miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cierra una librería en Guadalajara




Derrota de la Cultura


Una mala noticia para los lectores y amantes del libro de Guadalajara: en estos días de inicio del curso ha cerrado definitivamente la Librería AEDO, que estaba situada en el centro de Guadalajara, en la Calle Condesa de la Vega del Pozo, junto a la Calle Mayor. El hecho, en sí, no dejaría de ser parte de una estadística, triste y estremecedora, como es la del cierre, cada día, en España, de miles de pequeños comercios. Pero en nuestra ciudad el hecho supone un escalofrío de preocupación, porque ello supone que cierra, de golpe, la cuarta parte del comercio dedicado en exclusiva al libro en nuestra ciudad. De las cuatro librerías que en el momento actual se dedicaban a vender libros (algo que nadie discute es el alimento esencial de la cultura, y uno de los motores reales de un país en progreso), una ha echado ya el cierre.
Sabemos lo difícil que ha sido tomar esta decisión para Santos e Isabel, que crearon juntos esta librería hace 23 años, y en la que han puesto toda su ilusión, su trabajo, en la que han visto crecer a sus hijos, y acumular amigos y seguidores. Miles de libros, sugerencias, ideas e iniciativas surgieron de sus escaparates y mostradores. La amabilidad de Isabel y el entusiasmo de Santos movieron este establecimiento durante este tiempo, y en él confiaron muchos alcarreños a los que les sigue gustando la lectura.
Pero los tiempos vienen duros para la cultura, para los libros y para todo lo que tenga que ver con el espíritu. En estos días de Ferias se han abierto, seguro, varios nuevos bares y cafeterías ¿Cuántos hay, en Guadalajara ciudad, de unos y otras? Centenares, incontables. Y al mismo tiempo se ha cerrado una de las cuatro librerías que tenía la ciudad. Es un dato para reflexionar, aunque para cuantos lo hacen a menudo el tema no encierra misterio alguno, porque es esta la dirección en la que va España: pan y circo, como en la vieja Roma.
En todo caso, una noticia que en este blog dedicado a lo libros de Guadalajara no podía pasar desapercibida. Desde aquí nuestro abrazo cordial a quienes hicieron vivir a Aedo durante 23 años. Ojalá les vaya mejor en el nuevo negocio que han abierto para mantenerse ellos y su familia (el Bar Tamaya, en la calle Felipe Solano, donde, por cierto, sirven unos huevos estrellados de lo mejor que hemos conocido).


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. No sólo ocurre en Guadalajara, querido amigo.
    Ni quieras saber cómo están las librerías acá, "del otro lado del charco".
    ¡Un horror!
    Un abrazo,

    Motek

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