Un magnífico libro, de 580 páginas, de 25 x 25 cms. de tamaño, encuadernado en tela, y con un sobresaliente papel, impreso todo a cuatricromía, dentro de un estuche recio, es la bandeja en que se ofrece el último trabajo de la investigadora alcarreña Eulalia Castellote Herrero. La obra, que constituyó una previa tarea de investigación de cmapo, hace ya años, lleva por título “Molinos Harineros de Guadalajara” y constituye el nº 22 de la Colección de libros “Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha” que viene editando desde hace muchos años el Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de nuestra Región.
Dentro de la colección "Patrimonio histórico de Castilla-La Mancha" han prevalecido monografías de contenido prioritariamente arquitectónico o urbanístico, si bien lo que suele denominarse patrimonio intangible está también representado con títulos tan recientes como La fiesta del Corpus en Castilla-la Mancha, precisamente el título que antecede a este trabajo dentro de la colección.
Existe, entre uno y otro, un rico acervo patrimonial formado por testimonios de la arquitectura y la ingeniería pre-industriales, de los que nuestra región, precisamente por su tardía y no masiva industrialización, ofrece un amplio y numeroso muestrario. Los molinos fluviales, concretamente, que tan decisivos fueron en la molienda del cereal y en la subsistencia de tantas generaciones, todavía alzan su genuina estampa, en variable estado de ruina y algunos reconstruidos con mayor o menor tino, en muchos de los ríos de la geografía regional.
Este valioso y completo estudio de la doctora Eulalia Castellote documenta, estudia y cataloga los molinos harineros de la provincia de Guadalajara con el mayor rigor investigador pero ofreciendo la amenidad que cabe demandar a un trabajo de alta divulgación. Consiste dicho trabajo en un análisis tipológico de los molinos, y de sus elementos: los mecanismos de impulso y molienda, las máquinas auxiliares y utensilios, y finalmente un análisis del ciclo del agua.
El voluminoso estudio sigue con un estudio de la técnica de la molienda y su proceso, y posteriormente incluye numerosas y amplias entrevistas a molineros alcarreños, la mayoría ya fallecidos. El estudio finaliza con un catálogo de molinos, en los que se definen, de un lado, los localizados (muchos de ellos en ruinas) y los estudiados, que están más visitables y entendibles. Sabemos que a mitad del siglo XIX había en la provincia de Guadalajara 320 molinos, de los que más o menos visibles quedan hoy 178 que son los que se estudian en esta obra. De 36 de ellos ofrece Eulalia Castellote planos y alzados.
Especialmente interesantes son los restos de los molinos de Bolarque, el gran molino de Alcuneza, hoy transformado en Casa Rural, y el de Almoguera. Son especiales el de Cifuentes, aprovechando el agua de un río (el del mismo nombre) recién nacido; y los de Matillas, Pinilla de Jadraque, Pastrana, y otros muchos. Un estudio suculento en el que nos ha extrañado no encontrar el magnífico molino de Mochales. Pero el conjunto es perfecto y damos la enhorabuena a la autora, y al Servicio de Publicaciones de la Junta por habernos ofrecido este estudio amplio y perfecto.
Dentro de la colección "Patrimonio histórico de Castilla-La Mancha" han prevalecido monografías de contenido prioritariamente arquitectónico o urbanístico, si bien lo que suele denominarse patrimonio intangible está también representado con títulos tan recientes como La fiesta del Corpus en Castilla-la Mancha, precisamente el título que antecede a este trabajo dentro de la colección.
Existe, entre uno y otro, un rico acervo patrimonial formado por testimonios de la arquitectura y la ingeniería pre-industriales, de los que nuestra región, precisamente por su tardía y no masiva industrialización, ofrece un amplio y numeroso muestrario. Los molinos fluviales, concretamente, que tan decisivos fueron en la molienda del cereal y en la subsistencia de tantas generaciones, todavía alzan su genuina estampa, en variable estado de ruina y algunos reconstruidos con mayor o menor tino, en muchos de los ríos de la geografía regional.
Este valioso y completo estudio de la doctora Eulalia Castellote documenta, estudia y cataloga los molinos harineros de la provincia de Guadalajara con el mayor rigor investigador pero ofreciendo la amenidad que cabe demandar a un trabajo de alta divulgación. Consiste dicho trabajo en un análisis tipológico de los molinos, y de sus elementos: los mecanismos de impulso y molienda, las máquinas auxiliares y utensilios, y finalmente un análisis del ciclo del agua.
El voluminoso estudio sigue con un estudio de la técnica de la molienda y su proceso, y posteriormente incluye numerosas y amplias entrevistas a molineros alcarreños, la mayoría ya fallecidos. El estudio finaliza con un catálogo de molinos, en los que se definen, de un lado, los localizados (muchos de ellos en ruinas) y los estudiados, que están más visitables y entendibles. Sabemos que a mitad del siglo XIX había en la provincia de Guadalajara 320 molinos, de los que más o menos visibles quedan hoy 178 que son los que se estudian en esta obra. De 36 de ellos ofrece Eulalia Castellote planos y alzados.
Especialmente interesantes son los restos de los molinos de Bolarque, el gran molino de Alcuneza, hoy transformado en Casa Rural, y el de Almoguera. Son especiales el de Cifuentes, aprovechando el agua de un río (el del mismo nombre) recién nacido; y los de Matillas, Pinilla de Jadraque, Pastrana, y otros muchos. Un estudio suculento en el que nos ha extrañado no encontrar el magnífico molino de Mochales. Pero el conjunto es perfecto y damos la enhorabuena a la autora, y al Servicio de Publicaciones de la Junta por habernos ofrecido este estudio amplio y perfecto.
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