Naturaleza de puertas abiertas
No hace todavía un mes que se presentó en nuestra ciudad, (13 enero 2010) por parte de la Consejera de Industria y Medio Ambiente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y con asistencia de los autores y numerosos amigos y gente del mundo académico de la Universidad de Alcalá, un libro que es una verdadera enciclopedia, y que más que nutrir las horas lectoras de cualquiera de nosotros, va a dar pasto sin fin a los estudiantes de Ciencias Medioambientales y a los de Biología [vegetal] que tendrán espacio para nadar entre saberes, listados, imágenes y un largo etcétera de apasionantes propuestas geográficas. El libro es el que lleva por título “El paisaje vegetal de Castilla La Mancha. Manual de Geobotánica”, y sus autores han sido el profesor catedrático de Alcalá don Manuel Peinado Lorca, el también profesor y director del Servicio de Fotografía Científica don Luis Monje Arenas, y el profesor don José María Martínez Parras.
En las 612 páginas que ofrece el voluminoso libro, podría uno pensar que caben todos los elementos necesarios para entender la geobotánica y el paisaje vegetal de nuestra región: pues bien, no, no cabe, porque los autores han tenido que renunciar a publicar tres capítulos de su gran obra, que les ha llevado años de dedicación, porque los presupuestos del Servicio de Publicaciones de la Junta no daban para más. Esos tres capítulos (Clasificación florística de la Tierra y síntesis biogeográfica de España, el cap. 3; Series y geoseries de España, el cap. 4; y un Glosario de términos científico-técnicos y populares, el cap. 7) están convenientemente colgados, en formato PDF, de la página http://www.difo.uah.es/geobotanica/index.html. De ahí pueden sacarlos nuestros lectores que estén interesados en ellos.
Me remito, en un principio, a lo que la prensa especializada ha dicho de esta obra. A mí, personalmente, me ha parecido genial, inmensa, provista de todos los elementos que le dan rigor, seriedad y ciencia a un trabajo hecho por expertos (que es lo que se lleva ahora, ya no valen los meros títulos de profesor, licenciado, doctor o especialista: ahora hay que ser experto, y estos tres autores lo son). Estos son los datos que nos proporciona la web de la Universidad alcalaína:
Las páginas de este libro, a través de textos, figuras y fotografías nos ayudan a comprender mejor lo que ya sabemos: que nuestra Comunidad es una región biológicamente privilegiada, un territorio que es un caleidoscopio de toda la geografía interior de la Península Ibérica, donde cualquiera puede, sin salirse de sus límites, integrarse en ambientes naturales representativos del conjunto de la vegetación de España. Desde los enclaves de vegetación templada y húmeda que guardan las sierras de Ayllón o la Serranía de Cuenca, tan relacionados con la vegetación europea septentrional, hasta los territorios semiáridos albacetenses que conectan con el sureste español y desde allí con la vegetación norteafricana, Castilla-La Mancha se presenta ante los ojos del naturalista como el poliédrico rostro de la vegetación ibérica. Otro tanto puede decirse cuando nos aproximamos desde el punto de vista biogeográfico. En la península Ibérica existen ocho provincias biogeográficas, de las cuales cinco están presentes en Castilla-La Mancha: ninguna otra Comunidad española es biogeográficamente tan diversa. Evaluando la biodiversidad en términos fitosociológicos, podemos dar una idea de esto. Están descritas en España peninsular 71 clases de vegetación, de las cuales 48 están representadas dentro de los límites de Castilla-La Mancha. Si del conjunto general descontamos las clases de vegetación canarias y las ligadas a ecosistemas costeros obviamente inexistentes en la región, podemos aproximarnos a valorar la riqueza en tipos de vegetación que encierran los límites castellano-manchegos.
Este libro es abundante en fotografías (370) e ilustraciones (137), que completan las descripciones de un texto de 618 páginas y la información resumida en las 152 tablas sinópticas que apoyan a éste. En conjunto, se trata de una cuidada edición que destaca por la excelente maquetación y la calidad de reproducción de imágenes y fotografías, una calidad que desgraciadamente no es común en otros libros de estas características, pero a la que nos tiene acostumbrados Francisco del Valle, responsable de la editorial Cuarto Centenario, que ha sido el editor de El paisaje vegetal de Castilla-La Mancha. El libro nace también con la intención de servir de ayuda como manual de Geobotánica y por eso, junto a contenidos divulgativos, el texto encierra otros muchos más técnicos que son de gran interés para los profesionales de la enseñanza y del medio ambiente, y como texto de apoyo en el aula universitaria.
