez,
respectivamente.
Y como para muestra basta un
botón, vamos a dar idea de cómo es uno de los cuentos y de qué trata:
evidentemente del Premio especial que ganó Laura García Andrés, que para eso es
el ganador.
“El congreso de los ratones”
trata de un país llamado Raticolandia en el que convivían, con grandes
dificultades entre ellos, ratones de todos los colores: negros, amarillos y
blancos.
Para buscar una solución al
problema de su relación social decidieron tener una reunión y exponer cada uno
de sus representantes las necesidades más acuciantes y sus puntos de vista.
Los negros pensaron en construir
una pared que separara a cada uno por su color; los amarillos, solicitaron además
la gestión de sus propios recursos, y los blancos, que aplaudieron las ideas de
los anteriores, quisieron que cada uno hablase un idioma diferente, por lo que
al no hablar con los demás, no discutirían.
Así las cosas y todos contentos,
aprobaron las correspondientes medidas adoptadas.
Pero de buenas a primeras, a lo
lejos se oyeron unos gritos pidiendo auxilio, por lo que todos salieron
corriendo hacia el lugar de donde procedían.
Por el camino se encontraron con
una ratita amarilla que lloraba desconsoladamente porque su pequeño ratoncito
blanco se había caído a un pozo.
Y, en marcha: los negros fueron a
por cuerdas, los amarillos llamaron al médico y uno de los blancos se ató una
cuerda, de la que tiraban todos, para rescatar al ratoncito, cosa que lograron
felizmente.
Todos se pusieron muy contentos y
decidieron hacer una fiesta para celebrarlo.
“Ese día pensaron que debían
estar unidos y llevarse bien para solucionar los problemas y ayudarse.”
Moraleja: quien quiera entender
el cuento, que lo entienda, que como se dice ahora, la niña ¡lo ha clavado!
(vamos, que ha dado en el clavo).
jrlmozos@hotmail.com
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