PÉREZ NAVARRO, José A. y ZURITA
MARTÍNEZ, Sonia, Yunquera de Henares.
Escenas de sus Fiestas Patronales, Madrid, Ayuntamiento de Yunquera de
Henares [Ediciones
Bornova , A.T.C., S.L.], 2010, 48 pp. (Programa “Los Legados
de la Tierra).
Yunquera de Henares. Escenas de sus Fiestas Patronales, es un breve
catálogo en el que se recoge una buena muestra de las fotografías que se
expusieron en Septiembre de 2010, acerca de esa parcela tan interesante que son
las fiestas. Es decir, es un catálogo monográfico que, desde nuestro punto de
vista tiene más importancia de lo que pudiera parecer, ya que en sus páginas se
recoge una parte importante de la huella del sentir popular yunquerano, que de
otra manera hubiera pasado, como tantas veces sucede, posiblemente
desapercibido.
Un catálogo, pues, que el día de
mañana -para este tipo de trabajos, como para tantos otros, conviene tener la
mente puesta en el futuro- servirá como fuente de información documental si se
quiere hacer un estudio del desarrollo y la evolución que las fiestas de la
Virgen de la Granja de Yunquera han atravesado a lo largo de los tiempos.
El yunquerano amigo de sus
fiestas y tradiciones, el que ama a su pueblo, el hombre de la calle interesado
y el investigador del mañana, más si es etnólogo o etnógrafo, se sentirán
atraídos por este compendio gráfico, puesto que a través de él percibirán con
mayor claridad esa evolución, esos cambios más o menos rápidos, a que antes nos
hemos referido.
Es algo que José Luis González
León, alcalde de la localidad, deja patente en la presentación que figura en
las primeras páginas: “Podréis ver instantáneas que nos enseñan como se han
organizado y disfrutado los festejos en honor a nuestra patrona, la Virgen de
la Granja, desde principios de los años cuarenta del siglo anterior [en clara
referencia al siglo XX] hasta nuestros días.”
Y añade algo más, que igualmente
conviene tener en cuenta: “… otros “ingredientes” que han entrado a formar
parte de esas celebraciones con el paso de los años: los encierros y las
corridas de toros, los bailes, los espectáculos culturales y deportivos, las
peñas, los fuegos artificiales y un largo etc.”
Un pequeña selección, sí, a
través de la cual se puede tener una idea de conjunto de la actualidad de la
fiesta y poderla comparar con otras formas de vivirla, anteriores en el tiempo.
Eso es precisamente lo que más le interesa al antropólogo.
Un conjunto de ochenta y tres
fotografías en blanco y negro, la mayor parte realizadas por aficionados
ocasionales, que no por profesionales, seleccionadas de entre un total de nueve
mil que conserva en sus fondos el Archivo Fotográfico Municipal. Fondos, por
cierto, que se han conseguido gracias al interés de los propios yunqueranos,
que las han cedido con el fin de dejar la huella del pasado y del presente a
las generaciones venideras y también su huella propia.
Y si, como hemos dicho, la Virgen
de la Granja y las fiestas en su honor son las protagonistas, que mejor manera
de comenzar el catálogo que con su propia imagen, la de una Virgen de la Granja
saliendo de su ermita, que es el recorrido que se sigue en la presente edición;
es decir, el camino que sigue la procesión de la Virgen desde su salida de la
ermita, hasta su regreso, pasando por las calles del pueblo, donde se manifiesta
la fiesta en toda su amplitud: la procesión cuando a su paso se van encendiendo
hogueras de purificación o como simples balizas que en la antigüedad señalaban
el camino que habría de seguirse. Procesión, por cierto, para la que debería
reclamarse la declaración de Interés Turístico.
Y junto al fuego, que tantas
veces toma parte fundamental en la fiesta, las subastas de ofrendas del pueblo
devoto y las alfombras florales confeccionadas con manos amorosas, sobre las
que caminará la Virgen, bajo palio.
También hay alguna que otra
imagen de la celebración del IV Centenario del Voto a la Virgen.
De aquí, de los actos llamados
propiamente “religiosos”, se pasa a esos otros actos “profanos” -como siempre
se han llamado- que comienzan con la elección de la Reina de las Fiestas y de
sus Damas de Honor, hoy quizás un tanto en decadencia. Fiesta ésta de carácter
“social” que sirve de diversión para unos, mientras que otros lo pasan bien con
los partidos de fútbol o el tiro al plato, que tanto ha gustado en las fiestas
de casi todos los pueblos campiñeros.
Siguen las bromas y las
diversiones sencillas y algo que se ha puesto de moda, imitando a otros lugares
de la geografía nacional. Me refiero al “chupinazo” que da comienzo a las
fiestas.
Y junto a estas “modernidades”,
el recuerdo de las fiestas pasadas a través de los bares, que para las fiestas
lavaban sus caras convenientemente y se surtían de los mejores y más llamativos
aperitivos y bebidas y, en los bares, el “alterne”.
Después surgirían las peñas,
primero tímidamente, y su contribución a las distintas “músicas” con bailes:
los de la mañana, -el “baile vermouth” que siempre se ha dicho en los programas
de mano-, los de la noche “hasta altas horas de la madrugada” y otros, más
recientes, de “disfraces”, que como si de un carnaval septembrino se tratase,
contribuyen a la apertura de la válvula de escape de las frustraciones y
desengaños del transcurso del año.
Y, ¡cómo no!, los toros con toda
su parafernalia y regocijos colaterales. Desde la denominada “bajada” de las
ganaderías cercanas hasta el pueblo, a los encierros por las calles cerradas
por talanqueras o a las corridas en las que no debe faltar la joven a la que el
aguerrido matador brinde su faena tras un corto paseillo… hasta llegar al coso
nuevo, el actual, con el transcurrir monótono del tiempo.
También llenar la andorga forma
parte de la fiesta: merendolas y “calderetas” no faltan en este catálogo que
finaliza con unas carreras de galgos y la vuelta de la Virgen que, ahora entra
-regresa- en su ermita de la Granja, tras unas fiestas que siempre son mejores
que las anteriores y mucho más concurridas.
No queremos finalizar esta reseña
sin dejar constancia del trabajo que da paso al catálogo, que lleva por título:
“Lo que va de un voto a la Virgen de la Granja a nuestras Fiestas Patronales”, que
firma el archivero municipal de Yunquera, José Antonio Pérez Navarro, y que viene
a ser un a modo de introducción a la fiesta de Yunquera desde su nacimiento.
Cuatro páginas que ofrecen la historia de las fiestas en honor a su patrona y
protectora desde su declaración el 24 de junio -festividad de san Juan- de
1599, anno horribilis, debido a la
epidemia de peste que asoló a la mitad de la población en tan solo seis meses; año
en el que los supervivientes suplicaron a la Virgen su protección, obligándose
a cambio a “guardar el día postrero de la octava de Nuestra Señora de
septiembre… y aquel día ir en procesión todos los vecinos de la dicha villa y
decir misa por el pueblo… y holgar un día a honra y gloria suya cada un año por
siempre jamás…”.
El caso es que la epidemia cesó y
hubieron de cumplir el voto que dio origen a la actual celebración… así hasta
hoy. ¡Y que dure muchos años más!
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS
jrlmozos@hotmail.com
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