La historia de Torres es una de las tres más importantes que se escribieron sobre Guadalajara en los siglos XVI y XVII
GARCÍA LÓPEZ, Aurelio (estudio, comentario, transcripción y edición), Historia de la muy nobilissima Ciudad de Guadalaxara dedicada a su Illustrissimo Ayuntamiento. Por Don Francisco de Torres, su Regidor perpetuo, año de 1647, Madrid, Bornova A. T. C. S. L., 2011, 284 pp.
De gran acontecimiento podríamos considerar la edición de la Historia de Guadalajara, de Torres, puesto que, por fortuna, hace ya algunos años, fueron publicadas las de Pecha y Núñez de Castro. Tres verdaderas tesoros, las tres únicas “grandes historias” que han llegado hasta nuestros días y que, en gran parte, sirvieron de base para estudios posteriores.
Tras un interesante prólogo del historiador Manuel Rubio Fuentes, comienza el libro que se divide en dos grandes partes. La primera, casi un libro en sí misma, ha sido escrita por Aurelio García López y consiste en un amplio y detallado estudio del autor de la presente Historia y de su obra, con numerosos comentarios; la segunda, es su transcripción, puesta al día, con el fin de que pueda ser leída con facilidad por un más amplio sector del público.
Sabemos que don Francisco de Torres dio por concluida esta Historia el año 1643 y que necesitaba un mecenas a quien dedicársela para conseguir su publicación, de modo que se la ofreció al Ayuntamiento de la ciudad, que la acogió con beneplácito en su sesión del día 23 de noviembre de dicho año. Pero por circunstancias que ignoramos, quizá por la permanente escasez económica de dicha institución, terminó siendo arrinconada, sin llegar a publicarse.
Se supone que este primer mamotreto contenía numerosas imperfecciones que había que lijar, quitando unas cosas y añadiendo otras y, puesto que la publicación de su obra no llegaba a buen fin, determinó poner manos a la obra y corregir ese manuscrito, acabándolo definitivamente en 1647. Habían transcurrido, pues, tres años desde su ofrecimiento al Ayuntamiento.
Pero lo que ocurrió con el original se ignora: o bien se devolvió a sus herederos, puesto que Torres había fallecido en 1649, bien permaneció aguantando el polvo en las estanterías del archivo municipal, donde posiblemente fuera consultado, en beneficio propio, por el también historiador Núñez de Castro, que por aquellas fechas escribía su propia Historia y que daría a la imprenta en 1563.
Desde entonces, la Historia de Torres, quedó olvidada hasta el siglo XIX en que Guadalajara alcanza el cenit en lo que a instrucción y cultura se refiere, y donde se despierta un gran interés por el pasado de la ciudad, especialmente por el histórico. Es el momento en que se realiza una copia, por cierto no muy fidedigna, de la obra de Torres, que puede consultarse en el Archivo Histórico Municipal, y que, sin duda, consultó el cronista Layna Serrano.
Y esa es en breves rasgos la historia de esta Historia, que ahora se ha visto publicada.
Los entresijos de su autor, el regidor Francisco de Torres, nos los comenta con toda clase de detalles el editor de la obra que comentamos, puesto que García López dedica un amplio número de páginas a su estudio (I a CI), que comienza con la “Vida de Francisco de Torres y Pérez”, muchos de cuyos datos proceden de los archivos de la Real Academia de la Historia (Colección Salazar y Castro) y del Histórico Provincial de Guadalajara (Protocolos Notariales), entre otros muchos, además de una selecta bibliografía. Aquí estudia su nacimiento y quienes fueron sus padres y sus abuelos; sus hermanas; y a Torres como primogénito de la familia y su heredero principal, para llegar a conocer, poco más adelante, su formación cultural (que no debió ser muy sobresaliente además de ignorar la paleografía más rudimentaria) y su patrimonio (consistente en numerosas fincas en los términos de Hita, Usanos, Yunquera y Cabanillas), aparte de su prestigio social como Regidor perpetuo de Guadalajara, ya que estuvo emparentado con familias notables como las de los René de Nasao, los Oznayo y Velasco, Contreras, etc., también regidores de Guadalajara.
