MARTÍNEZ GÓMEZ, Luis Antonio, Fuentelahiguera: la familia Antequera
Enríquez, Almería, Ed. Círculo Rojo, 2016, 665 pp. [ISBN: 978-84-9126-683-9].
Hace algún tiempo, Luis
Antonio Martínez escribió su primer libro, una Crónica histórica de la villa de Fuentelahiguera, en el que daba a
conocer los hechos más sobresalientes acaecidos en dicha localidad desde el
siglo XVI. Entonces dijimos que se
trataba de una crónica que iba dando paso, cronológicamente, a los datos que
tras numerosos años de búsqueda e investigación minuciosas fue encontrando y
ordenando debidamente.
Hoy, nos presenta este otro
libro que viene a completar uno de los aspectos apuntados en aquel otro,
referente a una de las familias más importantes de la villa: la de los
Antequera Enríquez. Un libro extensísimo y de mayor enjundia que el anterior.
Parte para este estudio del
relato, fundamental, de la rama principal de esta familia, que llegó a
Fuentelahiguera en el siglo XVI, donde dejó la impronta de su existencia a
través de la construcción de sus moradas, así como de algunas donaciones
realizadas a la iglesia, como la del Cristo de la Salud, obra del XVII, que se
custodia actualmente en su iglesia parroquial.
Una familia que, como tantas
otras, llega a Guadalajara acompañando a los Duques del Infantado, a los que
servían en sus posesiones de Fuentelahiguera, villa en la que se asentaron tras
contraer matrimonio en ella, aunque manteniendo sus casas de Guadalajara.
Esta especie de cómoda servidumbre sólo se
extenderá hasta finales del siglo XVII por diversos motivos, pero
principalmente por no perder la vecindad y poder ejercer cargos políticos, por
lo que en Fuentelahiguera fue reconocido su derecho para ser nombrados alcaldes
o regidores por el estado noble y, en Guadalajara, porque algunos miembros de
la familia Antequera Enríquez llegó a ser Procurador General o Alcalde de la
Santa Hermandad por su Concejo. Sonaran al lector otras ramas colaterales de la
familia que ya disfrutaban de regimientos propios en la ciudad, como los
Enríquez de Zúñiga y los Enríquez Montalvo).
También se asentaron en
Fuentelahiguera, manteniendo su residencia en Guadalajara como hemos visto
-donde vivían largas temporadas-, porque gracias al servicio de sus señores
-los Duques del Infantado- se desplazaban frecuentemente con el fin de ocupar
diferentes cargos y, finalmente, por su gran interés con emparentar con otras
familias nobles de Guadalajara, como los Salinas, Calderón, etc., que tanto
contribuyeron a su elevación social en tierras alcarreñas.
En resumen, lo que
pretendieron y al fin lograron, fue entrar al servicio de la administración del
Estado, con el fin de alcanzar diversos cargos reales.
Algunos miembros de la
familia pudieran viajar a tierras americanas, entre ellos José Francisco de
Antequera, que en 1680 fue nombrado oidor de Panamá, lo que le sirvió para
abrir la puerta del Nuevo Mundo al resto de la familia, dando paso quizá a la etapa
más larga y movida de su historia.
Allí, en América, lograrían
su mayor grado de importancia al ocupar cargos cada vez más relevantes en
numerosos distritos, lo que contribuyó a que, a la muerte del último Antequera
en el siglo XVIII, sus herederos se convirtieran en criollos de pleno derecho y
pasasen a establecerse en sus nuevas posesiones.
Tras la actuación del último
Antequera mencionado, Luis Antonio Martínez, relata pormenorizadamente los
hechos acaecidos con motivo de la Revolución comunera en Paraguay tema que,
como indica Manuel Rubio Fuentes en su prólogo, siempre se ha tratado un poco
de soslayo en la historiografía española. Levantamiento que tuvo lugar contra
los todopoderosos jesuitas.
Enfrentamiento que se
describe al detalle y en la que intervinieron diversos factores sociales,
políticos, económicos y religiosos, que acabó con la derrota de los comuneros y
el ajusticiamiento y asesinato de Antequera promovido por los regulares de la
Compañía de Jesús, lo -entre otras muchas cosas- trajo algunas consecuencias
posteriores como su conocida expulsión de todos los territorios españoles,
según la Pragmática Sanción de Carlos
III del día 2 de abril de 1767.
Después de la desaparición
del dicho Antequera y Castro su familia cayó en el olvido, por lo que en la
actualidad es bastante desconocida, aunque, a partir de 1768 se dan a las
prensas algunos libros referentes a los Comuneros del Paraguay, en los que no
se hace mención alguna a su ascendencia española: por una parte de
Fuentelahiguera y, por otra, de la localidad leonesa de Barrillos (en el valle
de Curueño).
Algo que llama la atención, y
que indica como la Historia se escribe a veces con falsedades es el que, en
1731, tras el ajusticiamiento del citado Antequera, quedó probada la manipulación
llevada a cabo por los jesuitas y la injusticia cometida contra él, lo que dio
motivo a que el virrey y el resto de las autoridades involucradas en el
“asesinato”, diese la orden de quemar toda la documentación existente sobre los
sumarios levantados, así como cualquier otro documento relacionado con el tema,
además de prohibir que se hablase de ello, por lo que ni siquiera sus allegados
más cercanos se atrevieron a enfrentarse al mencionado virrey, por lo que todo
quedaba aparentemente en el silencio, aunque el tiempo se encargaría de volver
a poner las cosas en su sitio, aunque una vez transcurridos casi cincuenta
años.
Con ello que termina la saga
de la familia más notable que dio la villa de Fuentelahiguera, cuyo más
destacado miembro fue el ya citado don José de Antequera y Castro (1689-1731),
quien alcanzó los cargos de Caballero de la Orden de Alcántara, Fiscal
Protector General de los indios en la Real Audiencia de Charcas, Gobernador y
Capitán General de la provincia del Paraguay, etc.
Un libro que aporta numerosos
datos al interesado gracias a la gran cantidad de documentación que incluye,
cuyo relato se va amenizando conforme se avanza en su lectura y en el que nada
sobra, puesto que las biografías que contiene son completísimas, tratándose, en
fin, de un libro ciertamente “denso” por la multitud de datos y acontecimientos
que recoge acerca de la familia protagonista, que viene a ser un reflejo de la
época.
Un libro al que damos nuestra
más sincera enhorabuena y acogida en nuestra biblioteca de temas provinciales
de Guadalajara.
Hay descebdencia acpor don Jise Cañete de Antewuera regidor perpetuo de Asuncion y padre del Dr. Pedro Vicente Cañete asesor general del Virreinato del Rio de la Plata nieto del celebre Dr. Kose de Amtequera y Castro gobernador injustamente condenado en 1731
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