Memoria gráfica
de Valdearenas,
Madrid, Ayuntamiento de Valdearenas/Ediciones Bornova A.T.C. S.L., 2010, 152
pp. (ISBN: 978-84-937040-6-3).
Como
indica Tomás Gómez Esteban, alcalde de Valdearenas a la sazón, este libro representa
la historia de Valdearenas mediante un recorrido gráfico a través de todas sus
gentes y de su patrimonio y a la vez sirve de gran homenaje a todos los que ya
no están con nosotros.
Al
igual que sucede con otros del mismo tipo -basados en la imagen antigua-, este
libro comenzó teniendo que vencer cierta frialdad inicial, es decir, el natural
retraimiento de las propias gentes del
pueblo a prestar las fotografías que conservaban de sus antepasados, de ellos
mismos, de sus hijos o de sus familiares y amigos, tan íntimas, así como la
dificultad que en estos casos entraña una posterior labor de selección, seria y
respetuosa, que diera a la imprenta aquellas fotos que verdaderamente
merecieran la pena por tener el suficiente valor documental, es decir, que
pudieran dar idea de cómo se vestía o de cómo era el pueblo en el pasado; un
pasado que, aunque no muy lejano, ofrece grandes diferencias con el mundo
actual. Esos “grandes cambios que se han producido en nuestro pueblo desde
principios del siglo XX hasta los días de hoy sobreviviendo a una guerra civil”,
como igualmente señala el alcalde de Valdearenas.
El
libro consta de nueve apartados o capítulos, que siempre dan comienzo con un
texto, más o menos extenso, relacionado o no con el contenido fotográfico que
le sigue.
Son
los siguientes:
1.
El pueblo y sus calles, comienza con una mención al libro Arquitectura Románica en la provincia de Guadalajara, de Francisco
Layna Serrano, que reúne una corta selección de imágenes, por lo común vistas
generales.
2.
Celebraciones familiares, comienza con un texto de José Antonio Ranz Yubero,
tomado de su Diccionario de toponimia de
Guadalajara, que versa de su propia denominación: Valdearenas y se completa
con diversas fotografías sobre bodas y primeras comuniones.
3.
La familia, cuyo texto introductorio está tomado del libro Toponimia y Arqueología: Yacimientos arqueológicos de Guadalajara y su
denominación, de José Antonio Ranz Yubero y quien esto escribe, acerca del
Cerro de la Respenda y Los Palacios de la Tala, contiene quizá la colección más
íntima, puesto q ue en él aparecen
fotografías de los abuelos, de los hermanos, del noviazgo, de la familia
completa, de los amigos, del padre y su hijo montados sobre un pollino,
sonrientes…
4.
Grupos, viene a ser una continuación del apartado anterior, y comienza con una
descripción geográfica e histórica del pueblo tomada de Crónica y guía de la provincia de Guadalajara, de su Cronista Provincial,
Antonio Herrera Casado y contiene, como bien titula este epígrafe, grupos de
personas, amigos o familiares, que a veces se juntaron por requerirlo la
ocasión, por ejemplo, en una fiesta, una merienda, una celebración familiar, o durante
una excursión escolar, en la fuente o ante la fachada de la casa.
En
algunas fotografías aparecen los primeros automóviles que llegaron al pueblo.
5.
Adultos. En este caso, el más extenso, el capítulo comienza con los Aumentos a las Relaciones topográficas de España. Relaciones de pueblos que hoy
pertenecen a la provincia de Guadalajara con notas y aumentos por Juan Catalina
García (Memorial Histórico Español, tomos XLI a XLV), y sigue con una serie
de fotografías, posiblemente las más antiguas del libro, puesto que datan de
hacia los años veinte y fueron realizadas en estudio (de los que se conocen sus
datos).
Hay
fotos que seguramente podrían haberse incluido en cualquiera de los dos
apartados anteriores, tal vez en el titulado “Amigos” (p. 81).
La
fotografía de “Pepa” (p. 80) tiene interés para el coleccionista de alfarería
tradicional, puesto que la representa cargando agua con dos botijos y un
cántaro (botijos que bien podrían ser de Agost y cántaro de Cogolludo).
6.
Niños, continua con las anteriormente citadas Relaciones topográficas, aunque en esta ocasión ocupando cuatro
páginas.
Son
imágenes llenas de candor. Los niños, vestidos de andaluces, ante un escenario
pintado, nos conducen a una feria o a un estudio; otras fotos colocan al niño
ante una pareja de mulas (el futuro y la economía doméstica), la abuela Teófila
y sus dos nietos, uno más rubio que la mies madura. La familia Manchado aparece
ante unas casas. Son niños felices, sonrientes, alegres, que juegan y posan
ante la cámara sin temor alguno.
7.
Trabajo, incluye dos textos; el primero hace referencia al Diccionario de Pascual Madoz y, el segundo, titulado “Picaresca en
la forma de constituir la mesa electoral en el distrito de Valdearenas
(Elecciones de 1839)”, está tomado de Rosario Baldominos Utrilla: “Dos casos de
fraude electoral cometidos en la provincia de Guadalajara: la elección de 1839 en
Loranca y Valdearenas”, publicado en Wad-Al-Hayara,
14 (1987). Las fotografías que se recogen en este apartado corresponden, casi
todas, a la trilla.
8.
Fiestas, incluye un breve texto, poco conocido si no se es aficionado a los
libros de viaje, de Guillermo Manier, que recorrió estas tierras alcarreñas a
comienzos del siglo XVIII y que está tomado del libro Los ojos de los demás. Viajes de extranjeros por el antiguo obispado de
Sigüenza y actual provincia de Guadalajara, de Pedro Olea (1998).
Las
fotografías plasman momentos de la celebración de la fiesta de San Roque,
especialmente de los encierros por el campo, y también del Corpus, de la Semana
Santa y, algo muy curioso: de la inauguración del altar mayor de la iglesia
parroquial, que puede verse completo en la foto inferior de la página 136.
Finaliza
el libro con el que, a nuestro parecer, es el capítulo más interesante en la
actualidad, puesto que corresponde al patrimonio de Valdearenas.
9.
Patrimonio, que comienza con una amplia descripción de inventario artístico
llevado a cabo por Juan Catalina García López (Catálogo Monumental de la Provincia de Guadalajara).
A
lo largo de este apartado, que se refiere al patrimonio artístico y monumental
-que no al humano que consta en los apartados anteriores- puede verse en
detalle la iglesia, el altar mayor al que nos hemos referido anteriormente, y
al desgraciado despiece y desmantelamiento posterior de la citada iglesia: su
importantísimo artesonado… y también algunas fotos de la fuente, a veces
rodeada de gentes posando o de mujeres que llenan sus cántaros, y la ermita.
Un
libro para el recuerdo y la nostalgia y un trocito más de la intrahistoria
cotidiana que va haciendo los pueblos y los va cambiando.
José
Ramón López de los Mozos
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