La felicidad de la tierra

LA CARRETERA va, si no me equivoco, desde Torija a Cañizar. A poco de terminar el llano, la alcarria donde se cultiva el trigo, empieza la bajada hacia el valle del Henares. Entre carrascales densos y olivares, la carretera zigzaguea. Quien anda, de espaldas, por esa carretera es Manu Leguineche, el vasco universal, que se va andando desde Torija, donde tiene sus mejores amigos, hasta El Tejar de la Mata, su finca escondida desde la que se ve, espléndido, el paisaje de la Alcarria.
El primer libro que escribe el periodista Leguineche, en el que no hay guerras ni apresuradas crónicas. Esta obra, la mejor de las suyas hasta el momento, y que acaba de aparecer y ser presentada entre amigos, comiendo cordero y tomates de huerta, es un diario de la vida sencilla entre estas gentes sencillas de la Alcarria. Un relato sin argumento, un paginar de cosas simples que hacen que la vida, en esta latitud, sea felicidad y transcurra rodeada de tierras, de suaves montes, de carrascales oscuros, de buenos amigos con los que jugar al mus en la taberna, o con los que charlar en la plaza, a la sombra fresca de una olma.
Por Hita, por Brihuega, por Sopetrán y Torija andan estas páginas. También por Guadalajara capital, y algunos otros lugares del ancho mundo son reflejados en los recuerdos y las opiniones de Leguineche. La vida de este vasco de Arrazua ha sido tan múltiple y generosa, que sin querer le salen visiones de otras partes del mundo, de otras gentes, recuerdos múltiples y anécdotas hilarantes: su prosa, sencilla y efectiva, nos engancha desde la primera página, y el casi medio millar de ellas se hace corto, leyendo, saboreando, compartiendo con el escritor recuerdos y anécdotas, pero, sobre todo, sensaciones de tranquilidad, de sosiego, de amistad sencilla y verdadera.
Un libro magnífico, en el que Leguineche da la talla auténtica de escritor, de hombre de letras que sabe de todo, y que sabe contarlo. Ameno y serio a un tiempo, transmite sobre todo serenidad y ganas de vivir. En la Alcarria, por supuesto.

Publicado por Antonio Herrera en Libros Uno por Uno, Octubre 1999