viernes, 27 de julio de 2012

Brihuega en la encrucijada


UNA OBRA CLÁSICA PARA CONOCER LA HISTORIA DE BRIHUEGA

PAREJA SERRADA, Antonio, Glorias de la Alcarria. La razón de un Centenario, Valladolid, Ed. Maxtor, 2011, 230 pp. (Edición facsimilar de la de Guadalajara, Taller Tipográfico de la Casa de Expósitos, 1911). (I.S.B.N. 978-84-9001-059-4).

A veces suceden cosas llamativas.
El libro que comentamos, que vio la luz por primera vez en Guadalajara y en 1911, estaba pendiente de ser editado por el Ayuntamiento briocense, con motivo de la celebración del Tercer Centenario del asalto de Brihuega y batalla de Villaviciosa, pero los recortes presupuestarios propios del momento no lo hicieron posible y, su texto, acompañado de algunos trabajos que lo completan, quedó a la espera de mejores tiempos para su publicación.
No obstante, ello no fue óbice para que la pucelana editorial Máxtor lo diera a las prensas junto a otra obra de Pareja Serrada: Brihuega y su partido que, por cierto, también publicó el Ayuntamiento de Brihuega.
Máxtor editó también algún que otro trabajo de Guadalajara, entre ellos El libro de la provincia de Guadalajara, de D. Juan Catalina García López (Guadalajara, 1881), con lo que de buenas a primeras pasamos de tener aquellas viejas ediciones, las primeras, junto a la segunda y, en algunos casos, una tercera.
En fin, meras coincidencias.
Pareja Serrada dedicó su Razón de un centenario a la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara como primer ensayo histórico, después de su nombramiento como Cronista Provincial, el segundo que ostentaba dicho cargo; y, además, de una forma totalmente altruista, puso a disposición de la Comisión Ejecutiva del Centenario el veinticinco por ciento líquido de su venta.
En realidad el libro es muy breve si lo despojamos de las “Dos palabras á guisa de prologo” –que es un canto apasionado a la villa que vio nacer el autor y un sentido agradecimiento a quienes colaboraron con esfuerzo a la celebración del Centenario: la prensa, los amigos y compañeros de Comisión, los briocenses, en general y, muy especialmente, a S. M. el Rey (q. D. g.), los hombres políticos, los títulos del Reino y los representantes del país en el Parlamento-; de las “Razones que me impulsaron” -entre otras muchas, el haber estado completamente olvidada por los Gobiernos “que la tienen sin otra vía de comunicación que una línea férrea que cruza la región de Sur á Norte, y unas cuantas carreteras que, si enlazan sus diversos partidos judiciales, no solucionan la rapidez de los transportes, norma de vida moderna”-, apartado en el que Pareja Serrada relaciona todas las riquezas de que disfrutaba la provincia de Guadalajara, especialmente su privilegiada situación geográfica y la calidad y variedad de sus aguas (hulla blanca), sus fábricas de tejidos (Brihuega, Guadalajara y Horche) y su floreciente industria minera (Hiendelaencina y La Nava de Jadraque), además de otras industrias “menores” como las de vidrio (El Recuenco) o el curtido de pieles (Budia); “Un poco de historia”, sobre la general de Guadalajara, y “Brihuega antigua”, donde en forma muy abreviada trata desde los orígenes de Brihuega -quizás la antigua Rhigusa- hasta la llegada al trono español del Duque de Anjou, Felipe V.

Dos pincelas históricas más: “España bajo la dinastía austríaca”, que abarca desde los Reyes Católicos -Carlos I de España y V de Alemania-, hasta el infeliz Carlos II “el Hechizado”, que dio paso a “La Casa de Francia”, para entrar de lleno en los capítulos correspondientes al “Bombardeo y asalto de Brihuega” y “La batalla de Villaviciosa”, que resume en unos “Comentarios” finales (páginas 115-123): “El relato fiel del Asalto y la Batalla tal y como la describen los comentaristas militares de la época, demuestra sobradamente cuánta abnegación, cuánto heroísmo, cuánto ardimiento necesitaron los nuestros para aniquilar en cuarenta y ocho horas á un ejército de 24.000 hombres, de los cuales 18.000 fueron prisioneros.”
Acto seguido, Pareja Serrada, se pregunta: “Ahora bien, ¿está justificada la razón que me impulsó á conmemorar esta efemérides gloriosa de nuestro ejército?”.
Y, si los datos precedentes son los más interesantes desde el punto de vista histórico, mucho más importantes son, a nuestro parecer, los que nuestro buen autor recoge en el más extenso de los capítulos, que es el destinado a los “Apéndices” y que denomina Parte documental, donde podemos encontrar “El testimonio de una monja” (perteneciente al Libro de Actas de entradas y profesiones de religiosas del convento de Jerónimas de Brihuega); el “Parte oficial del asalto y de la batalla” (incluido en la Gaceta de Madrid del 16 de Diciembre de 1710); una visión de “La batalla según el Marqués de San Felipe” (que éste publicó en sus Comentarios á la guerra de España); unos “Extraordinarios y hojas sueltas procedentes del Cuartel Real, que se mandaron publicar con carácter oficial para dar cuenta del asalto y la batalla” (y que en el momento de escribir el libro se conservaban en la Biblioteca Nacional, sección de Varios); algunos “Partes á los Gobernadores y Capitanes Generales” y la “Correspondencia de Felipe V” (a su abuelo Luis XIV); las “Recompensas a Brihuega” (el perdón de las contribuciones durante cuatro años y la concesión de feria franca de tres días en cada año, desde el catorce de septiembre, y un mercado, igualmente franco, el domingo de cada semana, perpetuamente), la “Lápida conmemorativa” (sobre el arco de la Puerta de la Cadena), o el “Diario de un testigo”, que ayudan a comprender más claramente el desarrollo de la contienda.
Deja constancia también de los regimientos que participaron tanto en la batalla como en el asalto, así como sus jefes superiores muertos y heridos y sus lugares de enterramiento, además de algunas notas curiosas como los prisioneros que se hicieron, papeles de la época y las banderas que se utilizaron, que dan paso a una “Consideración final”.
Un “Post Scriptum” ofrece al lector los datos más destacables sobre la preparación del Centenario, desde el primer aplazamiento forzoso de los festejos, hasta su definitiva realización.
Una edición que se dice facsímil, pero que no conserva las cubiertas originales ni el tamaño de la primera, pero que aún así, indudablemente, sirve para conocer esta faceta concreta de la historia de Guadalajara.

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