De especial relieve podríamos calificar el trabajo que José
Ramón López de los Mozos acaba de ver publicado en la Revista “Motril Cofrade”
que se está distribuyendo por gran cantidad de entidades relacionadas –en toda
España- con la Semana Santa, sus expresiones y su historia.
Titulado “Algunos
aspectos de la Semana Santa en la provincia de Guadalajara”, ocupa las
páginas (de tamaño folio) 35 a 47, con numerosas fotografías a color, acabando
con una página completa de bibliografía. –tras una presentación del tema, con
referencias históricas y literarias, el etnógrafo alcarreño pasa a analizar
esos “aspectos” iniciando su recorrido por “La Religiosidad en la calle”,
recordando muchos cánticos, pasos y atuendos propios de las ciudades más
emblemáticas como Guadalajara y Sigüenza.
Sigue con la visión, ya en detalle, de los actos religiosos
y especialmente de las procesiones, de la Semana Santa arriacense, de la que
nos dice que apenas dos cofradías y procesiones (la Soledad y los Dolores) son
antiguas, de varios siglos de antigüedad, pero que las demás son modernas, de
después de la Guerra. Describe títulos, recorridos, pasos y atuendos de los
capuchinos, y sigue con un capítulo no menos interesante en el que agrupa otras
manifestaciones, más recientes, como son las “Pasiones Vivientes” y otras
representaciones, entre las que incluye los “Soldados de Cristo” de Budia, y
especialmente la Jornada del Viernes Santo en Hiendealencina, que sigue siendo,
40 años después de su creación, uno de los más impactantes aspectos de la
Semana Santa española.
Relacionado íntimamente con ella, pero con un trasfondo más
primitivo y ancestral, López de los Mozos analiza la serie de celebraciones de
la “Quema del Judas” en muchos pueblos de Guadalajara. Lo vimos estudiando la
de Pareja, hace poco, en una publicación específica, y lo vemos ahora, en este
gran trabajo, haciéndolo sobre las “Quemas de Judas” de muchos otros pueblos,
como Berninches, (con la lectura del “Testamento de Judas”), Sigüenza, El
Bocígano, Cifuentes, Zaorejas y muchos otros lugares.
El último capítulo de este trabajo etnográfico de López de
los Mozos se dedica a la visión, en retazos, de los aspectos antropológicos de
las procesiones, que suelen pasar desapercibidos para muchos, pero que
indudablemente laten en el fondo de estas actitudes religiosas, que no dejan de
ser sociales y culturales: por ejemplo el sentido de “peregrinaje” de las
procesiones, la sensación de “cambio de tiempo” cuando tras la muerte [de
Cristo] viene su Resurrección, como ocurre en la Naturaleza, en la que tras el
invierno silencioso y muerto aparece la primavera riente y espectacular. Son
muchos elementos del vital discurrir de los humanos lo que se evidencia en los
ritos, de predominio religioso, de la Semana Santa. López de los Mozos sabe
analizar el río ancestral que corre bajo todos ellos, y aquí lo expresa.
Sin duda estamos ante un estudio que trasciende la Semana
Santa en exclusiva, y se alza como un análisis certero de la expresividad
popular de nuestras gentes. Lástima que la Revista en cuestión donde publkica,
“Motril Cofrade 2014” sea de difícil acceso entre nosotros. Esperamos que, al
menos, los repertorios habituales de la bibliografía provincial (Biblioteca de
Investigadores de la provincia de Guadalajara, y Sección Local de la Biblioteca
pública Provincial de Guadalajara) lo puedan añadir a sus anaqueles.
A.H.C.
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