GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Oscar J., Mascaradas de la península Ibérica, [Oviedo], El Autor, Febrero
2014, 724 pp. (ISBN: 978-84-616-7534-0).
El libro que hoy comentamos es quizás el más amplio
de cuantos existen las mascaradas (de todo tipo) que tienen lugar en la
península Ibérica ya que ofrece un conjunto de más de trescientas fichas,
concretamente 321, generalmente de notable extensión.
Las fichas son muy completas y en ellas se recogen
el nombre de la localidad correspondiente y la provincia a la que pertenece, el
nombre que recibe la fiesta, la fecha de su celebración, en qué fecha se perdió
(dejó de hacerse)/ cuando se recuperó, personajes que intervienen (blancos y
negros), si consta de armazón o no, qué otros instrumentos se emplean en su
desarrollo y si actual o antiguamente se celebraban mayos.
La ficha parece proceder del árbol filogenético
cultural de este tipo de fiestas, realizado especialmente para el libro por
Belén López Martínez y Antonio Fernández Pardiñas, investigadores del área de
Antropología Física de la Universidad de Oviedo, que tanto facilita el estudio
comparativo de las mismas, como también puede apreciarse en el mapa de la
península que se incluye en el que figuran las fiestas con diferentes colores.
Parten todas de un origen común, basado en una
reunión de mozos que hacen una cuestación pidiendo alimentos con los que hacer
después una comida de confraternización. De esa cuestación o petición por las
calles del pueblo surgen los personajes de apertura (fustigadores) que suelen
llevar cencerros y de los que proceden los guirrios, por un lado: entre los que
se encuentran las y los botargas y, por otro, los zamarrones: diablos,
choqueiros, zarragones, etc. Por eso, en el libro que comentamos, aparecen
juntas mascaradas en las que salen personajes similares, ya sean de Galicia,
León o Castilla-La Mancha, puesto que, aunque sus orígenes sean los mismos,
varían el algunos elementos o acciones.
“Todas parecen seguir el mismo patrón de acciones,
personajes y transformándose con la
llegada del cristianismo, que crea nuevos tipos sobre la misma base y
estructura”, indica Oscar González en el prólogo del libro, añadiendo que “Los
estudios realizados hasta ahora se circunscribían a mascaradas individuales o
del mismo tipo y las relacionaban con antiguos ritos paganos dentro del marco
símbólico”. Lo que viene a decirnos que no pensemos tanto en pasados míticos y
vayamos a los hechos reales, puesto que se trata de un rito de paso, en el que
los grupos de jóvenes realizan una serie de actividades cara al pueblo en el
que viven incardinados, con el fin de obtener de él un reconocimiento a través
de los alimentos que solicitan en la cuestación, a cambio de sus danzas, por
ejemplo.
Como sigue diciendo Oscar González, estas fiestas
carecen de sentido en la sociedad actual y muchas de ellas se han perdido o
están en proceso de desaparición, o bien se han mantenido como elementos de
atracción turística. Otras, por el contrario se siguen manteniendo o se han
recuperado y gozan de excelente salud.
Volviendo al mapa antes citado podrá verse como la
mayor proliferación de estas fiestas -mascaradas- corresponde al norte
peninsular y más al área noroeste: Galicia y parte de Castilla y León,
principalmente, correspondiendo a la provincia de Guadalajara un número importante:
29 mascaradas en total, aunque, evidentemente, no estén recogidas todas las
existentes, puesto que tal vez podría incluirse la Loa a la Virgen de la Hoz
con sus danzantes, así como los danzantes de Condemios.
No nos resistimos a mencionar las fiestas recogidas
por Oscar González, por el mismo orden que llevan en el libro: Almiruete
(Botargas y Mascaritas de Carnaval), Membrillera (Carrera del Cabro /
Carnaval), Hita (Carnaval), Cogolludo (Los Chocolateros), Sierra de Atienza
(Carnaval), Villares de Jadraque (Vaquillones y Zorramangos), Luzón (Carnaval
de Luzón), Gajanejos (Carnaval), Valdesaz / Fuentes de la Alcarria
(Carnavales), Anquela del Ducado (Vaquilla de Carnaval), Alustante (Los
Inocentes), Setiles (Fiesta del Diablo), Mazuecos (Soldadesca y Botarga),
Alarilla (Zarragón), Tórtola de Henares (Botarga), Humanes (Botarga), Arbancón
(Botarga), Beleña (Botarga), Albalate de Zorita (Botargas de San Blas),
Peñalver (Botarga), Montarrón (Fiesta de la Caridad), Robledillo de Mohernando
(Botarga), Málaga del Fresno (Botarga), Retiendas (La Botarga de las Candelas),
Valverde de los Arroyos (Octava del Corpus),
Majaelrayo (Danzantes de la Hermandad del Santo Niño), Valdenuño
Fernández (Botarga o Fiesta del Santo Niño Perdido), Galve de Sorbe (Danzantes
de Galve de Sorbe), Utande (Loa de San Acacio). Una interesante colección de
fiestas aparentemente diferentes de sus acciones, pero cuyos orígenes parecen
ser comunes.
El contenido del libro de Oscar González Fernández
(GONFER), en el que nos cabe el honor de haber participado, es gigantesco y
muchísimos los datos que aporta que, indudablemente, servirán al estudioso del
tema para poder realizar cuantas comparaciones necesite. Aparte, se trata de un
volumen cuya materialidad impresiona: buen papel, fotografías en color,
encuadernación dura con sobrecubierta que lo hacen quizá un poco caro para el
momento actual: 50 euros.
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS
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