jueves, 1 de marzo de 2012

Fotos y más fotos de una Guadalajara antigua


Guadalajara en transformación. Colección fotográfica Cortijo-Ballester (c. 1965-1970), Guadalajara, Diputación Provincial de Guadalajara. Servicio de Cultura. Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara (CEFIHGU), 2011, 32 pp. (Catálogo de la exposición con textos de José Antonio Ruiz Rojo y José Félix Martos Causapé).

El sencillo folleto de 32 páginas que ahora comentamos sirvió de catálogo de la exposición que el CEFIHGU montó el año pasado, aprovechando la celebración de sus Ferias y Fiestas, con el fin dar a conocer los fondos, allegados el año 2007, de la colección Cortijo-Ballester, cedida por sus autores y antiguos propietarios.
En realidad, fue la Agrupación Fotográfica de Guadalajara la encargada de entregar una docena de cajas repletas de material fotográfico, cerca de mil fotografías, que doña Rosario Ballester, viuda de don Francisco Cortijo, tuvo a bien ceder a dicho Centro; un importante legado fotográfico, que abarca aproximadamente del año 1965 al 70, con el quiso contribuir a un más amplio conocimiento de la historia de la fotografía en Guadalajara.

Gran parte de este material había sido empleado por el matrimonio Cortijo (texto)-Ballester (imágenes) en un interesante folleto dedicado a Pastrana, editado por el Ministerio de Insformación y Turismo, a través de ya extinguida Editora Nacional, que fue traducido a varios idiomas.
Evidentemente, los fondos de dicho legado no se refieren única y exclusivamente a Pastrana, población en la que don Francisco ejerció la medicina durante muchos años, sino también a otros muchos de la provincia alcarreña por antonomasia.
A través de esta colección el interesado podrá penetrar en el mundo de la fotografía, en el de la fotografía de Guadalajara más concretamente, y conocer más a fondo la personalidad de este matrimonio de intelectuales que poco a poco, sin prisas, nos dejó algunas huellas de sus trabajos.
El catálogo comienza con unas palabras de “Presentación” de la Presidenta de la Diputación Provincial, Ana Guarinos, a las que sigue un breve texto -aunque profundo y suficiente- cuya autoría corresponde a José Antonio Ruiz Rojo y José Félix Martos Causapé, expertos conocedores del mundo de la fotografía histórica, de quienes ya hemos comentado algunos trabajos publicados también por el CEFIHGU.
Tras la lectura del texto podría decirse que éste aparece dividido en dos partes. La primera de ellas sería la que se dedica a dar a conocer los aspectos más sobresalientes de la vida y la obra de Francisco Cortijo Ayuso y de Rosario Ballester Linares, que siempre se distinguieron por su desinteresada labor en pro de la cultura de la provincia de Guadalajara, en todos sus aspectos.
Francisco Cortijo Ayuso (Pastrana 1910-1992) fue testigo y, en muchos casos protagonista, del proceso “desarrollista” que abarca la colección que comentamos, especialmente en todo aquello que contribuyó al fomento de sus recursos turísticos: la construcción de los embalses de Entrepeñas, Buendía y Bolarque, y la restauración de los castillos más emblemáticos, además de otras muestras destacadas del patrimonio histórico-artístico y monumental de Guadalajara.
Fue Cronista Oficial de la Villa Ducal de Pastrana y alcalde de la misma (1960), además de Diputado Provincial encargado de Obras Sociales y Beneficencia (1967). También ostentó los cargos de Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, presidente de la Institución Provincial de Cultura “Marqués de Santillana” y Medalla de Plata al Mérito Turístico en 1969.
Gran amigo de Camilo José Cela, colaboró decisivamente en el comité organizador del viaje conmemorativo, promovido por la editorial Alfaguara, de aquel primer Viaje a la Alcarria, en cuyas páginas finales aparece como “Don Paco”, el joven triste médico de Pastrana.
Como escritor podemos mencionar sus trabajos La fiesta de los Mayos en la villa de Pastrana (1973), El pintor Juan Bautista Mayno y su familia (1970), “El órgano de la Colegiata de Pastrana” (Wad-Al-Hayara 5, 1978), Santa Teresa y Pastrana (1980), Pastrana y su entorno (1986), Guadalajara: el último paraíso (1986), etcétera.
Su viuda, la periodista Rosario Ballester Linares, fallecida en 2011, colaboró con su marido en los temas turísticos, especialmente a través de la fotografía, a la que fue tan aficionada.
