viernes, 22 de junio de 2012

Memoria de los sanjuanistas en la Alcarria


DOS ALCARREÑOS EN EL X CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE CASTILLA-LA MANCHA.

X CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE CASTILLA-LA MANCHA. Alcázar de San Juan, 30 Abril 2011, en TESELA. Cuadernos mínimos, n.º 45 (Alcázar de San Juan, Ayuntamiento de Alcázar de San Juan/Patronato Municipal de Cultura, 2011 (pero 2012), 60 pp.

No sabemos si este número de TESELA recoge, como si de las Actas del X Congreso de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha se tratara, todas las comunicaciones presentadas en el mismo, ya que en este “cuaderno mínimo” figuran nueve, de las que hemos seleccionado dos, firmadas por autores alcarreños, y otra más, en la que se hace referencia a ese polifacético y caleidoscópico personaje tan relacionado con nuestra tierra que fue Antonio Fernández Molina.
Son trabajos muy breves, como no podía ser menos en una publicación de las características y sobre todo la extensión del cuaderno que las acoge.
La primera comunicación a que nos referimos, está firmada por Alfredo Villaverde, Presidente de la Asociación mencionada, que lleva por título “Turismo y Literatura en Alcázar de San Juan”, abarca las páginas 14 a 16.
En ella, tras analizar las constantes transformaciones que ha venido sufriendo el turismo en los últimos tiempos, gracias a la evolución de las comunicaciones; Villaverde resume brevemente los elementos más destacados con que cuenta Alcázar de San Juan, en lo que a oferta turística se refiere, partiendo de su privilegiada situación geográfica.

En concreto, sus ofertas más interesantes serían las que se afectan al turismo cultural y al medio natural en sus diferentes formas: rural, agroturismo, ecoturismo, científico…
El cultural gracias a la existencia de un rico patrimonio arqueológico que abarca desde el Paleolítico hasta el arte cristiano, pasando por la Edad del Bronce, el romano, el visigodo y el islámico. También contribuyen al mejor conocimiento de la zona, la “Ruta Cervantina”, que ahora cuenta con el Museo de la Casa del Hidalgo, y los restos que todavía mantienen viva la presencia de la Orden de San Juan, como la Torre Prioral, sin olvidar con conjunto urbano de la población donde pueden contemplarse algunos buenos ejemplares de arquitectura modernista.
Y si hemos hablado de museos no conviene dejar a un lado ni el Municipal ni el de Alfarería.
Pero junto a estos aspectos turísticos mencionados hay otros que también coadyuvan a su desarrollo como son las rutas que podríamos denominar “literarias”, aunque enfocadas desde el punto de vista del investigador y que hacen de Alcázar de San Juan el “Corazón literario de La Mancha”, a través del recuerdo a Rafael Mazuecos, autor de Hombres, lugares y cosas de La Mancha y a Ángel Ligero, autor de La Mancha de don Quijote, que siguen a Blas Nasarre en lo que concierne al lugar de nacimiento de Cervantes (que, según Villaverde, encontró en 1748 la partida de bautismo de un Cervantes alcazareño) y a Luis Miguel Román, autor de Mi vecino Alonso, en cuanto al punto de partida del mítico hidalgo.
La segunda comunicación a que me he referido de debe a la pluma del Cronista Oficial de la provincia de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, “Fortalezas sanjuanistas en la Historia”, ocupa desde la página 17 a la 26, y tras ofrecer algunos datos introductorios acerca del origen y fundación de la Orden de San Juan de Jerusalén, así como sus divisiones en lenguas, bailías y encomiendas, pasa a centrarse en el establecimiento de dicha Orden en La Mancha, gracias a recibir, en 1183, el señorío de Consuegra y su tierra.
Más tarde, ya a finales del siglo XV, Consuegra y El Viso recibirían el título de villazgo, lo mismo que sucedió a otros lugares que fueron eximiéndose de esa tierra a propuesta del prior de la Orden y con autorización real; desmembración que será progresiva, especialmente en el XIX -Herrera casado, las va desgranando cronológicamente desde 1499-1530 hasta 1841-.
Un apartado dedicado a los monumentos sanjuanistas de Consuegra -el castillo, construido en el siglo XIII sobre otro musulmán del que apenas quedan restos- y Alcázar de San Juan -el Torreón del Gran Prior, en realidad una torre almohade perteneciente a la primitiva alcazaba-, da paso a lo que nuestro Cronista Provincial escribe acerca de la historia de esta Orden en Guadalajara, hasta el momento apenas estudiada, dado que desde siempre se ha tratado de pequeños focos, como los lugares de Alhóndiga y Peñalver, en las tierras alcarreñas, y Peñalén y La Yunta, en las molinesas, de las que ofrece los datos más destacados.
Y algo más: El escritor y poeta Nicolás del Hierro dedica un puñado de páginas a dos alcazareños: “Corredor Matheos y Fernández Molina”.
De Fernández Molina, alcarreño de adopción, así como por su matrimonio y creación artística, ofrece una amplia biografía, matizada por aquellos años vividos en la Guadalajara de Doña Endrina, revista en la que dejó sus huellas postistas.
Como el lector habrá entendido, no hemos querido dejar pasar por alto las colaboraciones comentadas por el mero hecho de haberse publicado en una revista más o menos local, de corta tirada y escasa difusión, porque quienes hacemos nuestros “pinitos” en el mundo de la investigación histórica, artística y etnográfica sabemos que muchas noticias, por ejemplo sobre la obra de un escritor concreto, puede encontrarse en las publicaciones más dispersas e inimaginables; donde menos se pensaba encontrar sus colaboraciones.
En fin, ni que decir tiene, que estos “Cuadernos mínimos” de TESELA contribuyen eficazmente a que pequeñas obras, aunque no carentes de interés, vean la luz y al mismo tiempo se constituyan en focos que iluminen nuevos trabajos o los completen.

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