Por esa vocación generalista del libro y por las expediciones botánicas que los autores realizan en otras latitudes, el lector no podrá sorprenderse de encontrar imágenes de algunos paisajes –los desiertos sonorenses, la tundra ártica, los gigantescos bosques de coníferas de California o los espectaculares sistemas de dunas costeras del Pacífico- que completan las dedicadas a la flora endémica y a los ecosistemas castellanos-manchegos. La estructura del libro se ha hecho dedicando los dos primeros capítulos a los tres grandes condicionantes abióticos de la vegetación: fisiografía, suelo y clima. El tercer capítulo se dedica a la Biogeografía haciendo un acercamiento desde el todo –la síntesis biogeográfica de la Tierra- a la parte, a la caracterización biogeográfica de Castilla-La Mancha que queda así situada en el contexto de la vegetación del mundo en general y de España en particular. Los capítulos quinto y sexto están centrados exclusivamente en el ámbito territorial de la Comunidad. En el quinto se presenta ampliado y actualizado el catálogo de comunidades vegetales que sirvió para que uno de los autores –Luis Monje- obtuviera en 1987 el primer Premio Regional de Investigación. Finalmente, en el capítulo sexto se describe el paisaje de Castilla-La Mancha a través de sus series y geoseries de vegetación. Si en 1987 eran 20 las series de vegetación reconocidas en Castilla-La Mancha, ahora son 49, todas ellas presentadas con unos sencillos esquemas que, apoyados, en las fotografías y sustentados en un texto divulgativo fácilmente comprensible por todos los lectores, permiten interpretar la variabilidad del paisaje vegetal de Castilla-La Mancha.
No hace todavía un mes que se presentó en nuestra ciudad, (13 enero 2010) por parte de la Consejera de Industria y Medio Ambiente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y con asistencia de los autores y numerosos amigos y gente del mundo académico de la Universidad de Alcalá, un libro que es una verdadera enciclopedia, y que más que nutrir las horas lectoras de cualquiera de nosotros, va a dar pasto sin fin a los estudiantes de Ciencias Medioambientales y a los de Biología [vegetal] que tendrán espacio para nadar entre saberes, listados, imágenes y un largo etcétera de apasionantes propuestas geográficas. El libro es el que lleva por título “El paisaje vegetal de Castilla La Mancha. Manual de Geobotánica”, y sus autores han sido el profesor catedrático de Alcalá don Manuel Peinado Lorca, el también profesor y director del Servicio de Fotografía Científica don Luis Monje Arenas, y el profesor don José María Martínez Parras.
En las 612 páginas que ofrece el voluminoso libro, podría uno pensar que caben todos los elementos necesarios para entender la geobotánica y el paisaje vegetal de nuestra región: pues bien, no, no cabe, porque los autores han tenido que renunciar a publicar tres capítulos de su gran obra, que les ha llevado años de dedicación, porque los presupuestos del Servicio de Publicaciones de la Junta no daban para más. Esos tres capítulos (Clasificación florística de la Tierra y síntesis biogeográfica de España, el cap. 3; Series y geoseries de España, el cap. 4; y un Glosario de términos científico-técnicos y populares, el cap. 7) están convenientemente colgados, en formato PDF, de la página http://www.difo.uah.es/geobotanica/index.html. De ahí pueden sacarlos nuestros lectores que estén interesados en ellos.
