miércoles, 7 de septiembre de 2011

Guía de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha


Una obra monumental

Hemos adquirido este fin de semana pasada la obra completa, en tres tomos, de la última gran producción editorial del gobierno de Castilla-La Mancha. Una obra monumental de la que vamos a hacer una valoración global y muy aproximativa, tras haber simplemente hojeado sus tres volúmenes. Es una más, la última ya, de esa tarea editorial que acometió el anterior gobierno de Castilla-La Mancha con la producción de grandes y lujosas obras sobre la Región, y que han posibilitado a mucha gente conocerla y quererla. Esta tarea editorial ha supuesto, por contra, la anulación de la industria editorial en la Región, incapaz de competir en costos y en resultados con lo que proporcionaba la producción que salía de Toledo basada en los presupuestos autonómicos.
La obra es monumental, porque consta de 3 tomos, que tiene, respectivamente, 718, 744 y 488 páginas: un total de 1.950 páginas, todas impresas a color sobre un papel inmejorable, encuadernadas lo mejor que se ha podido (libros tan grandes con papel de tan alto volumen al final se desencuadernan si se consultan más de una docena de veces) y un acopio de información, textual y gráfica, que es verdaderamente impresionante.
El tomo primero se dedica al patrimonio de Albacete y Guadalajara; el segundo, a las provincias de Cuenca y Ciudad Real. Y el tercero en exclusiva a Toledo. En este se trata la provincia entera, pueblo a pueblo, correspondiente 107 páginas a la ciudad imperial en exclusiva. Lo merece.
En mi opinión, la tarea se ha homogeneizado al máximo posible, de tal manera que todos los autores que han trabajado en ella, en provincias diferentes, han seguido un planteamiento uniforme, en el que ha primado la información sobre patrimonio artístico, y se ha añadido información relativa a patrimonio costumbrista, referencias a personajes nacidos en el pueblo o que han dado relieve al mismo, y referencia de horarios de sus Museos y espacios culturales. El texto en todas las provincias está correcto, medido, es a la fuerza breve y contenido, porque si no fuera así la obra se hubiera disparado a muchísimas más páginas. En todo caso, me parece un poco fría la redacción, le falta cierto calor, cierto entusiasmo, quizás la captación de este o aquel detalle en cada sitio que le da el toque de alegría o valor humano. La obra parece un enorme prospecto turístico que nos da, escueta, la información patrimonial de cada lugar. No obstante, ello es suficiente y tiene su claro valor, que es el informativo.
Capítulo aparte merece el tema de la información gráfica. Debidas a David Blázquez casi en exclusividad, las fotografías de esta obra, realizadas expresamente para ella, son magníficas. Cientos, miles de imágenes nos ofrecen las mejores imágenes de Castilla-La Mancha monumental. Con una visión directa, con un tratamiento de colores bastante bueno, buen uso de los grandes angulares, de la acertada mezcla de los altos tonos, nitidez y perspectivas que nos parecen siempre acertadas y muy valiosas. Incluso las imágenes de ojo de pez, que se usan comedidamente, a pesar de su exageración, son adecuadas. Probablemente lo mejor de la obra, las fotografías.
La provincia de Guadalajara ha sido redactada por Fernando Aguado Díaz y Miguel Cuadrado Prieto, director y técnico, respectivamente, del Museo Provincial de Bellas Artes, que han trabajado duro para recopilar tanta información y ponerla ajustada en cada lugar. Algunas cosas importantes faltan, pero quizás sea debido a despistes en la imprenta, o alteraciones en la base de datos organizativa. Porque no de otra manera se justifica que falte, por ejemplo, Terzaga con lo que de patrimonio monumental peculiarísimo supone, pues su iglesia de estilo barroco es, según calificación de los expertos, una de las mejores de toda España.
Han optado, en la provincia de Guadalajara sobre todo, y en el resto de provincias, por agrupar bajo el epígrafe de un pueblo los otros que forman, administrativamente, sus pedanías. Ello supone cierto riesgo de que sea difícil de encontrar elementos importantes del patrimonio que se buscan y no se encuentran: Beleña de Sorbe y su iglesia románica de San Miguel son explicadas en el contexto de Cogolludo, lo mismo que ocurre con la villa amurallada de Palazuelos o la iglesia románica de Carabias, que van incluidas en el epígrafe de Sigüenza. Se solventa el problema porque, al final, en las últimas páginas del tomo III dedicado a Toledo, aparece un Indice toponímico en el que sí están los nombres de estos pequeños pueblos y remiten a su correspondiente páginas.
El tratamiento es breve, a la fuerza, por lo que de enorme fondo informativo supone esta obra: pero en todo caso parece muy somera la referencia que al Palacio del marqués de Santa Cruz en Viso del Marqués se da, lo mismo que ocurre con los palacios de Almagro, la capilla de Luis de Lucena o el alcázar de Toledo. Sin embargo es amplia y dramática la referencia al palacio de los Gosálvez en Casas de Benítez (Cuenca), pues se da testimonio de lo que fue, constancia de lo que ha quedado, y silencio sobre lo que ocasionó tan triste desaparición.
Vamos a usar este libro a fondo, porque en todo caso es muy útil (es un magnífico “libro herramienta”) y lo vamos a ir analizando provincia por provincia y pueblo por pueblo. En general, nos ha causado una gratísima impresión, y por ello reconocemos un aplauso a cuantos desde la consejería de Educación y Cultura y la dirección General de Promoción Cultural con Rafael de Lucas Vegas a la cabeza se han ocupado durante largos meses de su elaboración.
Y al fotógrafo…. Un aplauso al fotógrafo, David Blázquez, porque ha hecho una obra para quitarse el sombrero.

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