Un nuevo libro para conocer Guadalajara. Para saber más (para algunois será empezar a conocerla) de la zona septentrional en que asienta el valle del río Mesa. Un curso de agua que nace en la paramera de molina, junto a Selas y Anquela, y que enseguida discurre por los solitarios bosques de sabinas del Señorío molinés. Hasta que se decide a tomarle el pulso a los roquedales que atraviesa y tras pasar Turmiel y Establés, se precipita hacia Mochales, Villel y Algar.
El libro, que forma parte de la ya nutrida colección “Pueblos d España” de Editorial Mediterráneo, está escrito por Teodoro Alonso Concha,.y cuenta con las fotografías espléndidas de Paco Gracia Abril. En gran tamaño, y todo a color, la obra nos ofrece una visión distinta de esta parte de la provincia, que fue durante muchos años frontera entre Castilla y Aragón.
Destacan en ella os paisajes agrestes y solitarios. Por ejemplo, los sabinares de Establés y Turmiel, con espléndidos ejemplares de árboles que alcanzan los ocho siglos. O con las cárcavas del bajo Mesa, por Algar ya, camino de Calmarza, donde finalmente se forma (antes de llegar a Jaraba) una de las más espléndidas hoces rocosas de España. Merece la pena seguir el camino hasta los dos primeros pueblos de Zaragoza.
El autor, que conoce bien el entorno, describe paisajes y pueblos, habla de sus historias y curiosidades, pormenoriza los elementos singulares de la tierra, como los castillos (hay varios en la zona) los pairones, las casas grandes de cada lugar, los molinos de junto al río, los palomares, las ermitas… es una delicia seguir con su texto el curso de las aguas, y recordar, o descubrir sus pueblos (Amayas también, y Milmarcos, y la ermita de Santa Catalina en Hinojosa, y la belleza silenciosa de Labros, más el final encuentro con Villel, el pueblazo del valle, ancho y apiñado bajo su castillo.
Un libro singular que merece gozarse.
El libro, que forma parte de la ya nutrida colección “Pueblos d España” de Editorial Mediterráneo, está escrito por Teodoro Alonso Concha,.y cuenta con las fotografías espléndidas de Paco Gracia Abril. En gran tamaño, y todo a color, la obra nos ofrece una visión distinta de esta parte de la provincia, que fue durante muchos años frontera entre Castilla y Aragón.
Destacan en ella os paisajes agrestes y solitarios. Por ejemplo, los sabinares de Establés y Turmiel, con espléndidos ejemplares de árboles que alcanzan los ocho siglos. O con las cárcavas del bajo Mesa, por Algar ya, camino de Calmarza, donde finalmente se forma (antes de llegar a Jaraba) una de las más espléndidas hoces rocosas de España. Merece la pena seguir el camino hasta los dos primeros pueblos de Zaragoza.
El autor, que conoce bien el entorno, describe paisajes y pueblos, habla de sus historias y curiosidades, pormenoriza los elementos singulares de la tierra, como los castillos (hay varios en la zona) los pairones, las casas grandes de cada lugar, los molinos de junto al río, los palomares, las ermitas… es una delicia seguir con su texto el curso de las aguas, y recordar, o descubrir sus pueblos (Amayas también, y Milmarcos, y la ermita de Santa Catalina en Hinojosa, y la belleza silenciosa de Labros, más el final encuentro con Villel, el pueblazo del valle, ancho y apiñado bajo su castillo.
Un libro singular que merece gozarse.
Lástima de los cafres que pretenden sacar uranio en tan hermosos lares... en fin... "sdgdsgds" canguros...
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