viernes, 1 de octubre de 2010

Monografía de arte alcarreño




Santa María de la Fuente. Memoria de una presencia viva en Guadalajara

En los primeros días de septiembre de 2010 se ha presentado, en solemne acto en la iglesia de Santa María de la Fuente de Guadalajara un libro magnífico que estudia este templo. Presidió el acto quien se hace cargo del Prólogo del libro, monseñor José Sánchez González, obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Unos días después hemos tenido acceso al libro, que nos ha parecido, en somera visón de principo, una maravilla de obra, profunda y completa.

El libro

A lo largo de sus 336 páginas, el autor hace un detallado recorrido por las diferentes fases constructivas del edificio, desvelando la forma en que Santa María se construyó de inicio, por parte de alarifes mudéjares, pero no sobre una antigua mezquita, como hasta ahora se había creído, sino como templo cristiano medieval. Tras ese análisis estilístico y evolutivo, Mejía analiza con todo detalle el ceremonial religioso de Guadalajara que giró durante siglos en torno a esta iglesia, sede del arciprestazgo capitalino. Se explica también la forma en que influye en el barrio y en toda la ciudad y aún la comarca, y por supuesto las relaciones socioeconómicas que en esta influencia se dejan sentir. No olvida el importante capítulo del choque de intereses que a lo largo de los siglos se dio entre el poder concejil y el religioso, en el que no estuvo ajena, por supuesto, la familia de los Mendoza.
Para nosotros, es aún más importante el capítulo relacionado con las obras de arte contenidas en la iglesia de Santa María. Desde una pila bautismal románica a las numerosísimas lápidas sepulcrales de nobles, hidalgos y eclesiásticos, algunas de ellas ahora descubiertas, que tachonaron de escudos y leyendas el suelo del templo. De ese patrimonio destaca sin duda el retablo principal, una joya de la escultura y pintura del siglo XVII, firmada, como ya se sabía, por Francisco Mir, quien lo realizó en 1622, dejando en el centro la talla de la Virgen María que pertenecía al anterior retablo. Esta composición de escultura y arquitectura de interior, restaurada también ahora, es uno de los motivos que justifican una visita a este templo.
Pero hay muchas otras cosas, como el enterramiento solemne de don Alonso Yáñez, uno de los “fámulos” del Cardenal Mendoza que aparece junto a él retratado en el cuadro de Hernando del Rincón que se conserva en el Ayuntamiento. O el de Juan de Morales, tesorero de los Reyes Católicos, en el presbiterio de este templo.
La prolija relación de elementos artísticos alcanza cotas de perfección en el estudio de los escudos heráldicos de las numerosas lápidas que se extienden por los suelos del templo. Y finalmente es de notar la amplia referencia que el libro dedica a los elementos rituales y costumbristas, especialmente procesiones, y especialmente la del Corpus, que desde hace muchos siglos capitanea esta iglesia, siempre parroquia, de categoría mayor, y ahora (justo desde hace 50 años) concatedral de la diócesis. La reforma y restauración que se le ha hecho ahora, le da empaque más alto y anima a cualquiera a visitarla, admirarla y tomarla como lugar de referencia de la historia y el arte de Guadalajara.

El autor

Angel Mejía Asensio es de Vellisca (Cuenca) donde nació en 1957, aunque viene residiendo desde su infancia en Guadalajara, en la que ocupa importante puesto en la administración sanitaria. Doctor en Historia Moderna por la UNED es premio extraordinario de Doctorado en 2000. Autor de numerosos libros sobre la historia de la capital de la provincia y de algunos de sus pueblos en la provincia. Destaca entre ellos la historia de Cabanillas, la de Quer, la de Alovera y especialmente la “Historia Moderna de la provincia de Guadalajara” (2007) en colaboración con otros autores. Es autor de numerosos trabajos de investigación centrados en la evolución económica y de las mentalidades de Guadalajara y provincia durante la Edad Moderna.
En este libro, también han colaborado con sendos capítulos de sus especialidades, el arquitecto José Juste Ballesta, director de los procesos más recientes de rehabilitación de la iglesia de Santa María, y el arqueólogo Ildefonso Ramírez González, director de la empresa GEA que ha sido la encargada de las tareas de excavación arqueológicas previas a la restauración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión sobre este libro nos interesa. Escríbela aquí.