viernes, 23 de noviembre de 2012

Atienza de los Juglares


ATIENZA DE LOS JUGLARES. Revista de actualidad, histórico-literaria, digital, año 4, número 43, (Atienza/Madrid, Noviembre 2012), 46 pp.

Desde la villa medieval de Atienza nos llega con puntualidad esta interesante revista mensual y digital cuya dirección y coordinación lleva a cabo, ejemplarmente, Tomás Gismera Velasco, autor de numerosos libros como La Caballada de Atienza, ya por su segunda edición; José Antonio Ochaíta la voz de la Alcarria; Francisco Layna Serrano “El Señor de los Castillos” otra historia de Guadalajara; Guadalajara en los tiempos del cólera (1834-1885). La provincia bajo la epidemia o Guadalajara en la savia de Madrid, entre otros, que tanto aportan a la cultura alcarreña.
Pues bien, Gismera Velasco, sacando tiempo ha dado a la estampa, en este caso al ordenador, esta publicación tan seria e interesante, cuyo primer número vio la luz el mes de mayo de 2009 y que, apenas sin darnos cuenta (tempus fugit), va ya por el 43, que corresponde a noviembre del 2012.
Una revista de actualidad que tiene entre sus compromisos el de dar a conocer a un amplio espectro de lectores, los valores que atesora la villa de los recueros y, especialmente, todos aquellos que afectan a su historia, arte y costumbrismo, aunque centrándose muchas veces en la defensa del patrimonio y en las comparaciones fotográficas del ayer y del hoy, sin comentario alguno para que sea el propio lector quien saque sus conclusiones. 
Y si decimos que atiende a los valores propios de Atienza, con ello queremos decir que no quedan fuera los de los pueblos de su contorno y, acaso, hasta los que antaño, históricamente, conformaron y pertenecieron a su Común de Villa y Tierra.
Cualquier trabajo, nota, aspecto, por raro o nimio que parezca, relacionado con la villa atencina, tiene cabida en sus páginas. Calcule el lector la cantidad de información que puede almacenarse en una media de cuarenta y un folios por número.

Pues bien, para dar una somera idea del contenido de esta publicación, muy semejante en su línea editorial a los números anteriores, echaremos un vistazo a su índice: partimos para ello de su portada que, como siempre, ofrece imagen de algún paisaje o monumento de tantos como conserva Atienza. En este podemos ver la fachada principal de la iglesia de San María del Rey, presidiendo majestuosa el cementerio.
Siguen unas señas o direcciones de interés, enlaces, con Atienza de los Juglares:
- y el correo, para quien desee colaborar o recibirla: atienzadelosjuglares@gmail.com
Perdóneseme esta nota informativa.
El primer artículo, “Benditas ánimas de la Serranía”, es una interesante exposición de los ritos y tradiciones relativos a la muerte que en gran parte no se recogieron cuando aún estaban presentes en la mentalidad popular y en la vida rural, de modo que en él se recogen multitud de manifestaciones que se perdieron, mayormente por culpa de la despoblación y de las comunicaciones, sobretodo de las numerosas cofradías de ánimas, tan habituales en la mayoría de los pueblos de la provincia; los testamentos y sus especificaciones y cláusulas, tan diferentes a los actuales, y los distintos tipos de entierro, según la calidad y la economía del fallecido y su familia. Un trabajo atractivo y atrayente -como la propia muerte- que incluye una fotografía de gran interés etnográfico: uno de los catafalcos de Atienza, verdadera pieza de museo.
Como queda dicho, un apartado -o si se quiere capítulo- ya tradicional en la revista es “Atienza, de ayer a hoy”, consistente en comparar una fotografía más o menos antigua, con la misma imagen (a ser posible tomada desde el mismo punto que aquella), pero en la actualidad.  Los resultados pueden llegar a ser sorprendentes. En este caso se trata de una instantánea del cementerio de Atienza, tomada en 1975, y “la misma” en 2012.
Como dijimos al comienzo, exponer o dar a conocer alguno de los pueblos de la zona, es otra de las misiones de la revista, y en este número le ha correspondido a “La Miñosa, en el Catastro de Ensenada”, mediante las respuestas que envió dicha localidad.
Otro apartado que suele ser factor común en la publicación es el titulado “Atienza siglo XX. Crónicas de la historia reciente”, que ya va por la décima entrega y que se debe a la pluma recopiladora del propio Tomás Gismera, cuando corría en el verano de 1906 la noticia de que el mundo se acabaría el día 30 de Julio: “Una lluvia de fuego debería ese día caer sobre la tierra y arrasar poco menos con todo”, tanto se hablada de ello que era la comidilla del pueblo y por eso lo recoge Isabel Muñoz Caravaca como si se tratase de una “mamarrachada del carnaval”. Se habla, además, de otras muchas curiosidades dignas de recordarse, como el toque del tente nublo, la proyección de cine en el Casino, el movimiento electoral, etc., que dan idea del modo de vida de los atencinos durante la primera década de dicho siglo.
Junto a estos trabajos de antaño, también se publican noticias de hogaño, por ejemplo, la celebración del V Día de la Sierra que tuvo lugar en Jadraque y en la que fueron nombrados Socios de Honor Adel Sierra Norte y José Luis García de Paz.
Se incluyen casi siempre noticias del pasado, como “La matanza, de Real Orden...”, es decir, las normas que debían regir la matanza, hasta hace poco tan tradicional en todas las casas. No olvidemos que la nota es de 1894. Nota que sirve de pórtico al apartado “Curiosidades que son historia” (sobre un sucedáneo a la vicalvarada que tuvo lugar en Hiendelaencina, protagonizada por el herrero del pueblo -el “tío Tillas”-, que fue procesado por sedición y huyó sin dejar rastro) y “Sucedió en noviembre” (pero de finales del siglo XIX y comienzos del siguiente).
Como siempre sucede, ofrece multitud de aspectos históricos en artículos de mayor o menor extensión, como los dos que siguen: “De cómo se tomó la villa y castillo de Atienza, para la reina Isabel”, según el Capítulo XLIX, de la Crónica de los Señores Reyes Católicos, de Hernando del Pulgar (“Cómo se partió el Arzobispo (Carrillo) del Rey de Portugal, e como se tomaron las fortalezas de Atienza e Caracena”) y “Los Elgueta, glorias de una familia de Atienza”, en el que aparecen muchos y valiosos datos acerca de don Baltasar de Elgueta y Vigil, su fallecimiento y últimas voluntades, testamento en el que habla in extenso de su hidalguía.
Termina este número, interesantísimo en su contenido -como todos los anteriores- con una “denuncia”: una brevísima nota y seis fotografías, del patrimonio cultural en mal estado, que trata de “La ermita de Hijes”, en cuyas ruinosas paredes ahora desconchadas aparecieron unas pinturas al fresco, al parecer del siglo XVIII. Lástima que la ermita esté tan en ruinas y que sea poco menos que imposible la restauración o recuperación de las mencionadas pinturas murales, que representan el Descendimiento y la Crucifixión.
Para terminar, quisiera decir que se trata de una revista digital extraordinaria, que contiene muchas e interesantes cosas poco conocidas por la mayoría y que mes a mes nos va desvelando aspectos novedosos u olvidados que conviene airear.
Felicitamos por ello a su director y coordinador, a Tomás Gismera Velasco, alma mater de la misma, por tan brillante publicación.

jrlmozos@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión sobre este libro nos interesa. Escríbela aquí.