La Guía Templaria de Guadalajara nos ofrece historias, leyendas y evidencias del paso de los Caballeros del Temple por las tierras de Guadalajara. |
En la Feria
del Libro de Guadalajara, el 12 de mayo de 2012, se ha presentado públicamente
el libro “Guía Templaria de
Guadalajara”, del que es autor Angel
Almazán de Gracia. Un libro editado por AACHE, como número 83 de su colección “Tierra de Guadalajara” y que
en sus 208 páginas nos ofrece un interesante acopio de noticias sobre la
presencia de los caballeros del Temple por tierras de la Alcarria, las sierras,
el Señorío molinés…
He aquí el
comentario de Antonio
Herrera Casado a este libro:
Una historia de batallas y
ejecuciones
Hace solamente unos días, entre el 22 de marzo y el 3 de
abril, se han cumplido exactamente los siete siglos de la disolución de la
Orden de los Caballeros del Temple. Un instituto nacido de una época singular,
pretérita y extraña a nuestros ojos. Pero real. El inicio del segundo milenio
registró un ímpetu en la intención europea de conquistar y dominar el Próximo
Oriente, en sus lugares de memoria bíblica. Como siempre, en toda historia,
había intereses económicos de por medio (abrir y dejar cómodos los caminos
hacia la India y su comercio) pintados de sublimidades espirituales.
Los templarios, los caballeros mitad monje-mitad soldado que
constituyeron la Orden de Caballería del Templo de Salomón, ejercieron de todo
ello: de protectores del comercio, de guardianes estratégicos, de pensadores y
elucubradores. Su poder molestó en más altas esferas y fueron suprimidos. En
Francia, incluso, eliminados físicamente.
Los templarios por
Guadalajara
El sábado 12 de mayo se presentó en la Feria del Libro del
parque de la Concordia el libro que ha escrito Angel Almazán de Gracia sobre
estos caballeros: sus fundamentos y esencias, las fechas y los hechos, las
suposiciones, los símbolos y su uso… y todo ello localizado en las tierras de
Guadalajara. En el montículo donde asienta el que fuera monasterio de San
Francisco, en la villa castillera de Torija, en el Alto Tajo por
el Hundido de Armallones, en la ermita del Madroñal de Auñón, en Peñalver, en
Albendiego y su esotérica ermita de Santa Coloma…. En muchos lugares de nuestra
tierra quedó la huella de los templarios, real y permanente. Almazán la busca,
y encuentra muchas de esas huellas.
Me pidió que escribiera las páginas iniciales de esta obra,
que seguro se va a convertir en clásica, según viene naciendo, y este es el Prólogo que le he puesto a tan
interesante estudio.
Prólogo al viaje
templario por Guadalajara
Desde que en plena Edad Media, hace de esto exactamente
setecientos años, el Papa Clemente V dictara la disolución de la Orden de los
Caballeros Templarios, y por entonces la [in]justicia del rey Felipe de Francia
acabara con los bienes y las vidas de sus miembros, mucha gente ha seguido
interesada en conocer los por qués de aquella historia, la de esos hombres que,
llevados de un apasionado deseo de recuperar Tierra Santa para los cristianos
de Occidente, crearon primero una estructura jurídica en forma de asociación de
varones que debían ser, a la par, monjes y guerreros, y luego construyeron un
complejo sistema de jerarquías, atesorando riquezas, administrando cuantiosos
bienes y posesiones y, finalmente, en un arcano que nunca se ha llegado a
conocer del todo, se sintieron depositarios y administradores de unos
conocimientos que perseguían fundir la esencia humana con la divina, a través
de mil maneras diversas: los números, las letras, los ritos, los símbolos, las
interpretaciones…
De aquella suma de saberes, públicos y silentes. Y de aquel
monumental acopio de poderes, territoriales, jurisdiccionales, eclesiásticos y
estratégicos, surgió una organización que quedó en la mente de las gentes de su
época, y aún mucho más allá, casi en el inconsciente colectivo, como el
paradigma de la sociedad secreta y todopoderosa capaz de gobernar el mundo. Ese
miedo de la Humanidad a ser dirigida por unos pocos que se reúnen en secreto,
se aplicó a la Orden del Temple, y a través de otros intereses que afectaban a
los poderosos de su tiempo, se urdieron conspiraciones que acabaron con su
disolución, y el exterminio de su Gran Maestre y diversos cofrades franceses.
La Orden del Temple, y sus miembros los caballeros
templarios, han sido, por tanto, un tema de estudio, de búsqueda y de
controversia que ha llegado, sin apenas pausas, hasta hoy mismo. Apasionados en
la búsqueda de sus huellas, de sus documentos, de sus edificios, y aún más, de
sus saberes y sus metafísicas, muchos investigadores han pasado la vida. Y hoy todavía es
este tema que sugiere preguntas, que alienta viajes y promueve búsquedas.
