martes, 9 de octubre de 2012

Paisajes y lugares de las comarcas de Guadalajara


Alvarez Jiménez, Julio. Paisajes y lugares de las comarcas de Guadalajara. “El Afilador de Ediciones”, Sigüenza, 2008. 158 páginas. Ilustraciones en B/N.

Cae ahora en mis manos, cuatro años después de su publicación, un magnífico libro que me ha gustado y me ha servido para conocer, un poco mejor aún, mi provincia. Se trata del conjunto de artículos previamente publicados en la Revista seguntina “El Afilador” por el profesor de Biología Vegetal de la Universidad de Alcalá, don Julio Alvarez Jiménez, quien demuestra en su obra no solo conocimientos científicos más que sobrados, sino también un gran cariño a esta tierra, a la que ve con ojos de botánico y de poeta. En definitiva, creo que es una persona que sale a recorrer el mundo con los valores de un alma noble y con los sentidos de un ser despierto.
Este libro, “Paisajes y lugares de las comarcas de Guadalajara” está constituido por capítulos breves y monográficos sobre entornos geográficos muy concretos. El primero de esos capítulos trata de definir las comarcas de la provincia de Guadalajara, que el autor dice no están bien definidas aún. ¡Es tan difícil concretar, poner límites, a unas comarcas de una provincia tan variada! Además de los clásicos entornos de Alcarria, Campiña, Sierra y Parameras de Molina, Alvarez añade los espacios del Alto Henares, Alto Tajuña y Alto Tajo como comarcas en sí, con valores que comulga de otras. Todo es válido en este terreno, y creemos que está bien planteada su tesis.

El resto del libro, que por mor de las economías editoriales va ilustrado con fotografías impresas en una sola tinta, es muy variado, y en él leemos las características de sitios tan diversos como las turbas del Pelagallinas, un recorrido por el Alto de la Campana entre Checa y Peralejos de las Truchas, el alto de Somolinos, el río Dulce, lo salinares de en torno a Atienza, la Campiña del Henares, el Alto Henares por encima de Sigüenza, el Alto Tajuña desde Cifuentes a Maranchón, encontrando en cada análisis nuevas facetas biológicas, paisajísticas, ambientales y humanas que hasta ahora no habíamos reconocido.
Un libro hermoso, valioso, muy bien escrito, perfectamente documentado desde un punto de vista científico, y quizás huérfano de la vistosidad de unas imágenes en color que bien merecerían haberle ilustrado y que seguro que el autor tiene a cientos. Una aventura de “El Afilador” de Sigüenza, que ha demostrado siempre su seriedad y buen hacer, en este difícil mundo de la edición de libros, hoy tan mustio por mor de la falta de ayuda institucional y del desinterés de una población que está a otras cosas.
La solapa de la obra, además de referir circunstancias de la vida del autor, dice del libro que es “De carácter divulgativo pero a la vez con un contenido riguroso y dotado de estilo literario, el libro indaga en el significado del paisaje para tratar de captar su sustancia. Como afirma el autor las herramientas para profundizar en la percepción del paisaje van más allá de la simple mirada: un mapa, una lectura, el estudio, la charla con un pastor, la repetición de la visita a los lugares, todo ello se acumula y contribuye a mejorar, a ampliar, a enriquecer las sensaciones, a enriquecerse con ellas. Sin duda este libro puede contribuir a que los lectores enriquezcan su visión de estos lugares.

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