lunes, 25 de julio de 2011

Memoria de un periódico: LABROS




No aparece en este comentario la fotografía de la portada del periódico de 2011 porque LABROS no ha visto la luz este año, ni la verá, como venía siendo costumbre por estas fechas veraniegas. En su lugar ofrecemos la primera página del periódico número 29, correspondiente al verano del año 2010.


Que no salga este interesante periódico creemos que se debe al enfado de quienes lo componen así como el de las gentes de ese bello pueblo molinés que ha visto como el “portegao”, una de sus señas de identidad, ha sido destruida de forma absurda y sin sentido alguno.


Para que dicho desaguisado, realizado en pleno siglo XXI, sea más ampliamente conocido, nada mejor que transcribir la nota que nuestro buen amigo Andrés Berlanga publicó en el diario El País del miércoles, 15 de diciembre de 2010, con el título de Desaguisado ejecutado:



“Un ejemplo de la destrucción callada de nuestra arquitectura popular y rural de siglos tuvo lugar ayer mismo. En Labros, Guadalajara, un pueblecito tendido al sol en la paramera de Molina de Aragón, además de un arco románico del siglo XII, y una torre del XVI en una iglesia que sus descendientes han conseguido que se restaure, había en la plaza tres edificios singulares que fueron biblioteca, carnicería comunal y fragua, tras un porche (allí llamado portegao), con soportes de piedra para los pilares de sabina.


Formaban hasta el lunes un conjunto de una planta, con tejados de teja árabe, testimonio de una cultura tradicional que había merecido, entre otros reconocimientos, ser reproducido en el reciente libro Arquitectura Popular de Tierra Molina. La vieja fragua se había convertido en Centro Cívico en 1983, por iniciativa de la Asociación de Amigos de Labros, y allí dentro, además de mostrar arados, albardas, hoces, fuelles y toda la memoria de lo que fue un pueblo campesino, se celebraban reuniones comunitarias, se organizaban exposiciones de fotos o se planeaba un premiado periódico, la representación de teatro clásico de cada año, las fiestas de agosto, un rastrillo, la recuperación de juegos tradicionales o iniciativas mil en bien del pueblo.


Después de muchos meses de batallas para que el Ayuntamiento (radicado en otro pueblo) no lo echase abajo, la mano del hombre, que no un rayo o el paso del tiempo, ha arrasado todo eso. No es mal reflejo (desolador y simbólico) de un país, un paisaje y un paisanaje municipal.- Andrés Berlanga. Madrid.”



Artículo que también recogió El Decano.es del 19 de diciembre de 2010 y en el que, como puede apreciarse, nada se dice, ni una sola mala palabra, contra el edil iconoclasta, nada de malas formas, ni de agresividad, aunque, si acaso, algo de frustración y tristeza, lógicas por otra parte.


Por ello, desde esta página, como persona interesada en la conservación del patrimonio universal, y más aún del nuestro propio, que hemos heredado de nuestros antepasados y tenemos la obligación de pasar a nuestra vez a las generaciones que nos sigan (y a pesar también de que esto pueda sonar a manido, por tantas veces dicho) nos unimos de todo corazón a los labreños que, con su silencio, hacen un ruido más que suficiente para proclamar a los cuatro vientos su enfado, al tiempo que advierten a otros pueblos sobre posibles atentados contra su patrimonio, perpetrados, precisamente, por quienes han sido elegidos para ser sus defensores.


Podríamos poner otros muchos ejemplos sucedidos en pueblos no muy alejados del mismo Señorío de Molina, pero no es el momento más oportuno para hacerlo.


Desgraciadamente la ignorancia y la incomprensión han contribuido, una vez más, a que una pieza significativa, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como desde el sentimental, casi sagrado, haya desaparecido para siempre, aunque tengamos el premio de consolación de unas cuantas fotografías y de otras tantas descripciones, como la ya mencionada por Andrés Berlanga o la más reciente de José Luis García de Paz, quien acerca del desaparecido “portegao” incluye la siguiente:



“Labros. El portegao era un lugar de reunión, en el buen tiempo, y de charlas y encuentros. Para hacer un nuevo edificio comunitario, el Ayuntamiento lo derribó en 2011. Otra muestra perdida de la arquitectura popular molinesa”.



(Patrimonio desaparecido de Guadalajara, 2.ª edición, corregida y aumentada, página 240, de donde procede la fotografía que acompaña al presente texto).


Pensamos, para concluir, que la destrucción de esta manifestación, hasta hora viva, del patrimonio arquitectónico de Labros, también ha dado pie a que su única publicación cultural, el periódico LABROS que venía saliendo sin falta cada verano, haya quedado en suspenso…aunque confiemos que por poco tiempo, para así poder demostrar, especialmente a las gentes que toleran estos atentados aparentemente nimios en sí pero grandes en cuanto a su significado, que -sin desfallecer y con nuevos bríos- se pueden seguir haciendo muchas cosas en pro del bien comunal (y entre ellas seguir manteniendo la esencia de los pueblos que constituyen el Señorío de Molina).




José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

3 comentarios:

  1. El periódico de la Asociación de Amigos de Labros año 2011 (nº 30) puede leerse en esta dirección:
    http://marianomarco.files.wordpress.com/2011/02/periodico_pags1.pdf

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  2. Animo a todos a leer este magnífico periódico que trae los aires de aquellos bosques de sabinas, con la vida que aún palpita, por molina, tan fuerte...

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  3. Interesado por las palabras de nuestra comarca, me lleva un vocabulario hasta el pueblo de Labros, sus revistas y su portegao, y descubro con asombro la tropelía cometida.
    No estoy de acuerdo con los silencios que "hacen un ruido más que suficiente", creo que debemos hacer ruido, mucho, muchísimo, e impedir que nos sigan toreando, que siga el gobierno para el pueblo sin el pueblo, que siga el abuso como norma. Ruido, ruido democrático, ruido tranquilo, ruido cargado de razón. Pero ruido. Al menos, de momento, que los abusadores no puedan dormir tranquilos.

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