sábado, 2 de julio de 2011

Fotos de Condemios de Arriba







Condemios de Arriba. Memoria gráfica de un pueblo y sus gentes, Madrid, Ayuntamiento de Condemios de Arriba/ LEMA Ediciones, 2010, 128 pp., fotografías b/n. (Programa “Los Legados de la Tierra”).

Un nuevo libro, auspiciado -como tantos otros similares- por el programa “Los Legados de la Tierra”, viene a engrosar el tema fotográfico de los más variados lugares de Guadalajara. En este caso, el libro o álbum, que de las dos maneras podría decirse, ha sido editado gracias a los desvelos del Ayuntamiento de Condemios de Arriba y de la Asociación Sociocultural “El Poyato”, representada por su presidenta Pepi Durán Cruz.
Se trata de una amplia colección de “positivos” –pues apenas aparecen textos- cedida por los propios habitantes del pueblo que, como se indica en la introducción, forman “parte de sus recuerdos personales y familiares, algo de su historia personal, para con ello, hacer la de todos.” Imágenes a través de las cuales pueden contemplarse los cambios que el tiempo ha ido introduciendo en todos y cada uno de los aspectos vitales que lo constituyen.
El conjunto aparece dividido en nueve apartados.
“El pueblo”, de cuyos orígenes se ofrece una breve nota, aparece representado por sus paisajes y rincones, por la iglesia -como su elemento arquitectónico más representativo- y sus fuentes. La fotografía más antigua está fechada en 1950, siendo las más numerosas del 1980.
Gran copia de páginas ocupa el segundo apartado, destinado a “Gentes”, y del que podemos destacar una selección de retratos, (aunque, en realidad, estemos ante fotografías de grupos de amigos y familiares, y los “Retratos” aparezcan en el mismo libro como grupo independiente) interesantes a la hora de analizar, por ejemplo, la vestimenta o el uso que se hacía de los bueyes, como tracción “de sangre” utilizada en los carros. Una de las fotografías que figuran en esta selección fue realizada en una feria, por un fotógrafo ambulante ambulante (página 20) y otra, a través de la que puede conocerse el físico y el nombre, o más bien el apodo, del considerado como “fotógrafo oficial” de Condemios de Arriba: Fedito, que volveremos a encontrarnos en otra de las instantáneas. Hay, además, un retrato de la niña Carmen García, de hacia 1960, realizada en el “Studio Roca”. Tetuán, 20, entlo. MADRID”, aunque, de entre todas las de este grupo, la más antigua es del año 1940, correspondiendo al 69 la mayor cantidad.
Las “Fiestas Religiosas” se subdividen en dos subgrupos: unas, con motivos de carácter personal o familiar como los bautizos, comuniones y bodas (en las que las novias aún no vestían de blanco), y otras, sociales, especialmente procesiones (de Semana Santa, de la Virgen -en la página 62 volvemos a encontrarnos con “Fedito”- o de San Enrique, además de las de San Pedro, con la subasta de los “bandos” de las andas) y de los Reyes Magos.
Una cuantas fotografías forman en grupo correspondiente al “Trabajo”. Son imágenes de las faenas del trigo en las eras, de la extracción de la madera y su transformación y de la panadería,
El “Ocio” aparece representado, sobretodo, por la caza y la pesca, el tiro al plato y el fútbol, las excursiones y los baños.
De la “Escuela” hay poca representación, pero es suficiente, ya que se trata de las consabidas fotografías de los escolares sentados a la mesa del maestro, en actitud de leer o escribir, con el mapa de España detrás. Son fotografías de los años cuarenta.
En cuanto a las de la “Mili” y, en general, del servicio militar, hay que dejar constancia de la importancia de cinco de ellas, datadas en los años 36-39 - tres son de Compañeros del frente durante la Guerra Civil, pertenecientes a Doroteo Abad (página 99)- , y las otras dos fueron hechas en un estudio.
El octavo grupo se dedica a las “Fiestas Populares”, principalmente las patronales y los toros, así como a la matanza. Mención aparte merece el espacio destinado a los “Danzantes”, en el que junto a un texto tomado del libro de Antonio Aragonés Subero, “Danzas, rondas y música popular de Guadalajara”, y la letra de las once danzas conservadas -Madrugaba un caballero, Cuando me casó mi madre, El Troncho -Taraverosán, en otros lugares próximos-, Las Cadenas, La Cruz, La Peregrina, La Burraca, Al Verde, Es María, Señor Mío Jesucristo y La Marcha-, se reproducen nueve fotografías, siendo alguna de ellas de las más antiguas que se conocen, a la vez que muy interesantes en lo que se refiere a su indumentaria.
Concluye este libro de fotografías con los “Retratos”, unos cuantos de principios del siglo XX, algunas son de estudio, de entre los que destacamos el de D. Eladio Martín Sanz, datado en 1906, y realizado en el estudio Fotografía Daguerre. Pte. S. Francisco, 16, en México. Otros son de feria, con su paisaje de fondo y su caballito de cartón, por ser niños sus protagonistas.
Condemios de Arriba es un pueblo situado en la zona nororiental de la provincia de Guadalajara, cuyas vías de comunicación nunca han sido demasiado buenas hasta el momento actual. Ello ha contribuido a su “relativo” aislamiento, por lo que, al hacer una estadística de los años en que se realizó la mayor cantidad de fotos, los resultados han sido los siguientes: la más antigua de todas data de 1906, aunque también hay otras de principios del pasado siglo XX (una de ellas de 1914), de cuya fecha se pasa a los años 20 y 35, 36-39 y 40, siendo las más numerosas las realizadas en los años 65 y 69, y las del 80.
Las primeras fueron fotografías “compuestas” en estudio o por fotógrafos ambulantes, generalmente en feria lugareñas; las intermedias corresponderían a momentos precisos, como es el caso de las del periodo bélico 36-39 y otras de la “mili, que se convirtieron en meros recuerdos para llevar en la cartera y poder mostrar una vez pasado el tiempo, correspondiendo el resto a fotografías aficionados que dejaron huella de determinados acontecimientos familiares y sociales: bautizos, primeras comuniones, bodas y también fiestas populares locales o de pueblos cercanos.
Libros como este, aunque carezcan de textos explicativos complementarios, contribuirán en el futuro a conocer el pasado de los pueblos: sus gentes y sus modos de vida, aunque algunas fotografías -por su calidad y antigüedad- ya pueden ser consideradas como documentos históricos que merece la pena conservar con todo esmero.



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