En 1960, la Casa de Salamanca en Madrid le concedió la Copa de la Cámara de Industria y Comercio de dicha provincia por la realización de una atractiva colección fotográfica, que había presentado a concurso bajo el lema “La Alberca, pueblo de sorpresa y de apologética”; otras muchas fotografías ocuparían las primeras páginas y las portadas de numerosas publicaciones.
Tal fue su interés por el desarrollo del Turismo, por entonces todavía en mantilla, que, en 1969, fue nombrada vicesecretaria de la junta directiva de la Asociación Española de Escritores de Turismo, recibiendo un año después, el Premio de Periodismo convocado por la Diputación Provincial, que compartió con Salvador Toquero Cortés. Finalmente, en 1971 alcanzó el Premio para Miembros de la Asociación Española de Escritores de Turismo, por sus trabajos de divulgación.
En 1982, la Caja de Ahorro Provincial le editó el libro La cocina en Guadalajara.
“Refiriéndonos ya al contenido de la colección” -lo que nosotros consideramos como un a modo de segunda parte del texto- destacaríamos el grupo de fotografías que recogen algunos aspectos del proceso de reconstrucción del Palacio del Infantado, datadas en la segunda mitad de los años sesenta (coincidiendo con las obras aprobadas por la Dirección General de Bellas Artes bajo la dirección del arquitecto José Manuel González-Valcárcel, que duraron hasta 1970), tal vez, las más impactantes según Ruiz Rojo y Martos Causapé, dado su indudable valor documental y a la escasez de fotografías de este tipo en las distintas publicaciones del momento.
Pero sobretodo, las fotografías que componen el fondo Cortijo-Ballester, indican bien a las claras los intereses preferentes de sus autores, especialmente de Francisco, siempre atento a dejar constancia de los valores culturales con que contribuir al desarrollo de aquel incipiente turismo provincial. Datos documentales de los lugares más llamativos por su monumentalidad, su costumbrismo y su paisaje, junto a otros elementos “nuevos” como los ya citados embalses de Entrepeñas, Buendía y Bolarque -la entonces denominada “Ruta de los Pantanos”- que sirviesen de fuente de riqueza y desarrollo de su amada tierra.
Fotografías de Pastrana y de los pueblos de sus alrededores, pero también de otros elementos creadores de riqueza, como aquella primera Central Nuclear “José Cabrera” o las obras del trasvase Tajo-Segura; la entonces megafábrica de vidrio VICASA...
Una somera vista de las fotografías que incluye el “Catálogo” puede dar idea de lo que se ha dicho: diez fotografías del Palacio del Infantado, incluyendo la de portada; dos de Pastrana (Vista general y Convento de los Franciscanos. Entrada y seminaristas); la Plaza Mayor de Horche; dos de la presa de Bolarque; una vista de Anguix desde el castillo; tres de Hita (una de las cuales corresponde a la representación teatral del Festival Medieval); dos de Jadraque; una de la Posada del Cordón, de Atienza, y otra del castillo de Zorita de los Canes, entre las que representan motivos monumentales; la Presa de Entrepeñas, la fábrica VICASA y la Central Nuclear José Cabrera, entre aquellas que representan la nueva Guadalajara industrial y energética, y un número más reducido de fotografías de tema etnográfico: el desfile de gigantes y cabezudos de Brihuega; la procesión de “los cangrejos” de Nuestra Señora del Carmen, en Molina de Aragón, y la procesión de la Cruz de Mayo de Almoguera, además de una especie de bodegón con botella de Tío Pepe y aceitunas rellenas, a modo de anuncio o reclamo publicitario.
Un catálogo como hemos dicho antes, sencillo e interesante si consideramos que, aparte de las propias fotografías que constituyen la colección Cortijo-Ballester, es la única huella material que nos ha llegado de aquella exposición temporal que las dio a conocer a cuantos con ella vieron enriquecidos sus conocimientos (conceptos histórico y educativo) y también a quienes simplemente quisieron disfrutar de un rato alegre y distendido, acaso con la imaginación echada al vuelo (conceptos de ocio y relax -más o menos filosófico-).

José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

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