viernes, 6 de junio de 2014

Sucesos sorprendentes

BERLANGA, Andrés, Sucesos, Salamanca, Amarú Ediciones (col. mar adentro, 53), 2013, 118 páginas. (ISBN: 978-84-8196-352-6).

Disfruté leyendo La Gaznápira -aun hago algunos trabajillos acerca de su “palabrario” o de la toponimia que contiene entre sus páginas, aunque, en ocasiones sea ficticia- y también he disfrutado leyendo esta colección de relatos que presento en esta ocasión.
Lo propio creo que le ocurrirá al lector; que se encontrará con una gavilla de más de cincuenta escritos breves, en ocasiones muy breves, surgidos del alma del pueblo, de ese pueblo que te da la noticia diariamente a través de las páginas de los periódicos y también a través de sus ocurrencias, muchas veces absolutamente descabelladas.
Pues bien, estas noticias le han servido a Andrés Berlanga, buen observador de lo cotidiano, para tras pasarlas por la turmix de la creación literaria, convertirlas en pequeños comentarios llenos de razón y de ironía desenvuelta y alegre -ese arma de construcción masiva, como dice el propio Andrés Berlanga-, que no de esa otra ironía cargada de mala leche y que algunos escritores emplean para expulsar su dolor de barriga-, es decir, la ironía inteligente que, más que a risa, provoca una sonrisa que, como tantas otras cosas, es quizá producto del triste del resultado de ver cómo es posible que todavía puedan seguir ocurriendo determinadas cosas en los tiempos que corren.
Conforma pues este libro una minienciclopedia del periodismo de “sucesos” -como indica el crítico literario Ramón Luján en su “A modo de prólogo”- pero de sucesos que aunque verdaderos, en algunos casos han sido transformados de tal manera que no se sabe distinguir lo real de lo ficticio.
Evidentemente escribir un libro así no se hace de un día para otro, puesto que la noticia no surge cuando el autor quiere y son muchas las páginas de los periódicos que Berlanga ha tenido que leer para dar con las verdaderamente interesantes; al parecer ha revisado unos dieciocho, diariamente.
Lógicamente, el resultado ha sido una mezcla de, entre periodismo y literatura, que ha dado un resultado plenamente satisfactorio y en muchos casos divertido. Pero siempre dejando un poso tras la lectura realizada.
El lector se queda fascinado por el uso de la palabra, por lo irónico de algún capítulo, por la sorna -casi gallega- con la que trata algunos aspectos, por las vueltas que le da a las imágenes que quieren decir y no dicen o dicen sin decir...
Pudiera pensarse que nos encontramos con una nueva forma de ver, o mejor, de escribir, acerca de la picaresca actual que tanto vemos, no sólo en la prensa escrita (cada vez menos escrita y más digitalizada), sino también en cualquiera de los manejados telediarios al uso.
También parece un libro alejado, como distanciado del lector, poco comprometido (como se dice desde hace algún tiempo, cuando alguien se refiere a quien no “toma partido”); pero es que en eso, precisamente, consiste la objetividad del autor. No es que no tome partido, ni que exista ese distanciamiento... Es que la noticia es así y así se trata cuando la ocasión lo dispone o requiere. Y más en tan mínimo espacio de escritura, un folio o poco más, quizá como ejercicio del propio Berlanga para indicarnos que casi siempre sobran las palabras o que, con pocas palabras y bien escogidas, pueden decirse todas las cosas que se quiera, que en los tiempos que corren el papel es caro.
De todas formas, piense el lector en las nuevas formas de escribir. Antes escribíamos dos o tres folios que poca gente leía; después se pasó a las veinte líneas; ahora estamos en las quince y dentro de poco pondremos una imagen y debajo un simple pie... o una nota que diga: “A rellenar por el lector” y que sea él quien escriba lo más le acomode a su estado de ánimo o a sus deseos de ver así o asá al mundo que lo rodea.
Andrés Berlanga nos ha dejado una buenísima colección de relatos, maravillosamente escritos, que divertirán al lector al tiempo que le harán reír, sonreír y pensar, que le darán idea de cómo va el mundo cercano de nuestra España de cada día y que, además, lo hace con una buena carga de sorna, ironía y retranca, como habrá podido leer en alguno de nuestros clásicos.
Bienvenido sea el libro y enhorabuena a su autor.

José Ramón López de los Mozos 

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