Me remito, en un principio, a lo que la prensa especializada ha dicho de esta obra. A mí, personalmente, me ha parecido genial, inmensa, provista de todos los elementos que le dan rigor, seriedad y ciencia a un trabajo hecho por expertos (que es lo que se lleva ahora, ya no valen los meros títulos de profesor, licenciado, doctor o especialista: ahora hay que ser experto, y estos tres autores lo son). Estos son los datos que nos proporciona la web de la Universidad alcalaína:
Las páginas de este libro, a través de textos, figuras y fotografías nos ayudan a comprender mejor lo que ya sabemos: que nuestra Comunidad es una región biológicamente privilegiada, un territorio que es un caleidoscopio de toda la geografía interior de la Península Ibérica, donde cualquiera puede, sin salirse de sus límites, integrarse en ambientes naturales representativos del conjunto de la vegetación de España. Desde los enclaves de vegetación templada y húmeda que guardan las sierras de Ayllón o la Serranía de Cuenca, tan relacionados con la vegetación europea septentrional, hasta los territorios semiáridos albacetenses que conectan con el sureste español y desde allí con la vegetación norteafricana, Castilla-La Mancha se presenta ante los ojos del naturalista como el poliédrico rostro de la vegetación ibérica. Otro tanto puede decirse cuando nos aproximamos desde el punto de vista biogeográfico. En la península Ibérica existen ocho provincias biogeográficas, de las cuales cinco están presentes en Castilla-La Mancha: ninguna otra Comunidad española es biogeográficamente tan diversa. Evaluando la biodiversidad en términos fitosociológicos, podemos dar una idea de esto. Están descritas en España peninsular 71 clases de vegetación, de las cuales 48 están representadas dentro de los límites de Castilla-La Mancha. Si del conjunto general descontamos las clases de vegetación canarias y las ligadas a ecosistemas costeros obviamente inexistentes en la región, podemos aproximarnos a valorar la riqueza en tipos de vegetación que encierran los límites castellano-manchegos.
Este libro es abundante en fotografías (370) e ilustraciones (137), que completan las descripciones de un texto de 618 páginas y la información resumida en las 152 tablas sinópticas que apoyan a éste. En conjunto, se trata de una cuidada edición que destaca por la excelente maquetación y la calidad de reproducción de imágenes y fotografías, una calidad que desgraciadamente no es común en otros libros de estas características, pero a la que nos tiene acostumbrados Francisco del Valle, responsable de la editorial Cuarto Centenario, que ha sido el editor de El paisaje vegetal de Castilla-La Mancha. El libro nace también con la intención de servir de ayuda como manual de Geobotánica y por eso, junto a contenidos divulgativos, el texto encierra otros muchos más técnicos que son de gran interés para los profesionales de la enseñanza y del medio ambiente, y como texto de apoyo en el aula universitaria.
Por esa vocación generalista del libro y por las expediciones botánicas que los autores realizan en otras latitudes, el lector no podrá sorprenderse de encontrar imágenes de algunos paisajes –los desiertos sonorenses, la tundra ártica, los gigantescos bosques de coníferas de California o los espectaculares sistemas de dunas costeras del Pacífico- que completan las dedicadas a la flora endémica y a los ecosistemas castellanos-manchegos. La estructura del libro se ha hecho dedicando los dos primeros capítulos a los tres grandes condicionantes abióticos de la vegetación: fisiografía, suelo y clima. El tercer capítulo se dedica a la Biogeografía haciendo un acercamiento desde el todo –la síntesis biogeográfica de la Tierra- a la parte, a la caracterización biogeográfica de Castilla-La Mancha que queda así situada en el contexto de la vegetación del mundo en general y de España en particular. Los capítulos quinto y sexto están centrados exclusivamente en el ámbito territorial de la Comunidad. En el quinto se presenta ampliado y actualizado el catálogo de comunidades vegetales que sirvió para que uno de los autores –Luis Monje- obtuviera en 1987 el primer Premio Regional de Investigación. Finalmente, en el capítulo sexto se describe el paisaje de Castilla-La Mancha a través de sus series y geoseries de vegetación. Si en 1987 eran 20 las series de vegetación reconocidas en Castilla-La Mancha, ahora son 49, todas ellas presentadas con unos sencillos esquemas que, apoyados, en las fotografías y sustentados en un texto divulgativo fácilmente comprensible por todos los lectores, permiten interpretar la variabilidad del paisaje vegetal de Castilla-La Mancha.
Con este libro de Peinado Lorca y de Monje Arenas, tomamos conciencia de lo rica que es nuestra tierra en especies vegetales que ya son raras en otros lugares, y que ese espacio seco, vacío y limpio que nos rodea, es uno de los grandes capitales con que contamos. En cualquier caso, es simplemente una evidencia, una página tan solo, de la riqueza natural, de la extraordinaria fuerza que la Tierra nos lanza cada día. Y que en esta singular obra que nos acaba de nacer, queda plasmada con rigor y fortuna: textos e imágenes para aplaudir y, sobre todo, para aprender de ellas.
Interesante propuesta. Me imagino un libro equivalente sólo para Guadalajara. ;-)
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