Tras esta primera parte dedicada a la persona, viene una segunda en la que se comenta la obra de Torres, la Historia de Guadalaxara, comenzando por el retrato que de la ciudad hace en ella, basado principalmente en otras historias anteriores, hasta llegar a describir la Guadalajara en el año 1647, de donde pueden extraerse suficientes datos como para hacerse una idea de su concepto historiográfico, al tiempo que se hace una comparación entre lo escrito por Torres y el resto de las historias de Guadalajara, como las de Hernando Pecha, Alonso Núñez de Castro, Juan Enríquez de Zúñiga, y el padre Campuzano, todas ellas herederas de la más antigua y principal de Francisco de Medina y Mendoza, continuador de la de Ambrosio de Morales.
Historias, las tres mencionadas, que tendrán muchos aspectos comunes (en todas queda de manifiesto el escaso interés por los temas genealógicos), y que caerán en seguir a pies juntillas multitud de datos contenidos en los falsos cronicones de la época, antes de en los datos, más fidedignos, que pudieran proporcionar otras fuentes, como la Arqueología, por entonces apenas estudiada. De ahí el afán de los tres autores por buscar por todos los medios datos, por raros y ficticios que fuesen, con los que “demostrar” una antigüedad superior a la de la ciudad de Caraca que nada tenía que ver ni con Alcalá de Henares ni con la propia Guadalajara, puesto que desde hace mucho se sabe que se trata, según parece, de Carabaña.
Antes de concluir esta primera parte, García López, ofrece un cuadro comparativo de los dos manuscritos de Torres que se conocen y que se conservan en la Biblioteca Nacional.
Uno de ellos, el de 1645 (BN, Mss. 1689), fue corrección de otro anterior, fechado con toda probabilidad, dos años antes, llevaba por título el de Historia de la Muy Noble Ciudad de Guadalaxara dirigida a su Muy Ylustre Ayuntamiento, por Dn. Francisco de Torres Alcayde, y Regidor perpetuo de la misma Ziudad, y Capitán de Ynfanteria Española, por Su Magestad, y no terminó siendo del agrado de su autor, por lo que lo modificó dejándolo a su gusto y satisfacción, dando como resultado el manuscrito de 1647 (BN. Mss. 1690), y numerosas copias posteriores del mismo, de finales del siglo XIX, como la que se conserva en el fondo local de la Biblioteca Pública de Guadalajara, catalogada con el número 16, y que sirvió de base para otras más, como la realizada por Facundo Pérez de Arce, catedrático del Instituto de 2.ª Enseñanza, que se conserva en el Archivo Municipal de Guadalajara.
La transcripción del texto se ofrece al lector en las páginas 5 a 264 y se encuentra dividido a su vez en tres libros que constan, el primero, de 28 capítulos; el segundo, de 36, y el tercero, de 19, más las copias de un privilegio otorgado al Cabildo de Abades de Guadalajara por los reyes Alonso I, Sancho IV y Fernando IV, en el que consta como han sido siempre capellanes de los Reyes, y del traslado de otro privilegio concedido a dicho Cabildo por Fernando III el Santo, confirmado y guardado hasta el reinado de don Juan I.
Si bien esta Historia no pierde su interés, hay algunos aspectos que deberían considerarse cara a futuras posibles ediciones, como pudieran ser determinados abusos en las notas a pié de página, repitiendo constantemente, y en toda su extensión bastantes citas, algo que se hubiese podido evitar utilizando los consabidos idem o ibidem, tan frecuentes en este tipo de estudios.
En otras ocasiones puede apreciarse que la trascripción del manuscrito aparece equivocada, por lo que, algunas frases llegan a perder sentido, posiblemente debido a que no se ha realizado una corrección en profundidad de las pruebas de imprenta, por lo que, además, son frecuentes las erratas.
Algunas veces también se añaden comentarios, o notas, que no hacen al caso y que, por lo tanto, serían innecesarios (por ejemplo, las extensas alusiones a la biblioteca de Pie de Concha y al Colegio de Gramática, ambas fuera de lugar), ya que contribuyen a que se produzcan numerosas reiteraciones.
De todas formas podemos decir que la publicación de esta Historia ha constituido todo un logro por el que tenemos que felicitar a la editorial Bornova, que celebra así su décimo aniversario, que con tan buen gusto ha corrido a cargo de la misma.
