viernes, 2 de octubre de 2020

El diccionario de Ciencia y Técnica de Castilla La Mancha

Díez Barra, Enrique, y González Calero, Alfonso, como coordinadores, pero hasta 50 colaboradores en las entradas. “Ciencia y Técnica en Castilla La Mancha.Diccionario biográfico. Nombres y hechos”. Editorial ALMUD, 2020. 584 páginas, numerosas ilustraciones. Tamaño 16,5 x 23,5 cms. 

Un trabajo concienzudo es la basamenta de esta obra, que viene con intención de utilidad, de herramienta, para conocer mejor una región, y una parcela de la historia que estaba hasta ahora un tanto abandonada: la de conocer, estudiar, pormenorizar a las figuras que se dedicaron a investigar, estudiar y hacer ciencia. 

El diccionario de Ciencia y Técnica en Castilla La Mancha es una obra de apoyo a cualquier investigación histórica o sociológica. El grueso de la obra lo constituye un numeroso grupo de personajes que destacaron en diversas ramas de la Ciencia a lo largo de los siglos, ligados a la Región de Castilla-La Mancha, por nacimiento, o residencia. Y que dejaron de un modo más o menos señalado, aquí su huella.

Encontramos personas dedicadas a muy distintos menesteres, como por ejemplo: Astrónomos como Azarquiel o Jiménez Coronado; inventores como Blasco de Garay, Mónico Sánchez, Imedio o Juanelo Turriano; naturalistas como Hernández, Gómez Menor, Gómez Ortega, Laguna o Sánchez Labrador; médicos como Chirino, Creus, Hernando, Mena, Muñoz Urra, Segovia Arana; farmacéuticos como Palacios y Bayá, agrónomos como Alonso de Herrera o Álvarez Ugena; veterinarios como García Izcara, o Morcillo; matemáticos como Balanzat, Sixto Ríos o Martínez Sancho; químicos como Del Campo Cerdán o Mascareña; o ingenieros como Díaz Marta, Ortiz Echagüe, y muchos otros. 

Todos ellos y muchos más, hasta un total de 320 entradas, nos ofrecen una cierta aproximación a una realidad hasta ahora no suficientemente conocida: la creatividad científica y técnica desarrollada, desde el siglo XI hasta mediados del siglo XX por personas nacidas o muy vinculadas a estas tierras que hoy conforman Castilla-La Mancha. 

Además de los nombres y obras de personajes, este diccionario nos presenta numerosas entradas relativas a temas diversos, y un tanto dispersos: centros de estudio, fábricas, instituciones de investigación, leyes, normas, aniversarios, etc. De esta manera se manifiestan las iniciativas científicas y técnicas que ha habido en esta tierra: por ejemplo la Minería (Almadén Hellín), las Reales Fábricas impulsadas en el XVIII (Riópar-Alcaraz, Toledo, Alcázar, por ejemplo), los molinos de papel (sobre todo los de Cuenca); la automovilística La Hispano Suiza (Guadalajara) o la industria petroquímica de Puertollano, ya en la segunda mitad del s XX, que también encuentran su espacio en este Diccionario. 

Sí que parece, en la contemplación general de la obra, un tanto forzado el aporte de personajes e instituciones. Quizás se podrían haber hecho dos tomos, uno para autores, y otro para instituciones. En todo caso, cumple su misión de Diccionario, de aporte general de datos, para otras investigaciones. 

Las colaboraciones al Diccionario se deben a las firmas de Alonso Verde, Domingo Blanco y Mª Dolores Moreno, en Albacete; Ángel Romera en Ciudad Real; Hilario Priego y José Antonio Silva en Cuenca; Antonio Herrera y Javier Sanz en Guadalajara; y Enrique García Gómez en Toledo. Además de ellos, otras muchas personas han colaborado con algún personaje suelto, con alguna institución. La obra es, pues, coral, con los problemas inherentes a este tipo de iniciativas, en las que es muy difícil conseguir que todos adopten una estructura única de trabajo. Es lo que se manifiesta en este libro, que no ha habido una estructura única, un modelo de ficha. Pero son estos pequeños problemas que no desmerecen en absoluto la iniciativa. 

Por ello aplaudimos al libro, a la idea, a los autores y, –como siempre, los más valientes en esta tierra que apenas apoya a la Cultura– a los editores.

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