SUÁREZ DE PUGA, José
Antonio, Cancionero de lugares y
compañías, Guadalajara, Diputación Provincial de Guadalajara, 2014, 240 pp.
(ISBN: 978-84-92502-37-0).
Estamos ante un libro
fundamental, Cancionero de lugares y compañías, un libro que Guadalajara estaba
esperando, una antología en la que se recoge la mayor parte de la obra del
poeta José Antonio Suárez de Puga, una de las voces más destacadas de la
creación poética alcarreña, aunque poco dado a la publicación de sus creaciones,
puesto que el poema no termina de crearse nunca…
Lo que hoy se escribe
en determinadas circunstancias, mañana puede ser retocado, y así una y otra
vez, de modo que ha sido muy difícil poder reunir en un solo volumen esta magna
obra poética, que su autor ha dividido en tres libros.
En el primero se
recogen veintitrés poemas dedicados a las gentes y los lugares de la propia
capital de la provincia: Guadalajara. Allí pueden leerse poemas sobre la
primitiva “Wad-Al-Hayara”, la “Olma de Bejanque”, el “Carnaval en la Plaza
Mayor” o el “Busto de José Antonio Ochaíta”, amén de algunas muestras en las
que es posible apreciar ese gracejo tan propio y especial que caracteriza en
ocasiones al poeta, y que en el libro queda patente a través de la “Chacona en
palacio”, a la que pertenecen los versos que siguen:
“La
casa de los dechados / Mendozas ha unido el mundo / de Francia con el segundo /
Felipe de los reinados. / Suelto de rizos cuidados / y lazos de terciopelo / de
Isabel, el blondo pelo, / tras de bailar la chacona / se desmelena en la lona /
verde que tapiza el suelo.”
Todo ritmo, sonoridad y
gracia, el poeta, satiriza algunos aspectos de la Historia, pero conserva la
pureza clásica que lo caracteriza y define.
El libro segundo, el
más extenso, consiste en un amplio recorrido por los pueblos de Guadalajara:
”Una peña muy fuort” (Atienza), “Noche en los jardines de Brihuega”, “Tres
seguidillas a Torija con un poeta al fondo” (José María Alonso Gamo), “Tapices
de Pastrana”, “Recitación y glosa de San Juan de la Cruz” (en Pastrana), “A una
parra” (en el santuario de la Virgen de la Hoz, en Corduente), “Romancillo de
la plazuela de Tres Palacios” (de Molina de Aragón), algunos publicados
previamente o dados a conocer en recitales como aquellos Versos a medianoche que
comenzaron su andadura en Aranzueque y la terminaron en Pastrana…
A este libro segundo
pertenece el siguiente soneto, gráfico y sonoro:
“La
madre Alcarria en el pezón de Hita / que amamantó a Juan Ruiz el arcipreste, /
cántaro derramado en el celeste / estanque de la bóveda infinita.
Norte
donde la brújula dormita, / barro del sur, cerámica del este, / letuario
confitado en el agreste / nogal ibero por la miel semita.
Juglar
enamorado de la boca / de doña Endrina, donde cuelga loca / la avena del
Henares ribereño.
Azor
en vilo y golondrina en llanto, / portillo abierto en flor de calicanto, / Hita
del buen amor y del buen sueño.”
El poeta hace aquí, en
este libro segundo, que su poesía sirva de buena guía para que el lector, a
través de sus variadas composiciones, romancillos, sonetos, letrillas y seguidillas,
liras, etcétera, pueda conocer numerosos pueblos de Guadalajara, así como sus
fiestas más importantes y tradicionales.
El libro tercero es un
libro de amistades, de poemas dedicados a los amigos y a las gentes conocidas,
a los fallecidos, a músicos, pintores y escultores, a escritores y arquitectos,
a los que dejaron su huella en la calle y en el corazón del poeta.
Son, en ocasiones,
poemas que bien pudieran servir como oración surgida de lo más profundo del
alma o llantos alegres por el amigo perdido, o dedicados a la mujer bella e
inteligente: por ejemplo “Tres seguidillas para Margarita de Pedroso
(Brihuega)”:
“Puerta
de la Cadena, / sin cerraduras, / cárcel abierta a todas / las escrituras.
En
la Peña Bermeja / cantan maitines / para una margarita / de sus jardines.
Sabiendo
que no has muerto / quien te cultiva / debería llamarte / la siempreviva.”
Poemas de gran belleza
“A Marina Durante” y “Soledad Santamaría”; “Al mejicano Juan López”, “A Luis Gómez
El Estudiante”, “A Antonio Pérez en fundación”, “A Juan José Asenjo Pelegrina”,
“Apunte para Jesús Campoamor”, “A Antonio González Lamata en Medinaceli”… y
tantos otros amorosos poemas donde la delicadeza de su autor queda patente,
donde el poeta se encuentra a gusto con su poesía, que nada o muy poco, tiene
que ver con los ritmos actuales, pues que el poeta, como él mismo dice en su
escueto “Liminar”: “ofrece un conjunto de diversos intentos poéticos
deliberadamente sometidos a un cierto rigor lógico de estirpe neoclasicista”.
Una poesía culta en un
libro sencillo y bello, donde la letra se une al dibujo, para hablarnos de un
José Antonio Suárez de Puga “escritor, poeta, dibujante y ensayista”, al que
nada de Guadalajara, la tierra que le vio nacer, le es extraño.
El libro que comentamos
ha sido editado por la Diputación Provincial de Guadalajara para conmemorar el
Bicentenario de su instalación.
Por ello le doy la
bienvenida a su autor (al tiempo que le agradezco la dedicatoria del poema “Maranchón”,
del libro segundo) y felicito a la Diputación por su edición.
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