González
Ramos, Roberto: “The armoury of the Dukes of the Infantado. Collecting,
prestige and meaning”. Journal of the History of Collections. Vol. 25.
Nº 3 (2013): 335-350. Editada por la Oxford University Press. Con más datos
complementarios y posibilidad de consultar entera la publicación en http://jhc.oxfordjournals.org/content/early/2013/05/04/jhc.fht007.full.pdf+html
Un importante artículo escrito por el profesor de la
Universidad de Córdoba, don Roberto González Ramos, quien acaba de publicar en
la prestigiosa revista inglesa “Journal of the History of Collections” el
estudio que ha realizado con paciencia y tino sobre “La Armería de los duques
del Infantado”, llegando a la conclusión de que fue esta la más importante
colección de armas, de la España moderna, tras la Real Armería. Hace una
presentación completa y un análisis de los datos existentes sobre esta armería,
tratando de su formación, contenido, evolución y dispersión, además de la
interpretación de sus funciones socio-culturales.
Esta armería se situó, de inicio, en el palacio ducal de
Guadalajara. Aunque cita a Manuel Rubio y su artículo “La Armería del
Infantado” aparecida en el espacio wiki de enwada.es, en la dirección http://enwada.es/wiki/Armer%C3%ADa_del_Infantado,
aporta muchísima más información.
Para conocer el grueso de la colección se basa el autor en
los inventarios sucesivos realizados al fallecimiento de los primeros duques,
que a su vez habían heredado las armas de sus antecesores señores de Hita y
Buitrago, almirante de Castilla y otros títulos de los siglos XIV y XV en los
que de forma real los Mendoza lucharon y usaron esas armas. La colección pasó a
tener durante el siglo XVI menos cantidad de armas, pero más calidad de las
mismas: pasó de ser un “almacén” a constituir una “colección”.
En tiempos del 3º duque alcanzó un total de 350 items, que
en el inventario del 4º bajó a 200, aunque en ese momento se hizo un
inventario/estudio con dibujos, análisis de autores, etc, muestras de espadas,
arcabuces, ballestas, etc. El 5º duque, con su ánimo humanista, convierte en
“Colección de Armas” la armería de sus mayores, y la traslada a otro edificio
en la ciudad, las Casas Mayores que fueron del Cardenal Mendoza. Crea la figura
del Maestro Armero, y se vuelve a hacer un meticuloso inventario., que este
estudio analiza y describe, estando aquí el mayor interés del trabajo. El documento,
verdadera revelación, está en el AHN, Sección Osuna, C. 1948, doc. 3.
En el siglo XVII, Juan Hurtado de Mendoza, segundo esposo de
la duquesa doña Ana, sigue comprando y aumentando la armería. Nombra a Alonso
de Montoya como su maestro armero, y aumenta el número de piezas (se describen
26 rodelas, 80 pistoletes… a la muerte de dos de los hermanos del duque
(Francisco Hurtado de Mendoza y Pedro González de Mendoza, capitanes de relieve
en Flandes e Italia) aumenta aún más la colección, porque ellos eran también
coleccionistas y el hermano vivo se preocupó de que se lo dejaran todo en
herencia. Entre otras cosas, entró en la armería ducal la “espada del Gran
Capitán”, otra espada donada por el Rey de Francia, la lanza y el puñal rico de
Boabdil, armaduras de Carlos V, etc… Aumenta tanto la armería que en el
Inventario de 1684 se llegan a recoger 3.600 items. Es el momento cumbre de la
colección. La página enwada.es ofrece en PDF el inventario de 1676, que puede
leerse completo aquí: http://enwada.es/w/images/Inventario_de_la_Armer%C3%ADa.pdf
En 1702 el fuego arrasa el viejo palacio del Cardenal
Mendoza frente a la iglesia de Santa María, donde se ubicaba la armería. Cuando
la casa pasó al ducado de Osuna, estos incorporaron lo que quedaba a la suya.
Incluso a la muerte del duque en 1882, el Rey Alfonso XII adquirió algunas
cosas para la Real Armería. Personalmente conozco personas que, en su infancia,
penetraron en los sótanos de lo que fue palacio del Cardenal Mendoza frente a
Santa María (luego Banco de España, Colegio de niños “el Banco” y primitiva
Escuela de Idiomas, ahora espacio peatonalizado en el llamado eje cultural, en
el que se ha tapado totalmente el espacio del palacio) y allí encontraron armas
antiguas. Creo que debería haberse hecho un estudio más detallado de ese solar
antes de taparlo con prisas para formar la urbanización del eje cultural,
porque en ese lugar ha estado durante siglos uno de los edificios más importantes
de la historia de la ciudad.
En el palacio madrileño de los Infantado todavía quedan
armaduras y armas, restos de aquella inmensa colección. Hace unos años, ellos
las cedieron en exposición y estuvieron algún tiempo expuestas en los salones
bajos del palacio del Infantado. Pero la imposibilidad de llegar a un acuerdo o
entendimiento entre el duque actual y la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, hizo que una enorme colección de arte mendocino (entre la que se
contaba el retablo de Nuestra Señora de los Ángeles del maestro Jorge Inglés)
volviera a perderse para Guadalajara, regresando a las casas de los duques
actuales. El gran retablo gótico ha sido, sin embargo, cedido en exposición
permanente Al Museo del Prado.
Un artículo, en definitiva, el del profesor González Ramos,
que nos muestra un aspecto sumamente interesante y hasta conocido solo
fragmentariamnete, de la historia cultural de la Casa del Infantado, y que fue
parte de su historia.
Lástima de tantas pérdidas. Uno se pregunta qué sería España, qué Museo, qué gloria infinita, si no hubiera destruido ni una sola de las maravillosas cosas que hicieron los españoles durante veinte siglos. Incluso las armas...
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