Los elementos fundamentales del templarismo en Guadalajara
son aquellos que tienen alguna base documental (mínima en el caso de Torija,
muy de pasada en el de
Guadalajara , legendaria en la mayoría de los otros casos,
como Albares, Albalate, Peñalver, Santo Alto Rey…) y esos otros que se
fundamentan en evidencias artísticas, especialmente Albendiego y Campisábalos.
Los rastros que antiguos historiadores dejaron en sus libros, y la evidencia de
símbolos que aparecen todavía en iglesias de nuestra serranía, son más
elocuentes que la inexistencia absoluta de documentos. Sobre ellos, sobre la
memoria incierta, la tradición popular, y el sorprendente hallazgo de cruces y
símbolos tallados, es sobre lo que se ha trabajado para construir esta “Guía
Templaria de Guadalajara” que me ha cabido el honor de prologar.
Hay miles de viajeros, andarines, gentes de macuto y guía,
de cuaderno de notas y Nikon digital, que cada semana, cada primavera, cada día
incluso, se echan a los caminos de España a descubrir su maravillas recónditas,
a rebuscar sus perdidas leyendas, y en algunos casos a escudriñar ruinas,
signos y memorias relatadas. La leyenda de los templarios, de los que ahora
hace justamente setecientos años que fueron disueltos como Orden y como
conjunto humano, ha seguido viva y despertando el interés de esos viajeros, de
los estudiosos, de los que quieren saber más, como ellos lo hicieron en sus
viejos siglos. En ayuda de todos viene esta “Guía Templaria de Guadalajara”. En
la que hay historia, hay descripción de edificios y símbolos, y hay sobre todo,
elocuente y bien trazada, disertación de
la sabiduría esotérica del medievo. Una mezcla apasionante que no le va a
defraudar al lector. Que le va a animar, espero, a echarse al camino y buscar
de nuevo esas huellas templarias, tan escondidas.
El autor, Angel Almazán
de Gracia
Para esta tarea tan difícil (el análisis del saber esotérico
medieval) hay que escoger a algunos de los escasos estudiosos que dominan el
tema, normalmente recluidos en sus estudios, en sus archivos, aislados en sus
cavilaciones, y ponerles tarea: eso es lo que ha hecho la editorial que ha
promovido este libro, escogiendo a Angel Almazán para tan difícil tarea, que él
ha cumplido a la perfección.
Solo había una persona en España capaz de acometer esta
tarea, en este momento. Estudioso de la Edad Media en Castilla, y muy especialmente en la
tierra soriana de en torno al Duero inicial, Angel Almazán de Gracia es
actualmente la mejor referencia en todo lo relativo al Temple en España, y
sobre todo a sus conexiones con la espiritualidad y el saber esotérico de los
grupos escogidos de árabes, judíos y cristianos que en las primeras centurias
del segundo milenio se dedicaron, en el silencio de sus estudios, en las altas
estancias de sus castillos o en los gabinetes abrigados de sus cubículos
secretos, a "imaginalizar" la Divinidad y el Hombre Perfecto a través
del simbolismo numérico y su urdimbre geométrica, complementándolo con un logos
poético y, en definitiva, el milagro de transformar lo psicosomático y
sensorial en espíritu supraformal y metafísico.
Un libro capital para conocer
Guadalajara
El libro
que se ha presentado en la Feria del Libro de Guadalajara, la “Guía Templaria de Guadalajara”,
está escrito por Angel Almazán de Gracia, y editado por AACHE como número 83 de
su Colección “Tierra de Guadalajara”.
Tiene 208 páginas y muchísimas ilustraciones.
En este
libro se hace un repaso a las huellas que han quedado en Guadalajara de los
Caballeros de la Orden del Temple. En forma de edificios, de leyendas, de
cruces grabadas, o de toponimias, la memoria de estos caballeros medievales es
amplia por pueblos y montañas, por descampados y castillos.
En esta
obra, además de la historia y la leyenda, se trata el tema del esoterismo
templario, sus conexiones con el pensamiento secreto sufí y la kábalah hebrea,
así como las formas en que los caballeros protectores del Templo de Salomón
establecieron una estructura de poder y jerarquía.
Especialmente
interesante resulta el estudio que hace el autor en torno a los símbolos o
mandalas que pueden verse en los ventanales de las iglesias románicas de
Albendiego, Campisábalos y Villacadima.
La
presentación de este libro está anunciada para mañana 12 de mayo, a la una de
la tarde, en la carpa central de la Feria del Libro de Guadalajara, en el Paseo
de
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