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS
GARCÍA LÓPEZ, Aurelio (estudio, comentario, transcripción y edición), Historia de la muy nobilissima Ciudad de Guadalaxara dedicada a su Illustrissimo Ayuntamiento. Por Don Francisco de Torres, su Regidor perpetuo, año de 1647, Madrid, Bornova A. T. C. S. L., 2011, 284 pp.
De gran acontecimiento podríamos considerar la edición de la Historia de Guadalajara, de Torres, puesto que, por fortuna, hace ya algunos años, fueron publicadas las de Pecha y Núñez de Castro. Tres verdaderas tesoros, las tres únicas “grandes historias” que han llegado hasta nuestros días y que, en gran parte, sirvieron de base para estudios posteriores.
Tras un interesante prólogo del historiador Manuel Rubio Fuentes, comienza el libro que se divide en dos grandes partes. La primera, casi un libro en sí misma, ha sido escrita por Aurelio García López y consiste en un amplio y detallado estudio del autor de la presente Historia y de su obra, con numerosos comentarios; la segunda, es su transcripción, puesta al día, con el fin de que pueda ser leída con facilidad por un más amplio sector del público.
Sabemos que don Francisco de Torres dio por concluida esta Historia el año 1643 y que necesitaba un mecenas a quien dedicársela para conseguir su publicación, de modo que se la ofreció al Ayuntamiento de la ciudad, que la acogió con beneplácito en su sesión del día 23 de noviembre de dicho año. Pero por circunstancias que ignoramos, quizá por la permanente escasez económica de dicha institución, terminó siendo arrinconada, sin llegar a publicarse.
Se supone que este primer mamotreto contenía numerosas imperfecciones que había que lijar, quitando unas cosas y añadiendo otras y, puesto que la publicación de su obra no llegaba a buen fin, determinó poner manos a la obra y corregir ese manuscrito, acabándolo definitivamente en 1647. Habían transcurrido, pues, tres años desde su ofrecimiento al Ayuntamiento.
Pero lo que ocurrió con el original se ignora: o bien se devolvió a sus herederos, puesto que Torres había fallecido en 1649, bien permaneció aguantando el polvo en las estanterías del archivo municipal, donde posiblemente fuera consultado, en beneficio propio, por el también historiador Núñez de Castro, que por aquellas fechas escribía su propia Historia y que daría a la imprenta en 1563.
Desde entonces, la Historia de Torres, quedó olvidada hasta el siglo XIX en que Guadalajara alcanza el cenit en lo que a instrucción y cultura se refiere, y donde se despierta un gran interés por el pasado de la ciudad, especialmente por el histórico. Es el momento en que se realiza una copia, por cierto no muy fidedigna, de la obra de Torres, que puede consultarse en el Archivo Histórico Municipal, y que, sin duda, consultó el cronista Layna Serrano.
Y esa es en breves rasgos la historia de esta Historia, que ahora se ha visto publicada.
Los entresijos de su autor, el regidor Francisco de Torres, nos los comenta con toda clase de detalles el editor de la obra que comentamos, puesto que García López dedica un amplio número de páginas a su estudio (I a CI), que comienza con la “Vida de Francisco de Torres y Pérez”, muchos de cuyos datos proceden de los archivos de la Real Academia de la Historia (Colección Salazar y Castro) y del Histórico Provincial de Guadalajara (Protocolos Notariales), entre otros muchos, además de una selecta bibliografía. Aquí estudia su nacimiento y quienes fueron sus padres y sus abuelos; sus hermanas; y a Torres como primogénito de la familia y su heredero principal, para llegar a conocer, poco más adelante, su formación cultural (que no debió ser muy sobresaliente además de ignorar la paleografía más rudimentaria) y su patrimonio (consistente en numerosas fincas en los términos de Hita, Usanos, Yunquera y Cabanillas), aparte de su prestigio social como Regidor perpetuo de Guadalajara, ya que estuvo emparentado con familias notables como las de los René de Nasao, los Oznayo y Velasco, Contreras, etc., también regidores de Guadalajara.
