La lista de los catorce

Un trozo de historia, con Guadalajara al fondo

De un tirón hemos leído “La lista de los catorce”. Primero porque nos dijeron que su tema era el violento suceso del 6 de diciembre de 1936 en la cárcel de Guadalajara, lo cual ya suponía un punto de intriga, dado que sobre ello parece haberse olvidado todo el mundo. Y segundo porque una vez la empiezas, los personajes se hacen de carne y hueso, y se quedan junto a ti, quieres saber más de ellos, lo que les pasa, cómo va a reaccionar: en definitiva, es una novela cargada de humanidad, de aventuras, de realismo, tierna y dura al mismo tiempo. Inolvidable e imprescindible.
Una novela en la que Guadalajara tiene una presencia constante. Por una parte, porque así es como denominan, en apodo, al protagonista: “Ignacio, Guadalajara...” y por otra porque el origen de toda la historia y la tragedia que contiene está en esta tierra. El autor recoge la memoria de su abuelo, que aparece como protagonista, y la lanza limpiamente novelada, dando a cada uno lo suyo, sabiendo además que la cuenca minera asturiana fue lugar donde se vivió con especial dureza el primer franquismo.
Quizás decepciona un poco el comprobar que al final, la esencia del libro es la peripecia humana de un individuo de Yunquera, que no tuvo demasiado que ver con el drama del 6-XII-36. Y que ese hecho, histórico, macabro y terrible, que dejó marcadas para siempre a familias, a generaciones enteras, como una espada brillante, ardiente y ensangrentada, todavía nadie se atreve a novelarlo. Quizás porque estaría mal visto. Quizás (ojalá sea por eso) porque ya interesa a pocos. Porque esa maldita Guerra Civil, tan cargada de drama y de protagonistas, deberíamos ir haciendo entre todos un esfuerzo real por olvidarla.