José
Luis García de Paz. El Decano, 15 de noviembre de 2010.
El profesor Jose Julián Labrador
Herráiz (Castejón, 1941), de raíces familiares cifontinas y Premio
Internacional José Vasconcelos 2008, acaba de editar, en colaboración con el
profesor Ralph A. DiFranco el Romancero
del poeta linarense Pedro de Padilla, al que preceden sendos extensos estudios
de los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid Antonio Rey Hazas y
Mariano de la Campa, que dan una luz nueva sobre esta obra de Padilla, seguidos
de un amplio prólogo más las correspondientes notas a los versos, con sus
apariciones en otras obras y cancioneros, redactado por Labrador y DiFranco.
José Labrador ha dedicado gran
parte de su investigación a conocer textos manuscritos de la Edad Media y del
Siglo de Oro español y nunca nadie había puesto tantos manuscritos poéticos a
disposición de los estudiosos. Tras su jubilación en la Cleveland State
University de Estados Unidos y su regreso a España, ha podido dedicar todo su
tiempo (con permiso de sus nietas) a la edición de las obras de Pedro de
Padilla, como el Cancionero Autógrafo
(2007), Thesoro de varias poesías
(2008), Cancionero (2009), Églogas pastoriles (2010) y ahora el Romancero (2009), todas junto a su discípulo y colaborador
DiFranco. En 2007 ambos publicaron la edición facsimilar y transcrita de la Justa
poética que se hizo al Santísimo Sacramento en la villa de Cifuentes en 1620… patrocinada por la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha, y en 2009 el libro “Espejo de virtudes: la santa de Cifuentes”, patrocinado por la
Diputación Provincial, un texto sobre la vida de Francisca Inés de la
Concepción, abadesa del convento franciscano de Belén de Cifuentes, escrito por fray Lope Páez en 1644.
El poeta Pedro de
Padilla (Linares, 1540 - Madrid, después de 1599) fue apreciado y amigo de López de Hoyos, Lope
de Vega y Cervantes, aunque atacado por Herrera. Muy popular en su tiempo, por
desgracia, al poco de su fallecimiento su obra pasó al olvido. Dedicó varias de sus obras a poderosos
miembros de la nobleza. Es destacable que dedicara dos de sus libros a dos
miembros de la poderosa dinastía de los Mendoza de Guadalajara y un tercero al
marido de una Mendoza. El Thesoro de
varias Poesías (Madrid, 1580) lo dedica a Luis Enríquez, almirante de
Castilla y duque de Medina de Rioseco. Las Églogas
Pastoriles y juntamente con algunos sonetos del mismo autor (Sevilla, 1582)
está dedicado a Ana de Mendoza (Guadalajara ? - Valladolid, 1595), esposa del
mencionado almirante Enríquez y hermana del quinto duque del Infantado. El
matrimonio de los duques de Medina de Rioseco protegió al poeta, siguiendo la
tradición mendocina, y por ello escribe el poeta en la dedicatoria de sus Églogas que la hace “para poder mostrarme agradescido a la merced
que del Almirante mi señor y de vuestra Excellencia recibo” y “con que aliviando otras cansadas
ocupaciones, vuestra Excellencia (la duquesa Ana) se entretenga.”
El Romancero (Madrid, 1583), protagonista
de este texto, lo dedica el poeta a Luis Hurtado de Mendoza (La Alhambra , 1543- Valladolid, 1604), cuarto marqués de Mondejar
y quinto conde de Tendilla, y primo hermano de la dicha Ana de Mendoza, duquesa
de Medina de Rioseco. Luis fue el último alcaide de la Alhambra con poder efectivo
dentro de esta rama de la familia Mendoza, perdiendo su cargo durante la
sublevación morisca que empezó en 1568. Era algo violento de carácter y fue
castigado por Felipe II en circunstancias poco claras en 1588. Dice Padilla que
le dedica su obra por “la mucha merced
que siempre de Vuestra Señoría Illustríssima he recibido” para que “su Illustríssima los ampare y vea” (los
versos) y con ellos “se entretenga”.
María
Soledad Carrasco Urgoiti en su artículo “Pedro de Padilla: En el entorno de la Granada morisca” en el. Homenaje a Elena Catena. (Madrid,
Editorial Castalia, 2001. 115-23) nos dice que “el abuelo de fray Pedro de Padilla nació en el reino independiente de
Granada y asumió la fe de los vencedores”, así como que Padilla estuvo vinculado a la minoría
morisca y que Padilla era poliglota y hablaba italiano, flamenco, francés, latín,
y "su lengua vernacula". Los marqueses de Mondéjar y condes de Tendilla
destacaron en la Granada
recién conquistada, que gobernaban, como protectores de la minoría morisca y
celosos cuidadores del buen estado del monumento que es La Alhambra. Ello da otra luz en cuanto
a la relación del poeta con los Mendoza.
No acabaron las
dedicatorias de los libros de Padilla a la nobleza. En 1585, Padilla toma el
hábito de los carmelitas calzados, y sabemos que dedicó El Jardín Espiritual (Madrid, 1585) a Fernando de Vega y Fonseca, presidente del
Consejo de Indias de 1584 a
1590, y Las Grandezas y Excelencias de la Virgen Nuestra Señora (Madrid,
1587) a la propia infanta Margarita de Austria, que profesó monja en las
Descalzas Reales de Madrid en 1584.
El Romancero de Padilla tiene la
aprobación de Juan López de Hoyos, seguido de un soneto del propio Miguel de
Cervantes dedicado al autor. En él hay un contenido variado con poemas sobre la
guerra de Flandes y otros inspirados en la obra del poeta Ludovico Ariosto,
junto con diversas historias y poesías. Puede ser un buen regalo de Reyes para
los amantes de la poesía del inicio del Siglo de Oro español, en los finales
del reinado de Felipe II. Aunque se
han publicado diversas antologías del famoso Romancero de Padilla, en nuestro conocimiento esta es la única
edición accesible al lector interesado. Labrador y DiFranco están preparando la
edición de un manuscrito con Poesías
Inéditas y Versos de Padilla y así como de sus Versos Sagrados. Jardín Espiritual.
OTRO TRIGÉSIMO
PRIMO (del Romancero, número 158)
¿Cómo podré yo de tí
alexarme, amor, huyendo,
si quando parto, corriendo,
partes con alas tras mí?
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