Tras esta primera parte dedicada a la persona, viene una segunda en la que se comenta la obra de Torres, la Historia de Guadalaxara, comenzando por el retrato que de la ciudad hace en ella, basado principalmente en otras historias anteriores, hasta llegar a describir la Guadalajara en el año 1647, de donde pueden extraerse suficientes datos como para hacerse una idea de su concepto historiográfico, al tiempo que se hace una comparación entre lo escrito por Torres y el resto de las historias de Guadalajara, como las de Hernando Pecha, Alonso Núñez de Castro, Juan Enríquez de Zúñiga, y el padre Campuzano, todas ellas herederas de la más antigua y principal de Francisco de Medina y Mendoza, continuador de la de Ambrosio de Morales.
Historias, las tres mencionadas, que tendrán muchos aspectos comunes (en todas queda de manifiesto el escaso interés por los temas genealógicos), y que caerán en seguir a pies juntillas multitud de datos contenidos en los falsos cronicones de la época, antes de en los datos, más fidedignos, que pudieran proporcionar otras fuentes, como la Arqueología, por entonces apenas estudiada. De ahí el afán de los tres autores por buscar por todos los medios datos, por raros y ficticios que fuesen, con los que “demostrar” una antigüedad superior a la de la ciudad de Caraca que nada tenía que ver ni con Alcalá de Henares ni con la propia Guadalajara, puesto que desde hace mucho se sabe que se trata, según parece, de Carabaña.
Antes de concluir esta primera parte, García López, ofrece un cuadro comparativo de los dos manuscritos de Torres que se conocen y que se conservan en la Biblioteca Nacional.
Uno de ellos, el de 1645 (BN, Mss. 1689), fue corrección de otro anterior, fechado con toda probabilidad, dos años antes, llevaba por título el de Historia de la Muy Noble Ciudad de Guadalaxara dirigida a su Muy Ylustre Ayuntamiento, por Dn. Francisco de Torres Alcayde, y Regidor perpetuo de la misma Ziudad, y Capitán de Ynfanteria Española, por Su Magestad, y no terminó siendo del agrado de su autor, por lo que lo modificó dejándolo a su gusto y satisfacción, dando como resultado el manuscrito de 1647 (BN. Mss. 1690), y numerosas copias posteriores del mismo, de finales del siglo XIX, como la que se conserva en el fondo local de la Biblioteca Pública de Guadalajara, catalogada con el número 16, y que sirvió de base para otras más, como la realizada por Facundo Pérez de Arce, catedrático del Instituto de 2.ª Enseñanza, que se conserva en el Archivo Municipal de Guadalajara.
La transcripción del texto se ofrece al lector en las páginas 5 a 264 y se encuentra dividido a su vez en tres libros que constan, el primero, de 28 capítulos; el segundo, de 36, y el tercero, de 19, más las copias de un privilegio otorgado al Cabildo de Abades de Guadalajara por los reyes Alonso I, Sancho IV y Fernando IV, en el que consta como han sido siempre capellanes de los Reyes, y del traslado de otro privilegio concedido a dicho Cabildo por Fernando III el Santo, confirmado y guardado hasta el reinado de don Juan I.
Si bien esta Historia no pierde su interés, hay algunos aspectos que deberían considerarse cara a futuras posibles ediciones, como pudieran ser determinados abusos en las notas a pié de página, repitiendo constantemente, y en toda su extensión bastantes citas, algo que se hubiese podido evitar utilizando los consabidos idem o ibidem, tan frecuentes en este tipo de estudios.
En otras ocasiones puede apreciarse que la trascripción del manuscrito aparece equivocada, por lo que, algunas frases llegan a perder sentido, posiblemente debido a que no se ha realizado una corrección en profundidad de las pruebas de imprenta, por lo que, además, son frecuentes las erratas.
Algunas veces también se añaden comentarios, o notas, que no hacen al caso y que, por lo tanto, serían innecesarios (por ejemplo, las extensas alusiones a la biblioteca de Pie de Concha y al Colegio de Gramática, ambas fuera de lugar), ya que contribuyen a que se produzcan numerosas reiteraciones.
De todas formas podemos decir que la publicación de esta Historia ha constituido todo un logro por el que tenemos que felicitar a la editorial Bornova, que celebra así su décimo aniversario, que con tan buen gusto ha corrido a cargo de la misma.
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS
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